Cuando una lengua muere, sucede lo mismo que cuando los tomates comenzaron a venderse en los supermercados: “todos se vieron forzados a conformarse -el mismo color, forma y tamaño- y toda la diversidad se perdió”.
Con esta frase, Hollie McNish, ganadora del premio de poesía Ted Hughes de este año, se refiere al drama que significa para el mundo, cada vez que muere el único hablante de una lengua en extinción. No solamente se pierde su gramática, su literatura y su poesía, sino también una serie de palabras únicas, que se relacionan con su manera tan propia de comprender el mundo.
En El Definido quisimos investigar sobre este fenómeno, y qué se está haciendo para preservar las lenguas en peligro.
Tal como te contamos hace un tiempo, un 96% de las lenguas del mundo son habladas solamente por el 3% de la población. Es decir, una inmensa riqueza lingüística es manejada por una minoría de la humanidad, la que usualmente está en peligro de extinción. Los idiomas que hoy acaparan las palabras del mundo entero son principalmente el chino, hindi, urdu, inglés, árabe y español. Qué sí, son idiomas maravillosos, pero no por ello debemos despreocuparnos del resto.
Se estima que hoy existen alrededor de 7 mil lenguas, de las cuales más de la mitad está cercana a desaparecer, posiblemente antes de que se acabe este siglo. Lo más terrible, es que una de ellas muere cada 14 días, junto a su último hablante. ¿Y por qué nos debe importar, si hablamos español-achilenado y somos como 17 millones?
La UNESCO considera que los idiomas son vehículos del patrimonio inmaterial de las distintas culturas. Nuestras palabras son el soporte a través del cual se transmiten parte de nuestras tradiciones y nuestras prácticas, esas que más valoramos como sociedad. Por ejemplo, la poesía, las adivinanzas, los dichos, las canciones y las leyendas. Muchas lenguas ni siquiera tienen forma escrita y su preservación depende, únicamente, de que las nuevas generaciones las aprendan.
¡Así que debería importarnos! ¡Y mucho! Anna Belew, una estudiante de doctorado en lingüística de la Universidad de Hawai, lo ve así:
"Casi todo lo que hacemos es mediado a través del lenguaje -bromear, resolver problemas, dar direcciones, construir casas, compartir nuestras esperanzas y temores- y cada idioma tiene maneras únicas de expresar estas cosas. Por lo general, cuando se pierde un idioma, también se pierde una gran cantidad de cultura, experiencia y conocimiento”.
Existen ejemplos icónicos de muerte de lenguas, que difícilmente podrían recuperarse. Si a la llegada de los europeos en Chile se hablaban 11 distintas, hoy sólo se consideran vivas el mapudungun, aymara, rapa nui, y quechua. Lenguas como el chango, kunza, diaguita, chono y selk’nam (u ona) hoy son consideradas muertas (no tienen a ningún hablante que la haya adquirido como lengua materna). Básicamente, no importa el rincón del mundo al que miremos, siempre habrá un diccionario a punto de resbalarse al abismo.
Por ejemplo, la lengua Kayardild es solamente hablada por 10 personas en el mundo, en las islas South Wellesley en Australia. Y cuando muera su último hablante (si no se realiza ninguna labor de rescate), desaparecerá una forma inédita en el mundo de referirse lingüísticamente al espacio, porque ellosen vez de decir “adelante”, “atrás”, “a la derecha” o “a la izquierda”, dicen “al norte”, “al sur”, “al este” o “al oeste”, ¡aunque vayan arriba de un bus en movimiento! Tienen tan arraigados los puntos cardinales en su lenguaje y en su desarrollo cognitivo, que saben identificarlos automáticamente.
También existen palabras precisas y únicas en algunas lenguas, que al desaparecer significarían una gran pérdida para todos (en El Definido te hemos contado sobre algunas). Por ejemplo iktsuarpok, en inuit (esquimal) se refiere a “esa sensación inquieta e impaciente cuando los visitantes deben llegar, haciendo que exploren las llanuras congeladas del Ártico para acercarse a los trineos”. ¿Cómo no adorar estas palabras y evitar que desaparezcan?
