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El camino para ser un superhéroe establecido en la cultura popular es largo y duro. Está adornado por cientos de animitas de superhéroes que aspiraban llegar al nivel de Batman, Superman y Spiderman, pero que por la época o por simplemente mal gusto, quedaron en el olvido, a veces, increíblemente rápido.
¿Quiénes son estos superhéroes olvidados? Desde 1997, el erudito geek Jim Morris rescata en su blog Gone & Forgotten las historias de estos lamentables personajes. Veamos algunos de los más notables:
Cómico de televisión de día y superhéroe de noche, Funnyman fue la última creación de la dupla creadora de Superman, Jerry Siegel y Joe Shuster, en 1948.
Funnyman tenía el "poder" de usar bromas pesadas para derrotar a criminales y su arsenal consistía en zapatos con resortes, martillos gigantes, cuerdas, y otros elementos que suelen usar los payasos de circo. Su residencia se llamaba "Finca Funny", cuya puerta de entrada era... una boca gigante.
Creo que nos quedamos con la Baticueva. Fuente: CNN
Pese al gran "De los creadores de Superman" que ocupaba cada portada, Funnyman solo alcanzó a ser gracioso por seis números.
Sutil. Fuente: Wikia
En 1946, aún con la bomba atómica en la retina, una editorial pensó que era el momento ideal para un superhéroe atómico. Y así nació Atoman, un científico que, debido a un accidente (qué original) es expuesto a materiales nucleares que le dan superpoderes. Entre ellos: volar, super-velocidad, invulnerabilidad y "fuerza atómica" capaz de destruir una ciudad.
El cómic duró menos de lo que hubieran vivido quienes estaban expuestos a Atoman: apenas dos números.
The Eye es un superhéroe de corta vida, publicado por primera vez en 1939. Se trata, literalmente, de un ojo parlante que aparece repentinamente en el cielo, rodeado de llamas, cuyo poder es arrojar un potente rayo de luz sobre sus enemigos. Básicamente, un reflector flotante que depende de asistentes humanos para impartir justicia.
Sí, ya nos percatamos de ello.
En sus menos de doce apariciones, nunca se explicó el origen de The Eye.
¡Pura dinamita! Dynamite Thor era un experto en minería, quien, de alguna forma se hizo inmune a los explosivos (ahá...). Su habilidad consistía en usarlos como propulsión para volar y así atrapar a los malos. Cinco apariciones fueron suficientes para que, en 1940, la editorial Fox captara el mensaje: nadie agradecería la ayuda de un superhéroe que anda explotando por todas partes.
Kangaroo Man contaba la historia de Jack Brian, un temerario explorador estadounidense que volvía de un tour por Australia con un canguro, Bingo, no solo entrenado, sino prácticamente con inteligencia humana.
Bingo, pese a ser en el papel el compinche, se lleva todos los aplausos. Es capaz de derrotar a grupos numerosos gracias a sus potentes extremidades, puede andar en moto e incluso caminar en las alas de un avión en movimiento. Lamentablemente, el dúo dejó de existir luego de tres apariciones.
John Carver decidió que la mejor manera de buscar a quienes secuestraron a su hija, era pasar desapercibido... vestido de abuela. Aún más curiosa es su decisión de seguir luchando contra el crimen durante 22 números, conservando el disfraz y utilizando el nombre de
Señora Doubtfire Madam Fatal.
Los orígenes de los poderes de superhéroes suelen ser ridículos, pero Bee-Man se lleva el premio.
Este cómic comienza con Barry E. Eames, un técnico de la NASA que se siente menospreciado por la agencia y decide, en su regreso de Marte, sabotear una sonda espacial. Eames se encuentra con la sorpresa que ésta contenía ¡abejas mutantes!
Las abejas lo pican, dándole el poder de la súper fuerza y sanación ultra-rápida (a lo Wolverine) y se lo llevan a su mundo, ubicado en una luna de Marte. Allí, las abejas mutantes le explican sobre sus planes para dominar la Tierra y le ofrecen toda su avanzada tecnología para que él las guíe.
Recién en su segundo número, Bee-Man se cambia al bando de los buenos, quedando como único agente de una organización llamada F-Bee-I. Coincidió que fue también el último número de la historieta.
Del mismo creador de La Antorcha Humana, nace Captain Marvel (no tiene relación con la compañía), un alien con forma humana que con solo decir ¡Split! (¡Separación!) sus extremidades y cabeza se separan para, suponemos, traumar a sus enemigos. Una vez que sus partes cumplían su cometido, Captain Marvel se podía reunificar gritando ¡Xam!. Duró 6 números, que es más de lo que hubiésemos esperado, francamente.
¿Quién dice que un superhéroe tiene que ser atlético? Van Crawford era un hombre normal con sobrepeso, que un día ayuda a una nave espacial que se estrella en la Tierra. La nave termina siendo un alien cambiaformas quien, para agradecerle, le regala una bebida de chocolate que le da la misma habilidad. Fatman, el platillo volador humano, solo duró 3 números.
¡Paz para todos, maldita sea, paaaazzzzzz! Fuente: My Comic Shop
Peacemaker pregonaba que para terminar conflictos se debían aplicar soluciones no violentas, entendiendo como "no violento", láseres, bombas de fuego y explosivos varios que escondía desde su casco hasta sus botas.
Inicialmente surgió en 1966 y luego fue adquirido por la reconocida editorial DC, quien lanzó una serie de 4 números en 1988.
El fetiche con partes del cuerpo continúa. The Hand era una mano gigante, sin tamaño definido, que aparecía de la nada para, literalmente, señalar a delincuentes y así facilitarle el trabajo al FBI. Ocasionalmente también los atrapaba entre sus callosos dedos.
En los pocos números que se publicaron, nunca se molestaron en explicar su origen.
Morlock fue una especie de Hulk come-humanos cuya transformación requería solo de que alguien osara tocar a su versión humana. Inicialmente es utilizado por el gobierno totalitario de la historieta, para comerse a quienes no obedecían las reglas.
En el primer número conoce a una mujer a quien le confiesa que todo este asunto de andarse comiendo a la gente le disgusta. Luego se revela que la mujer trabaja para el Gobierno y Morlock, en su versión bestia, se la come. Recién en su tercer y último número, Morlock logra cambiar el switch y enfrentar a quienes lo controlaban.
Zeitgeist formó brevemente parte de la segunda versión de la Fuerza-X, un equipo de mutantes del mismo universo que X-Men, pero que utiliza técnicas más agresivas y "sucias".
Su superpoder era...
En su defensa, debemos decir que su vomito era un ácido capaz de atravesar cualquier material. Fuente: Comicrítico