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Imagen: Felipe Muhr

9 cosas que deben pasar para que los chilenos volvamos a confiar

No queremos una sociedad de personas egoístas, asustadas y desconfiadas; pero un cambio no ocurre de la noche a la mañana y sin que se den primero las condiciones necesarias para que confiemos. Estas son 9 cosas que deben cambiar para que podamos volver a confiar.

Por Marco Canepa @mcanepa | 2015-11-11 | 07:01
Tags | seguridad, confianza, corrupción, medidas, leyes, probidad, transparencia, desconfianza, educación, cívica, ciudadanos, solidaridad, sociedad
"Es un abuso del poder exigir confianza, si no creas las condiciones necesarias para que la confianza surja" - Andrés Murillo
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En Chile, el que pueda cagarte, lo hará. Esa vendría a ser nuestra forma de ver el mundo; una especie de "ley de Murphy" donde la mala suerte ha sido reemplazada por la mala sangre.

Y para qué estamos con cosas, razones no nos han faltado, sobre todo en el último tiempo, para ver confirmada esta hipótesis. Políticos, empresarios y religiosos han pasado más tiempo en las noticias por sus escándalos, que por cualquier otro motivo; la delincuencia es el invitado de piedra en todos los noticieros, cada día parece inventarse una nueva forma de despojar a la gente de sus pertenencias; y las promesas sobre nuestra llegada al desarrollo y el progreso que por tantos años nos prometieron, parece cada vez volver a alejarse como un espejismo. El eterno perdedor, por supuesto, parece ser siempre el ciudadano "de a pie", ese ser anónimo que trabaja de sol a sol para juntar las chauchas para mandar a sus hijos al colegio, pagar el tratamiento de sus achaques, poner pan sobre la mesa y pagar la tarjeta de crédito, siempre sobregirada.

Pero esta desconfianza es más una actitud mental que un factor externo, una especie de virus o cáncer que se extiende sin control en nuestras mentes y que empieza a teñirlo todo. De pronto, también las ONGs, las fundaciones y corporaciones benéficas, los extraños en la calle, los extranjeros, los vecinos, e incluso colegas, amigos y familiares empiezan a engrosar la lista de sospechosos, y de pronto nos vemos viviendo encerrados en jaulas, saliendo con spray pimienta sólo en horarios de luz, negándonos a hacer ningún acto de generosidad por otro humano y, en definitiva, viviendo para nosotros mismos, en un "sálvese quién pueda" generalizado (que dicho sea de paso, sólo contribuye a empeorar la misma desconfianza que le dio origen).

No sé ustedes, pero no es así la sociedad en la que yo quiero vivir. Por eso -y en el espíritu de este medio- me pareció que era hora de buscar una solución para extirpar este mal endémico nacional. El problema, claro, es que no es fácil. Y me sorprende la liviandad de las soluciones que suelo oir en la prensa cada vez que se trata el tema, como si una o dos medidas pudiesen cambiar algo tan arraigado.

Mi impresión es que, si nos tomamos en serio el tema y lo queremos erradicar de verdad, debemos pensar un plan integral, desde la cuna hasta el cementerio, para cambiar la psiquis del chileno. A continuación señalo 9 puntos que a mi entender son esenciales para empezar a transitar en esa dirección; pero son muy bienvenidos a sugerir otras medidas.

1. Una educación que forme ciudadanos

Muy lindo eso de incorporar un curso de educación cívica a la malla curricular escolar, falta que hacía, pero no basta. La educación debiese ser un permanente entrenamiento en lo que significa ser miembros de una sociedad: apoyarnos mutuamente, asumir responsabilidades de manera conjunta, pensar en el otro, colaborar, liderar y servir. Que antes de realizar cualquier acto, consideremos no solo nuestro propio beneficio, sino también el de quienes nos rodean. Aprender a ser seres sociales y bien adaptados; que no implica, en todo caso, anular tu individualidad y libertad, sino simplemente acostumbrarte en pensar en el bien del resto, junto con el tuyo propio.

Y eso no se enseña en un curso, sino en el modo en que se diseñan todas las actividades en un colegio, desde las clases, al recreo y la hora de almuerzo (y el hogar). Podría extenderme mucho sobre el tema, pero creo que es más simple mostrarles este video de cómo se sirve el almuerzo en una escuela japonesa, país famoso por su cultura cívica (pueden adelantar al minuto 2:25).

¿Cuántas cosas aprende el niño en este sencillo proceso?: A servir a sus compañeros, a valorar el trabajo de los empleados que sirven la comida, a ver la comida como un recurso valioso, a considerar la higiene, el aseo... ¡y eso es sólo la hora de almuerzo!

Así debería ser en cualquier escuela y colegio chileno, especialmente en los el barrio alto, donde se forman casi todos los líderes empresariales y políticos del futuro. 

2. Una estructura de poder que favorezca la organización comunitaria

La mejor forma de confiar en el vecino, es conocerlo; y así lo demuestran las exitosas iniciativas de fundaciones como Techo, Mi Parque, Junto al BarrioCasa de la Paz, que organizan a comunidades para tareas específicas, pero que en el proceso generan vínculos sociales entre los vecinos, que pasan de ser un montón de habitantes viviendo juntos, a ser una verdadera comunidad en que todos se apoyan mutuamente, como solía ser antes que nos encerráramos a vivir detrás de muros y rejas de 3 metros de altura.

