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Imagen: César Mejías

Este es el aspecto de la educación que todos han olvidado. ¿Cómo recuperarlo?

Trabajamos por un mejor acceso, por mejores currículum y docentes, pero aún hay un gran pendiente del que pocos hablan. ¿Qué pasa con la educación integral? Mundo de Virtudes plantea una metodología para ayudar a construir una sociedad más sustentable y transparente.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2016-04-27 | 12:00
Tags | educación, formación, valores, virtudes, colegio, familia, Mundo de Virtudes
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Le hago la vida imposible a Javiera, me cae pésimo, aunque sé perfectamente que "no hay que hacerle daño a los demás". Compro mercadería para mi casa con facturas, pero igual tengo escrita en mi mente la importancia de la honradez. Me hago el dormido sentado en la micro cuando veo entrar una embarazada y me anoté como no donante, pero despotrico por la falta de solidaridad. El puzle no calza.

Un descalce descarado entre teoría y práctica nos invade cuando se trata de las virtudes, una falta de ética que se está haciendo demasiado evidente. No nos lavemos las manos, el problema no corre sólo para los grandes: SQM, Caval, Penta, CMPC y para la elite política, todos podríamos estar en ese banquillo en otros niveles. ¿En qué momento mandamos a volar los valores?

Tu padre o tu abuelo te dirá que todo tiempo pasado fue mejor, que antes los chiquillos eran más respetuosos y las autoridades más loables. Puede que tengan razón, puede que no. El tema es encontrar la raíz del problema y dos hermanas parecen tenerla.

Claudia y Marisol Albarracín llegaron de Bolivia a vivir a Chile hace años y por un buen tiempo se han dedicado a trabajar en un proyecto para contrarrestar este problema. Acá les contamos sus razones para dedicarle todo su tiempo a esto y las soluciones que proponen.

Una educación que descuida los valores

Siempre habían estado vinculadas al tema de distintas maneras, pero cuando Claudia llegó a Chile, se hizo mucho más evidente la necesidad de hacer algo. Con su hija en el colegio, notó que había un gran vacío en la educación de las virtudes y, sobre todo, que las personas lo entendían solamente a nivel conceptual,pero no lo llevaban a la acción.

"Enseñar la práctica de las virtudes es determinante si es que queremos cambiar una dinámica social. Entonces llegamos a Chile y decidimos, con la experiencia de ambas, que se concretara en algo que tenga más cuerpo y decidimos armar este proyecto educativo, Mundo de Virtudes", nos cuenta Claudia.

El problema no es solo de nuestro país, afortunadamente (o lamentablemente), sino de toda la sociedad occidental como mínimo, donde la educación ha estado muy orientada al conocimiento, en relación a evaluaciones que descuidan la formación de valores y virtudes.

Viendo los numerosos escándalos de corrupción en la TV, Marisol y Claudia sienten que lo que hay detrás de estas conductas antiéticas, a fin de cuentas, es la falta de valores.

"Si formáramos como sociedad, como familias, un ser humano que tenga esas habilidades para actuar de esa manera, esto va a desaparecer, y no va a desaparecer a través de políticas más serias o unas políticas más severas que condenen más.No, porque si el ser humano no tiene las virtudes incorporadas, siempre va a haber un mecanismo para que pueda evadir todos los controles, las leyes, las normas", asegura Claudia.

Mundo de Virtudes no es un discurso, es una metodología

La propuesta de Marisol y Claudia es ofrecer una metodología concreta para el aprendizaje de las virtudes, a colegios, grupos, familias, empresas, los que necesiten, principalmente a través de talleres y coaching. Son un proyecto educativo, que no es ni religioso ni político, que funciona como consultora y también ofrece materiales didácticos.

"Mucho tiempo el tema de las virtudes se vinculaba al tema religioso y ese es un error, repetimos, las virtudes no deberían estar encasilladas en un ámbito religioso, sino que tiene que desplegarse en todos los ámbitos de la vida", recalca Claudia.

Trabajan alrededor de 30 virtudes, pero las agrupan en cinco esenciales: responsabilidad, respeto, confianza, cooperación y honestidad. Toman ejemplos exitosos y materiales de otros países, como Canadá, donde se trabaja el tema hace más de 20 años (y al parecer se nota bastante).

Mundo de Virtudes propone que la metodología de enseñanza-aprendizaje debe pasar por un proceso consciente, estratégico y sistemático.

  • Consciente: tener plena claridad sobre la necesidad de enseñar y aprender virtudes humanas para convertirlas en ejes prioritarios de toda acción que el ser humano realiza en distintos contextos. Apela al profundo entendimiento que en la medida de que las virtudes humanas puedan inspirar y respaldar toda acción - como humanidad- podremos impulsar transformaciones reales y sostenibles.
  • Estratégico: definir y utilizar instrumentos y/o métodos que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje de las virtudes. Esto considera el uso de juegos, actividades, productos, materiales didácticos y espacios de reflexión, entre otros.
  • Sistemático: la enseñanza-aprendizaje de virtudes debe ser un proceso que se realice de manera regular para formar hábitos, sólo así se obtendrán resultados. Lo que se apunta es que se inicie desde muy temprana edad en los hogares, se fortalezca y refuerce en la escuela y ámbitos laborales.

"Queremos conformar y crear una cultura de virtudes donde sea natural que la sociedad se mueva bajo estos valores", dice Marisol.