Y el rescate no se ha quedado sólo en palabras. Existen varias iniciativas en el mundo que luchan por mantener vivas estas lenguas, como las siguientes.
- La Biblioteca de Poesía Nacional en Inglaterra ha echado a andar este año un proyecto de rescate de lenguas en peligro de extinción, haciendo un llamado internacional para que quienes conozcan obras líricas escritas en este tipo de lenguajes, las envíen a la institución para ser recopiladas. La idea es por lo menos preservar una poesía en cada dialecto, con su respectiva traducción al inglés. La idea es que las generaciones futuras puedan escuchar, leer, traducir, disfrutar y transmitir este contenido.
- The Endangered Languages Projectes un “El catálogo de las lenguas en peligro” y cuenta con información muy precisa y actualizada sobre gran parte de las lenguas que hoy se encuentran en riesgo. El proyecto permite registrar muestras de todo tipo (video, escritas y auditivas) sobre los dialectos, y cuenta con bastante material para quienes busquen realizar investigaciones. Una de las cosas más interesantes es unmapa interactivo con información de cada una de las lenguas registradas.
Por ejemplo el Kawesqar (lengua de los alacalufes) en el sur de Chile: actualmente lo hablarían sólo 7 personas, está en peligro crítico, hay tres videos sobre el tema y bastante bibliografía.
- También existe otra organización inglesa, llamada Endangered Languages Documentation Programme(Programa de documentación de lenguas en peligro), que otorga donaciones a proyectos que documentan este tipo de lenguas. La idea es que lingüistas o antropólogos puedan ir hasta el lugar en cuestión, y tomar muestras de audio, videos y escritura sobre la lengua. Así, estas colecciones documentales son archivadas para en el futuro. ¡Y también cuentan con un mapa interactivo! Pero esta vez no sale nada respecto a Chile.
- Por último, el Living Tongues Institute (Instituto de lenguas vivas) en Estados Unidos, se dedica a mapear aquellos lugares del mundo que destacan por la diversidad de lenguas que agrupan. Y, aunque parezca misterioso, aquellos lugares en donde existe una mayor biodiversidad, coinciden con los que agrupan más dialectos. Así, existen montones de plantas, insectos y animales que sólo tienen nombre en la lengua del grupo cultural que habita la zona, ¡otra razón más para rescatar ese lenguaje! Funcionan como un centro de investigación que organiza talleres, colabora con activistas de la causa y ayudan a crear diccionarios en línea (¡tienen montones!).
La lengua mapuche es considerada por la UNESCO definitivamente en peligro de extinción. Para rescatar y preservar su riqueza, en Chile existen varias iniciativas.
La Academia de la Lengua Mapuche se dedica a investigar sus variantes, revitalizarla en las ciudades, cuenta con programas educativos, certifica y acredita a educadores, valida curricularmente a instituciones que quieran impartir mapudungún y vela porque los hablantes participen en distintas iniciativas a nivel nacional.
También a nivel local, las comunidades mapuche se han movido. Un ejemplo es Santa Juana, en la provincia de Concepción, donde un grupo de 30 jóvenes ha comenzado a capacitarse en mapudungún. Gracias alCentro Juvenil, Social y Cultural Pulmahue con apoyo de la Municipalidad y del Fondo Raíces del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), están aprendiendo esta antigua lengua y revitalizándola, para compartirla con sus hijos y nietos.
¿Y las otras lenguas indígenas de nuestro país? También hay iniciativas. El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes creó la Escuela de Idiomas Indígenas, donde se imparten talleres gratuitos de mapudungún, aymara, quechua y rapa nui. También, respecto al rapa nui, existe una reciente iniciativa tecnológica de Entel y la ONG Toki, llamada “Yo leo rapa nui”, y que consiste en incentivar la lectura escolar en esta lengua dentro de los establecimientos escolares de la isla.