Pero es difícil que eso ocurra a nivel nacional, si las decisiones de temas locales no se toman directamente con la comunidad. Es bueno que existan estas ONG y algunas iniciativas gubernamentales exitosas, como el programa Quiero mi Barrio (premiado por la ONU, de hecho), pero es hora de escalarlas a una política pública oficial para cualquier materia localizada. Hablamos de que la junta de vecinos pase a ser un órgano con voz y voto en las decisiones que competen a los barrios; hablamos de presupuestos participativos; hablamos de cabildos como herramienta básica para las decisiones de cualquier alcaldía; hablamos de que las familias participen activamente en la gestión de las escuelas en que tienen a sus hijos; en definitiva, hablamos de traspasar más grados de poder a las comunidades, a los mismos vecinos, para que decidan junto con las autoridades cómo y en qué gastar el dinero, en lugar de sólo actuar como receptores pasivos del políticas centralizadas.

Esto no sólo favorecerá la creación de comunidades y confianza entre vecinos, también favorecerá la confianza en la actividad política y dará la opción a nuevos líderes a ingresar a esta profesión, desde donde podrán escalar y renovar las altas cúpulas donde se han apernado personas que ya no tienen ningún contacto con al realidad que deben gobernar.

3. Sentar acuerdos básicos sobre temas clave a nivel de sociedad

¿Qué queremos ser como país? ¿queremos iniciativa privada, provisión estatal o algo mixto? ¿privilegiamos libertad, igualdad o queremos compatibilizar ambas cosas? ¿queremos seguir centrándonos en la extracción de recursos naturales o vamos a apuntar a la tecnología y el medio ambiente? ¿seguiremos buscando resolver la delincuencia con penas más duras o apostaremos por la rehabilitación?

Hay acuerdos fundamentales a los que debemos llegar como país, y me parece que nunca hemos sido consultados. Tenemos que entrar en un proceso de reflexión y construir colaborativamente un acuerdo país sobre los temas esenciales. Este acuerdo puede tomar forma de una nueva Constitución, que sintamos representativa del alma nacional; pero no tenemos por qué esperar a que esto ocurra. Podemos empezar a buscar esos acuerdos desde ya, organizadamente como sociedad civil y que el cambio constitucional venga después, como una consecuencia lógica.

Yo creo que estamos más de acuerdo de lo que nos damos cuenta en la gran mayoría de la cosas.

4. Potenciar la economía social o "economía del bien común"

Sin duda, el mal comportamiento de las empresas y los efectos negativos del sistema de mercado en general, son un problema al que hay que ponerle atajo. Mientras tengamos la permanente sensación de que nos tratan como una billetera con patas, que valemos por sólo por lo que tenemos, que nuestros trabajos no se diferencian mucho de la esclavitud o que nuestro mundo está en peligro por la acción de los intereses económicos, jamás confiaremos en aquello que, nos guste o no, también es fundamental para nuestra propia subsistencia: la iniciativa privada.

Existe una oleada mundial de empresas que están cambiando el foco de su actuar, de maximizar ganancias, a maximizar el "triple impacto" (económico, social y ambiental). Son empresas que intentan usar el mercado para lograr un bien en la sociedad y la naturaleza, y donde hacer dinero es sólo un mecanismo para maximizar esos impactos y no estar dependiendo de donaciones. Tienen diversos nombres y en general caen dentro del concepto de empresas sociales, pero en Chile el sistema más instalado es el de Empresas B.

El Estado debería fomentar este nuevo tipo de empresas, favoreciéndolas en las compras públicas (en lugar de sólo evaluar el costo de un servicio o producto, debería considerar los impactos que genera la empresa que los ofrece); ayudarlas a competir, porque tienden a tener menores rentabilidades económicas y mayores dificultades de acceso a crédito; relajar ciertos trámites y controles, porque su propia misión garantiza su buen comportamiento; generar fondos y capitales semillas especiales para ellas, etc. Ser una empresa con fines sociales y ambientales debe ser más atractivo que ser una empresa tradicional. 

Pero incluso en las empresas tradicionales, se deben empujar cambios, como forzarlas a generar informes de impacto ambiental y social junto a sus informes y balances económicos; o empujar para modificar los incentivos de sus gerencias, para que no fomenten miradas cortoplacistas, como las que llevan a colusiones y falsear resultados económicos con tal de ganar bonos de productividad.

El Estado, sumado a las fundaciones, empresas sociales y empresas tradicionales con los incentivos correctos, podrían empezar a configurar el sueño de una  Economía del Bien Común, que en Europa ya gana adeptos y sobre la que ya les contamos hace poco.

5. Alguien tiene que irse preso (o al menos perder la pega)

"Es un abuso del poder exigir confianza, si no creas las condiciones necesarias para que la confianza surja" dijo José Andrés Murillo, presidente de Fundación para la Confianza, en FiiS 2015.

Y una condición básica para que la confianza surja, es ver que quienes tienen el poder, se rigen por las mismas reglas que nosotros y tienen límites en su accionar. Si a mí me pillan robando, me voy preso y pierdo el trabajo. Y eso es lo que pasa en países con legislaciones sanas: empresarios coludidos o estafadores terminan presos, las empresas pagan multas millonarias. Y si un político es sorprendido en algo ilícito, inmoral o comete un error importante, incluso si no es ilegal, renuncia inmediatamente. En muchos casos, además, queda vedado, por un buen tiempo, de asumir cualquier cargo público.

¿Qué pasa en Chile, en cambio? El acusado niega todo o, en el mejor de los casos, lo califica como "un error" de su parte y pide perdón, pero luego sigue con su vida como si nada; mientras sus pares se niegan a tomar medida alguna hasta no tener un fallo definitivo de la justicia, que habitualmente ocurre varios años después, cuando el tema ha sido olvidado y que habitualmente implica penas ridículas o prescripción de la causa, porque las leyes tratan con insólita laxitud a quienes ostentan cargos de poder.