Aunque valores y virtudes se utiliza como sinónimo (incluso ellas lo hacen), se enfocan en el concepto de virtud por estar relacionada siempre a un acto de excelencia y de naturaleza objetivamente positiva, a diferencia del valor, que puede variar según la cultura, la edad, el ámbito familiar, del contexto en el que uno se desarrolla.

Las virtudes se ejercitan como un deporte

Si un padre es empático y hay una cultura de la empatía en el hogar, donde se conversa, puede que sus hijos sean más conscientes de la importancia de esa virtud. Pero eso no es algo seguro, porque las virtudes no se cuelan por osmosis, se trabajan de manera consciente.

"La enseñanza y aprendizaje de los valores no se hace o no se da de una manera así casi espontánea, donde los padres dicen que por ser veraz y responsable, su hijo va a ser lo mismo. Nosotros creemos que el proceso de enseñanza y aprendizaje debe pasar por un proceso consciente, es decir, que entendemos la importancia y necesidad de incorporarlo dentro de un ámbito escolar y dentro de un ámbito familiar", recalca Claudia.

A fin de cuentas, la idea es que los niños o jóvenes no adquieran el respeto, la solidaridad, etc. desde un nivel puramente conceptual, sino desde la práctica. Por eso la enseñanza debe ser estratégica y sistemática, ya que "cualquier iniciativa o emprendimiento que realices, si no lo haces de manera regular, no va a tener efecto", insiste.

¿Qué pasó con los valores en las escuelas?

No es que se ignoren por completo, los profesores se preocupan de formar en ciertas virtudes, pero el problema es la falta de herramientas. Los valores se incluyeron de manera tan general en el currículum, que al final son terreno de nadie.

"Se ha visto de manera muy transversal, pero eso no se refleja en otros actos, porque ahí lo hacen de forma mecánica, pero no tienen conciencia que están practicando un valor en específico. Por eso hemos visto la necesidad de crear una metodología bien clara donde realmente trabajemos la conciencia, la estrategia y lo sistemático para garantizar este cambio", explica Marisol.

El sistema educativo no está priorizando esto, advierte Claudia, y aquí en Chile, lo que importa es que se adquiera el mayor conocimiento posible.

"Si no eres capaz de garantizar que el alumno adquiera una serie de valores que son esenciales para su vida y su impacto, no estás fomentando un ser integral", insiste. "Nosotros creemos que este es un elemento central que va a determinar y va a guiar la capacidad de cada persona. Si una persona no es honesta, veraz, no es capaz de cooperar en su ámbito laboral, por más capacidad y títulos que haya obtenido en un área académica, no va a ser guiado para el bienestar de la sociedad".

La pelota de vuelta a la familia

¿Quién se hace cargo en este proceso? Colegio y familia tienen que formar una alianza, sino, no tiene sentido. Es contradictorio para un niño que le enseñen virtudes en el colegio que en la casa no se practican o viceversa.

"Un trabajo en equipo, desplegar una serie de herramientas desde que nacen hasta que están casi por salir de la casa, porque cada momento, cada etapa, implica siempre estar reforzando un valor. Y luego cuando entran al colegio, se espera que esos valores se refuercen, que esté en coordinación con lo que la familia está entregando y más adelante este proceso se va a evidenciar en la sociedad", asegura Claudia.

Esto no significa que los casos donde la familia está más ausente o tiene problemas sociales, son perdidos. De hecho, cuando de manera sistemática se incorpora a los jóvenes a una dinámica reflexiva, donde pueden poner en práctica los valores en el campo del servicio, por ejemplo, fácilmente se motivan a hacer algo que sienten que es positivo.

"El liderazgo de los chicos lo puedes encausar para algo negativo o los puedes encausar para algo positivo. Entonces cuando los involucras, ellos pueden transformarse".

Un consejo para los padres

Nadie sabe cómo ser mamá o papá, nadie sabe cuál es la mejor manera de educar y a menudo lo que creíamos mejor para nuestros hijos, resulta ser un desastre: te salió el tiro por la culata, como dicen por ahí. ¿Cómo enseñarle a nuestros hijos las virtudes?

"En la educación, nadie nace sabiendo, uno aprende en el camino, pero la responsabilidad de ser padre implica garantizar de que esté con una educación integral. Hay tanto material en internet, tantas posibilidades… Este es uno de los desafíos más fuertes, despertar la verdadera responsabilidad de los padres en educar en el tema de los valores: consciente, estratégico, sistemático. Si llevas a tu hijo a ver una película, ¿qué película es? ¿a qué está accediendo en el teléfono?"

El primero paso es tomar conciencia y luego entender que no funciona si no se aplica a toda edad.

"Esa responsabilidad del padre es lo que va garantizar los ciudadanos del futuro y que realmente tengamos una sociedad sustentable, una ciudadanía diferente donde realmente haya un efecto positivo en el mundo y se pueda visualizar. Suena bien utópico, porque la sociedad a los padres también los absorbe… pero son cosas tan pequeñas".

En Mundo de Virtudes cuentan con material didáctico que puede ayudar como herramienta para facilitarnos esta tarea, pero también comentan que una breve reflexión en la noche antes de dormir, preguntarle si ha hecho alguna acción buena o corregirle una, escuchar a quiénes han ayudado, eso ya son conversaciones significativas que ayudan a despertar en los niños la conciencia de sus actos.

"El trabajo comienza en casa, se fortalece en la escuela y se evidencia en la sociedad".

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