Así, difícil confiar. Por eso, debemos como ciudadanos velar que tanto las medidas de la Agenda de Probidad y Transparencia, surgida de la comisión Engel, como la ley que mejora la Libre Competencia, lleguen a puerto y JAMÁS volver a votar por quien ha traicionado la confianza de la ciudadanía.

Una buena forma de seguir el trámite de estos proyectos y del quehacer político, es entrar frecuentemente a la web de Ciudadano Inteligente, donde se sigue de cerca la tramitación de las leyes de probidad y transparencia.

6. Establecer una cultura de transparencia

Básicamente, todo lo que haga cualquier organismo, público o privado, que tenga impacto social o ambiental, debería ser considerado de conocimiento público y tratarse como tal. Pero también debería ser comprensible.

La transparencia tiene que ser activa y proactiva. Esto implica saber comunicar y esforzarte por comunicar de manera clara a tus empleados, a tus clientes, a tus votantes; e implica, obviamente, renunciar a privilegios impresentables que la opacidad permite mantener.

Las empresas y gobierno deberían esmerarse en que todo lo que hacen se sepa y se entienda: qué, por qué y cómo, cuánto, cuándo. Los altos cargos de elección popular deberían transparentar durante sus campañas qué creen en una serie de materias; deberían mostrar un registro de cómo han actuado en consecuencia de dichos planteamientos, y deberían explicar el por qué de sus cambios de opinión. Y de todo esto debería quedar registro. 

Naturalmente esto no ocurre por voluntad de los vigilados, sino por presión social, porque la tecnología lo habilita y porque la ley lo fuerza. Así que, nuevamente, la sociedad civil organizada tiene mucho que decir en que este punto se haga realidad.

7. Empujar a los medios a hablar también de lo bueno

Gran parte de nuestra construcción psicológica del mundo, viene de lo que los medios nos muestran. Nuestras imágenes mentales de medio oriente, de los barrios marginales, de los extranjeros, de nuestra propia identidad nacional, están en gran parte influenciadas por lo que vemos en la TV y los periódicos. ¿Y cómo vamos a confiar si somos constantemente bombardeados con lo peor de los seres humanos?

No se trata de dejar la denuncia ¡la denuncia es súper importante! ¿Dónde estaríamos sin las denuncias de QuéPasa, Ciper, El Mostrador o The Clinic? Tampoco se trata de no contar las cosas malas que pasan, que nos importan a todos. Se trata, simplemente, de equilibrar un poco la balanza. ¡No necesitamos a los noticiarios disectando durante 20 minutos el asalto a una bencinera, cajero automático o portonazo cada noche!

Ahora bien, si ya aprobamos un 20% de música nacional en las radios, si ya obligamos a cierto porcentaje de programación cultural, si el Estado ya hace obligatorias las cadenas nacionales y ciertas campañas de bien público, ¿no sería posible exigir un 20% de noticias positivas en los noticiarios y medios de prensa y radio?

Les aseguro que no sería el acabose y que nadie tendría por qué perder sintonía. A nosotros nos ha ido muy bien con este tipo de contenidos y hay de sobra, no tenemos suficientes manos para cubrir todo lo bueno que pasa. Canal 13 y TVN ya han visto lo bien que recibe la gente noticias explicativas como las de Ramón Ulloa, que son prácticamente virales. Y existe evidencia científica que demuestra que la gente lee más y comparte más las noticias positivas, e incluso a la publicidad que se pone en esos espacios, le va mejor.

En definitiva, poniendo algo de contenido positivo en la presa, todos ganan: la sociedad, los mismos programas y los avisadores. 

8. Campañas para concientizar y desmitificar

En El Definido hemos tenido que salir al paso de muchos mitos que circulan por ahí, y que nos hacen desconfiar de cosas que, en realidad, son muy nobles. Tuvimos que explicar que los temores sobre la donación de órganos son totalmente injustificados; que es falso que el vuelto que donas en los supermercados los usen para descontar impuestos; que mucho de lo que se dice de la Teletón es falso o exagerado; que mucho de lo que se piensa de los inmigrantes no tiene sustento real, y así, un largo etcétera.

Este tipo de mitos urbanos son un veneno social, que hace daño a los más débiles y necesitados (enfermos que requieren trasplantes, ancianos, personas vulnerables, niños con discapacidad, inmigrantes) y que son agravados por la irresponsabilidad de muchos medios con agenda política que ven en ellos pasto seco para sus guerras ideológicas. Como dicen "una mentira da la vuelta al mundo mientras la verdad recién se pone los zapatos". Estas nociones hay que combatirlas con información, explicando con paciencia, en detalle, con evidencia; pero no podemos estar solos en esta tarea. Debería ser una campaña permanente a nivel país, empujada por el gobierno, pero fortalecida por el sector privado, de reconstruir confianzas educando sobre temas complejos y delicados.

Más aún, estas campañas no deberían limitarse a combatir mitos negativos, sino que deberían contribuir a formar ciudadanos conscientes, mostrando los efectos, por ejemplo, de tocar la bocina, no pagar el pasaje, quedarse plantado en el pasillo del bus, tirar colillas de cigarrillo, meterse al cruce en el auto cuando no hay espacio del otro extremo, etcétera.

Deberíamos construir un relato nacional y usar la presión social y nuestro propio orgullo para conducirnos a actuar mejor: de manera más respetuosa, más culta y más solidaria. El márketing no tiene por qué ser sólo para vendernos cosas.

9. Partir por casa

Por último –y esto es lo más trascendental y lo más difícil– debemos partir por ser confiables nosotros mismos.

¿Tú te consideras una persona confiable? ¿Piensas que contribuyes en eso? Si tu respuesta fue sí (y probablemente lo fue), no deberías tener problemas con lo siguiente.

Si decimos que llegaremos a cierta hora, debemos estar ahí a esa hora. Si nos comprometemos a hacer algo, debemos cumplirlo, y si no queremos hacerlo, debemos decir que no de frente, no primero aceptar y luego inventar una excusa a última hora para zafar. Debemos pagar la micro, por malo que encontremos el servicio, porque al final el servicio lo estamos usando igual y lo que no paguemos, lo tienen que pagar los otros pasajeros o los impuestos que deberían ir a cosas más importantes. Si te rayé el auto, te dejo un papel con mi contacto. Si dice "no estacionar", no estaciono. Si encontré algo botado, hago un esfuerzo real por encontrar al dueño o lo entrego a un policía, no me lo meto al bolsillo. Si me dieron vuelto de sobra, aviso. Si de frente te digo algo, no digo otra cosa a tus espaldas. Si en mi trabajo me piden hacer algo antiético, digo que no, y no simplemente me lavo las manos diciéndome que "así es la pega" y que estoy obedeciendo órdenes o que todo el resto lo hace. 

La sociedad la construimos entre todos, y es una hipocresía exigir a otros lo que nosotros mismos no hacemos. Como decía el gran León Tolstoi: "Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo".

¿Qué más propones para recuperar la confianza?

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Comentarios
Ange Brik | 2015-11-11 | 09:28
3
Sobre el primer punto, creo que ahi va una de las cosas que forman la base de una sociedad. Lamentablemente muchos padres tienen el mal concepto de que pueden pagar por sus hijos, el servicio de educacion, una suerte de outsorcing para la familia, educalo que para eso te pago, pagar por las clases de tenis, de reforzamiento o lo que sea. Sobre todo en las clases sociales con mas recursos. Recuerdo en mi colegio nos hacian hacer aseo en las salas, patios, una vez nos dejaron sin vidrios en pleno invierno pq los quebramos haciendo maldades, muchos apoderados reclamaron. Aca no se enseña (a todos) que nuestras acciones traen consecuencias, un niño acostumbrado a manejar un camion desde chico va a arrasar con todo cuando sea grande.
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César Campos | 2015-11-11 | 09:44
1
Es cierto, hay como un sentimiento generalizado de que el colegio es el UNICO responsable de como sale educado el hijo, cuando lo cierto es que se debe educar de las cosas más basicas de la sociedad en el ambiente familiar (como solidaridad, empatia, responsabilidad). Y esa educacion debe ser reforzada/apoyada en el colegio.
Pero suponer que porque lo mandas a un colegio catolico y con eso va a aprender que coludirse es malo es una santa idiotez (que aparentemente ya paso...a quien se le hubiera ocurrido).
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Marco Canepa | Editor | 2015-11-11 | 10:03
2
Y esa es sólo la mitad del problema, porque no solo se delega al colegio el rol de formar al niño, sino que además, los papás tampoco dejan que el colegio lo haga. Si un profesor osa castigar al nene, ponen el grito en el cielo y amenazan con sacar al niño.
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Alvaro Cerda | 2015-11-11 | 17:53
0
una suerte de outsorcing para la familia, !!me gusto la comparacion jaja!!
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Paper Luis | 2015-11-11 | 10:50
1
Tengo sensaciones encontradas:

- Si en el almacén no me cobran algo, pq está lleno, les aviso. Si me llega a pasar en el supermercado, eso es topón pa adentro ¿Por qué lo hago? Porque las grandes cadenas y consorcios nos tienen hasta la tusa de agarrados y la balanza siempre se inclina a favor de ellos... y si puedo me puedo favorecer de un error de su parte, lo haré. (No así con los vueltos de más, pq eso si se los descuentan a los cajeros)

- Uno educa en casa para que el niño respete, sea cortés, etc. Pero ¿Si el mundo ya es una selva? También le tengo que enseñar supervivencia.. Si le digo que no se le pega a nadie, al final será victima de bullying, por lo que debo enseñarle a pelear, pero no a ser quien inicie las peleas...

- Otra cosa: Si en la pega me dicen que haga algo "poco ético", es re dificil negarse, ya que detrás del trabajo está la remuneración, que es con lo que se vive. En el papel es sencillo negarse a hacer algo, pero uno sabe que hipoteca la pega con eso.. y lamentablemente sin dinero la cosa no funciona.

- Respecto a la desconfianza: ¿Como no dudar si se ha visto tanta suciedad en tantas cosas? Si uno ve que las cosas que se realizan por 'caridad' son sólo lavados de imagen y no realizan cambios en profundidad. ¿Debería no molestarme? Por ejemplo: Ahora con el caso de los papeles higiénicos, TELETON indicó (escuetamente) que las donaciones de Confort se aceptarán... ¿No causa extrañeza que acepten dinero que ya se sabe mal habido?

Podría seguir, pero creo que he dejado claro el punto. Es demasiado grande esto como para que podamos volver a confiar, ya que desde el TPP hasta el confort están metidos.

Saludos
@paperluis
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Marco Canepa | Editor | 2015-11-11 | 11:33
5
Mis respuestas:

Al punto 1 - Robar es robar. Tomas algo que no te pertenece, punto. Tu parámetro de moralidad debería estar en tu propia acción, no en lo que haga o deje de hacer el otro. Lo demás es sólo lo que Dan Ariely llama el "fudge factor": las excusas que nos damos para seguir sintiéndonos honestos cuando hacemos algo deshonesto. (Lee "The honest truth about dishonesty" para ver evidencia científica bien interesante sobre eso)

Al punto 2 - No veo dificultad para educar en el respeto y, a la vez, enseñar a defenderse. Eso se llama "ser asertivo": actuar de la manera más apropiada a las circunstancias. Dije explícitamente en la columna que no se trata de eliminar tu propio interés, sino de sumar el del resto a tus actos. No son cosas incompatibles la gran mayoría de las veces. Además, estoy planteando que sea un esfuerzo nacional y transversal en la educación; la idea es que TODOS pensemos así, no sólo tu hijo.

Al punto 3 - Actuar éticamente siempre ha sido más difícil que no hacerlo, ¡de eso se trata! Si actuar éticamente fuera fácil, esta columna no hubiese sido necesaria. Me llama la atención que te quejes de cómo nos caga el resto en el punto 1 y luego defiendas tu propio derecho a cagarte al resto en el punto 3 por motivos de plata. Esa es exactamente la misma excusa de la gente que te caga a diario.

Al punto 4 - Estoy de acuerdo, hoy en día no es posible confiar. El sentido de esta columna es precisamente cómo generar las condiciones para que sí se pueda. Pero es un esfuerzo transversal: si todos nos quedamos esperando que "el resto" cambie antes de hacerlo nosotros, es obvio lo que va a pasar: nada cambia.

De tu comentario no veo ninguna solución. Parece que tu postura es "esto es así y será así para siempre". Yo no comulgo con esa forma de pensar y por eso estoy planteando una vía de solución. Quizás nuestra generación está un poco perdida, pero tengo la esperanza de que nuestros hijos si puedan vivir en una sociedad de confianza, y para eso, hay que ponerse a trabajar.

(Nota aparte: si fuera Teletón, haría exactamente lo que están haciendo: la plata es plata y los niños la necesitan. Lo que no aceptaría, es que esa donación se haga con show mediático o que usen la marca Teletón en sus productos... y entiendo que Teletón ya dijo que no los dejará usarla)
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Marco Canepa | Editor | 2015-11-11 | 12:17
2
Dato extra: por mucho que lo del vuelto pase en un "gran supermercado", al que estás perjudicando es a el/la cajero/a, que debe poner la diferencia de su bolsillo.
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Paper Luis | 2015-11-11 | 13:23
3
Marco: Voy a decir algo que es polémico, pero creo que extremizar puede servir para el ejemplo.
El concepto dice "Robar es Malo"... ¿pero si lo condiciono? Porque lo puedo separar en 2: Robo a personas es malo, robo a empresas no. (Esto dado que las personas somos medidas por una forma y las empresas por otra, ante la justicia) Y con eso, tiendo a equilibrar la balanza. Y si esto no afecto a personas (por eso te puse el caso del vuelto, pq eso se lo sacan de la comisión de caja que tienen las cajeras, a ellas les afecta. En cambio si un producto en el supermercado no te lo marcan, no se los descuentan a ellas.. merma para el supermercado)
Yo ya no creo que los valores sean absolutos, sino que se adaptan a la realidad. Matar es malo, pero si un adulto abusa de mi hijo pequeño, créeme que no serán malos mis actos.

Respecto a los actos poco eticos en la pega. si me piden hacer algo que es reñido a mis valores ¿Me puedo negar si tengo una familia que mantener? Si fuese yo solo, vamos, que me ciño por lo que pienso. Pero cuando involucro a otros que nada tienen que ver.. Uff, eso es otra cosa.

Doy el espacio a que mi pensamiento sea lo mas errado del mundo, pero la reacción ante una hostilidad no vista antes en la sociedad.

Y respecto a "la plata es plata" Entonces financiemos obras benéficas con platas del narcotráfico , hagamos ONG con los robos de los bancos, etc... Acá el origen de los fondos es muy importante también. Sobretodo cuando se trata de una fundación que se dice "financiada por todos los chilenos".

Creo que para esta conversa, faltan unas cervezas, unos quesos y verse... porque da para mucho.

Saludos! @paperluis
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Antonio Valdes | 2015-11-12 | 13:17
0
Creo que el concepto que falta en esta discusión es "criterio"... no se trata de buscar un "fudge factor" como dice Marco para encontrar un argumento que nos haga sentirnos honestos, es mas bien utilizar el "criterio" para evaluar la situación... tal vez el ejemplo del robo es un poco extremo, pero pongamos en otra situación, como el cruzar la calle. La norma dice que se debe cruzar con luz verde, pero si son las 3 de la mañana, la visibilidad es buena, no viene circula ninguna vehículo en kilómetros ¿tiene sentido esperar la luz verde?... dicho esto lo podríamos llevar al ámbito del robo ¿Robin Hood, robaba o hacia justicia social?... claramente hay en esa historia una diferencia de criterio, donde el rey y los nobles consideraban que eran los pobres los que tenían que tributarles, mientras que el buen Robin, consideraba que era un robo y una falta de consideración que aquellos que mas tenia le quitaran sus pocos bienes a los pobres.

Para construir una sociedad sana, necesitamos ser mas empáticos y criteriosos, y ninguna de estas cualidades se desarrollan hoy por hoy en nuestro modelo educacional (en la casa, en la calle y en los colegios), la educación es vertical (yo enseño y tu aprendes lo que yo quiero que aprendas) y el criterio se impone a punta de normas y obligaciones (que se supone en la mayoría de los casos justas y razonables, y que a medida que crecemos, se convierten en leyes).


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Pablo Alvarado | 2015-11-16 | 12:28
1
Completamente de acuerdo con Marco (sorprendentemente jeje).
Ser leales, ser honestos, vivir de manera virtuosa es la única manera de tener una sociedad virtuosa.
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cristian guajardo | 2015-11-11 | 11:59
3
Vamos que se puede, de a poco podemos cambiar este Pais para mejor, gracias por la columna
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Marco Canepa | Editor | 2015-11-11 | 12:14
4
Escribirlo es fácil, lo difícil es hacerlo :)
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cristian guajardo | 2015-11-17 | 09:46
0
Si, no es fácil pero es posible, y cada aporte suma, el definido suma, las actitudes suman, el enfoque de las conversaciones también suman, así que vamos, si se puede.
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Luis Opazo | 2015-11-11 | 15:10
1
Inicialmente todo se soluciona con educación, pero en el amplio sentido de la palabra, pero para poder aplicarla es necesario mano dura, en el amplio sentido de la palabra de nuevo. Si vemos el tema del colegio, no es posible que el alumno tenga más autoridad y derecho que el profesor. Lo mismo aplica a la relación padre he hijo y profesor y padres.

Sin embargo para poder tener educación de calidad es necesario tener una real voluntad de mejorar, y eso no existe. La educación en nuestro país depende más de la gestión política que del aula de clases, pero qué le puede importar a los honorables si tienen los recursos para mandar a sus hijos a colegios privados de primera línea o sencillamente al extranjero. Lo mismo aplica para la salud y transporte, pilares fundamentales de nuestra sociedad.

Si las medidas para manejar el país va a seguir dependiendo del legislativo lo primero que hay que hacer es prohibirles hacer uso de elementos privados en educación, salud y transporte, y eso solo para comenzar, porque las penas por colusión o arreglos bajo la mesa deben estar penados con cárcel efectiva y sin garantías.

Respecto a otros temas también conflictivos como lo son los proyectos hidoreléctricos, derechos de pesca y minería por citar algunos, deberían estar condicionados a estudios internos de las regiones afectadas directamente con ellos. No es posible que Santiago/Valparaíso defina qué hacer con los recursos de todo Chile si el único beneficiado es Santiago y un puñado de ciudades, o más directamente un puñado de personas.

Saludos
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Antonio Valdes | 2015-11-12 | 13:30
0
Estas educando.... no es posible que el profesor tenga mas autoridad ni derechos que el alumno tampoco, la aplicación de la mano dura es la que tiene hoy a todos nuestros adolescentes rebeldes, porque prima la ley del mas fuerte y a los 14 años en muchos colegios de Chile los jóvenes son mas atléticos, fuertes, y ágiles que su profesores, tienen mas apoyo entre sus compañeros, es decir, tiene la la fuerza para aplicar mano dura también y el respeto por la fuerza hacia el profesor, ya no se sostiene porque el profesor o el director lo diga.

La educación de calidad, depende mas de los ciudadanos que de la familia del aula de clases o de la gestión política. Si la mayoría de las cosas que se aprenden en el aula de clases, son intrascendentes para su vida profesional, afectiva y social. Es en la sociedad donde los niños, jóvenes y adultos aprenden a ser seres sociables con un núcleo que va mas allá de su familia.

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Luis Opazo | 2015-11-17 | 09:34
0
Discrepo totalmente, primero indica el estudio que demuestre que el exceso de autoridad de los profesores tiene a nuestros jóvenes actuales rebeldes, porque si es tú apreciación yo puedo decir lo contrario así sin más.
Los profesores deberían ser vistos como una autoridad frente a la enseñanza de conocimientos medibles del estudiante, así como los padres serlo para la enseñanza de valores y buenas costumbres. Si asumes igualdad, entonces el estudiante no tiene nada que aprender, porque sabe lo mismo que aquellos que pueden enseñarle algo.
Si bien no se puede desconocer que la juventud también enseña a los padres y profesores, lo hace otorgándoles experiencia más que conocimiento duro, y experiencia en el poder mejorar para seguir enseñándoles a ellos y a los que sigan. Obviamente todo esto hablando de buenos profesores y buenos padres.
Ahora si lo que querías indicar es que no es necesario un exceso de autoridad para ejercer la enseñanza, estoy de acuerdo contigo, pero eso es en una sociedad sana, no en Chile.

Respecto a lo de "La educación de calidad, depende mas de los ciudadanos que de la familia del aula de clases", si interpreto bien, te recuerdo que el conocimiento "medible", le fue entregado a las aulas, la sociedad te enseña acerca de la vida, pero no te va a enseñar ni matemáticas, ni lenguaje, ni historia, excétera, cosas que son básicas para un buen desempeño personal y profesional a futuro. Uno de los motivos por lo que educación en Chile está mal, es porque tanto en las aulas como en casa, se asumen responsabilidades que no corresponden.

Saludos
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Antonio Valdes | 2015-11-17 | 12:06
1
Luis,

Resultaba evidente que discrepas de mi opinion, eso se infiere de tu primer comentario...

La verdad es que estudios no te puedo dar, educación no e mi area, pero si estoy seguro de que si vas a mirar los respaldos de los Finlandeses (que mas que algo nos tiene que enseñar del el tema) los podrás encontrar, ademas, te podrás dar cuenta que hace mucho rato dejaron el autoritarismo (el mismo que tu confundes con autoridad) de lado, para generar un ambiente escolar horizontal enfocado en el alumno y su apropio aprendizaje, donde el profesor no es mas que un guía que no tiene importancia en la exposición de los temas a aprender dentro de la sala. Mas aun, son los mismos alumnos los que proponen los temas a abordar y estudiar.

En segundo lugar, respecto del conocimiento "medible"... la verdad estoy muy seguro a que te refieres específicamente con este término (las personas aprenden una infinidad de cosas de distintas partes como la televisión. internet, revistas, libros, en la micro, en la calle, en el metro, en el médico, en el trabajo, etc. todas ellas asimiladas por observación e imitación, y todo este conocimiento también medible) pero finalmente, las herramientas básicas para la sana convivencia y un buen desarrollo, no son ni las matemáticas, ni la historia (la gente analfabeta, que aun la hay en Chile, si sabe usar dinero, es decir tiene nociones básicas de matemáticas y ademas se puede expresar de forma oral perfectamente, conseguir un trabajo, en resumidas cuentas, pueden vivir), tan cierto es esto que mas de la mitad de los contenidos de la educación obligatoria y de la enseñanza media no son asimilados y son olvidados antes de cerrar el año escolar y aun así, conseguimos trabajos, conducimos y hacemos trabajos altamente específicos, si no me crees, toma un libro de biología o de historia de un niño de 8 básico y ve cuanta de esa información aun manejas de manera consciente, de forma que te pueda ser util para deducir algún fenómeno o salvar algún problema.

Lo cierto es que el parendizaje básico, el que sirve para comenzar a generar lazos interpersonales de calidad y confianza, como lo son la empatía, respeto amabilidad y generosidad, se comienzan a entregar en el hogar y son reforzados por la sociedad (no puedo obligar a mi hijo a ser amable cuando el resto de personas no son amables con él, de la misma forma, no puedo pedirle que trate con respeto a un profesor si el profesor no lo respeta, y aunque lo hiciera, probablemente cuando yo no este presente o cuando me supere en fuerza y se de cuenta de que ya no puedo ejercer sobre el ninguna apremio, lo va a dejar de hacer). Finalmente, para terminar, solo decir que en mi opinion, lo que mencionas en tu respuesta, es uno de los grandes problemas que tenemos como sociedad, y es que hemos confundido "educación" con "conocimiento técnico", y eso no es lo mismo.

Saludos y que estes bien.
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Luis Opazo | 2015-11-17 | 12:47
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ahora si estoy de acuerdo con tus dichos, el que parta con una postura contraria no significa que los argumentos que puedas dar no me convenzan de lo que no sé o cosas que simplemente ignoro o no considero.

Respecto a todo lo que mencionas en el último argumento, solamente voy a quotear lo que puse en mi respuesta anterior: "Ahora si lo que querías indicar es que no es necesario un exceso de autoridad para ejercer la enseñanza, estoy de acuerdo contigo, pero eso es en una sociedad sana, no en Chile."
Si citas Finlandia debería cambiar la frase, a no es necesario usar la autoridad para ejercer la enseñanza, pero sigo manteniendo lo de sociedad sana, ¿crees que Chile se compone de una sociedad sana? yo no lo creo y no creo que deba argumentar al respecto (para no extenderme), ya que el artículo es bastante efectivo por si mismo.

Saludos ;)
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Betsabe Salazar | 2015-11-11 | 15:10
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no soy gran aporte en este tema ya que después de que me asaltaran desconfió hasta del árbol donde se escondió el tipo, pero lo que hago es cuando me dan vuelto de mas es decirle "mi niñ@ se esta jodiendo sol@ me dio vuelto de mas" y se lo devuelvo, varias veces me ha pasado que por hacer eso me doy cuenta de que me pasaron un producto menos y por eso no lo cobraron o no lo pasaron y me estaban cobrando de mas....supongo (desde mi escepticismo) que la mejor forma de volver a confiar es volver a actuar como gente un "buenos días, buenas tardes, que tenga un buen día" y cosas tan básicas como esas :D
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Ronald Morrison | 2015-11-16 | 17:43
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Creo que a muchos nos han asaltado en la vía pública, en mi casa han entrado a robar cinco veces, la ultima hicieron un forado porque el resto estaba todo con protecciones y seguro, y no por eso ire por ahi engañando cajeros sustrayendo especies de las tiendas, este proyecto país es enorme pero estoy convencido que si cada uno de nosotros da lo mejor de si en todo lo que sea posible y en todas las circunstancias donde sea razonable hacer lo correcto y adecuado educando, concientizando, creando instancias como este periódico digital tan bueno que ahora presenta esta propuesta país para el futuro nacional y se hable de cambiar, actitudes, costumbres, acciones, costumbres, no solo saludar o no a tu vecino.
hacer algo profundo en el largo plazo a nivel de todo el país y varias generaciones, hacer de Chile una nación con valores propios a pesar de la multiplicidad de orígenes, por que este es un país cosmopolita con gentes de todas las nacionalidades que lo fraccionan en tradiciones y costumbres, hacer de Chile una Nación unida por el bien común y no solo por el rédito en común, etc etc etc. gracias por leer esta respuesta
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Rodrigo Riquelme Borgeaud | 2015-11-11 | 15:54
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Me interesa reforzar y/o matizar la importancia del punto 7 sobre "Empujar a los medios a hablar también de lo bueno". No comparto la palabra empujar, pero si el fondo del punto.
Está demostrado que los equipos alcanzan desempeños destacados en ambientes o campos emocionales positivos (para mayor información pueden revisar el trabajo de Marcial Losada http://youtu.be/U92LqXjnAOg). Pues bien, un país también puede ser entendido como un equipo, en la medida que se cumpla con el punto 3 "Sentar acuerdos básicos sobre temas clave a nivel de sociedad". Si tenemos un propósito común, podemos entendernos como un gran equipo, como una Comunidad, como UNA Sociedad. Bajo esta lógica, es relevante crear una atmósfera positiva en el país y por cierto, en los medios, que si adquieren el principio de operación planteado en el punto 4 "Potenciar la economía social o economía del bien común", no existiría la necesidad de "Empujarlos".
En síntesis, el campo emocional positivo es muy relevante y debe ser instalado y gestionado a nivel país, donde los medios de comunicación son actores gravitantes, pero no los únicos.

Finalmente me interesa abordar el punto 9 "Partir por casa". Tuve el privilegio de vivir un año en Nueva Zelanda y ser testigo de como una sociedad se construye en base al respeto. Durante mis primeros meses en Auckland me hice la idea de que todo funcionaba en base a la confianza, pero al transcurrir los meses, me di cuenta que la confianza surgía del RESPETO, y comprendí que ese era el valor esencial de la sociedad KIWI. Con esto no propongo imitar a Nueva Zelanda, sino que ilustrar la importancia del RESPETO en todas las dimensiones y direcciones, a todo nivel.

Felicitaciones por el artículo.
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Rafael Diaz | 2015-11-12 | 11:35
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Voy a hacer mis comentarios del único punto que engloba a los demás:

1.- Una educación que forme ciudadanos
La educación parte en casa. Y parte desde que el bebé sale de la guatita de la mamá (o quien sabe si incluso antes). Eso significa que somos lo padres (o quienes actúan en ese rol) los que debemos predicar con el ejemplo. Y para ejemplificar me tomo del comentario de Paper Luis respecto a que si en el negocio de la esquina me dan vuelto de más etonces o devuelvo, pero si al supermercado me lo puedo cagar, me lo cago. ¿Cuál es el límite?. Al final del día un niño no tiene cómo discriminar si es una persona o una empresa. al final Robar es Robar. Y eso genera una delgada línea que es en extremo fácil de superar: Don Juan, el dueño del negocio de la esquina, se puso con una botillería ya que le está yendo bien y una segunda sucursal en otro lado, por lo que se asoció con Pedro y Sergio para invirtieran. resulta que ahora Don Juan ya no es el microempresaro, sino que ya se comienza a transformar en "cadena"-> "empresa". Si en el negocio de don Juan me subieron los precios, ¿entonces ahora como es empresa tengo la libertad para cagarlo?. Ese raciocinio es válido para un adulto, pero un niño pequeño, que aun no tiene la experiencia como para entenderlo, no lo es. Esto es extrapolable al Supermercado. Nuesto forma de pensar "si alguien te puede cagar, te va a cagar" invita a que en el supermercado veamos en el pasillo envases de galletas a medio comer, bebidas vacías que "nadie pagó"....y después nos quejamos de los precios, precios que incluyen a mi modo de ver el factor "riesgo de robo hormiga", "riesgo de cobrar de menos", etc.
¿Caminos de solución?. Como dije antes la educación parte en casa y, de lo que leo en los comentarios, el universo de personas del Definido (universo MUY sesgado a mi entender) es "buena gente", por lo que sus hijos serán "buenos" en su mayoría. Pero pedir detro de la familia de un delincuente que exista una educación equivalente es iluso. Y ahí entra el estado: Generando obligatoriedad de un sistema preescolar al niñ@ se lo acoje a una edad en que aún están desarrollando su personalidad, por lo que a través de juegos, de interacción con sus pares y de interacción con distintos estratos socioeconómicos, se puede ir moldeando "a una persona de bien" (esto está científicamente comprobado en la Rafael Díaz Inside My Head Institue Around the Globe).
Desde la edad escolar, ELIMINAR de cuajo, sin miramientos, el ramo de Religión (eso ES, a mi modo de ver, parte de la instrucción dentro del hogar). Su reemplazo DEBE ser un ramo obligatorio de "Valores Humanos, Educación Cívica y sociedad" (o como lo quieran llamar). El pensar que una persona que profesa una religión es mejor que otra que se declara atea es simplemente ridículo.
El cómo se arme eso, la verdad escapa de mi campo de acción (o quizá no, pero hoy por hoy no lo veo).

Si resolvemos el punto de la educación en 20 - 30 años tendremos una sociedad más tendiente a la confianza, aparecerán más y mejores liderazgos positivos, el círculo de "bullies" se va a ir acotando y serán superados por quienes hacen el bien sin mirar a quien. Y eso desencadena a la larga que todo el resto de puntos, a excepción de los medios, mejore.

Los medios muestran lo que ellos estiman que vende. Están orientados a su target de gente, por lo que el cambio de eso pasa por que aparezcan más medios que hagan las cosas de manera diferente (y espero que la TV digital abra esos espacios)
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Alvaro Cerda | 2015-11-13 | 19:13
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No creo que enseñar a desconfiar a un niño sea buena idea, es una idea negativizante , que implica que el mundo es un lugar malo y peligroso , que es mejor no soñar lo imposible , mejor no querer cambiar las cosas (los demas lo impedirán), que uno no tendrá quien le ayude excepto los mas cercanos .
Los humanos somos sociales , es nuestra esencia , si no confiamos en los demás , también dejamos de confiar en nosotros mismo.
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Ronald Morrison | 2015-11-16 | 17:17
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Partir por casa,educar,aplaudir y favorecer lo bueno y correcto, establecer acuerdos reales alcanzables,concientizar, potenciar lo positivo, establecer cultura, para alcanzar lo que usted y muchos extrañamos:
Si decimos que llegaremos a cierta hora, debemos estar ahí a esa hora. Si nos comprometemos a hacer algo, debemos cumplirlo, y si no queremos hacerlo, debemos decir que no de frente, no primero aceptar y luego inventar una excusa a última hora para zafar. Debemos pagar la micro, por malo que encontremos el servicio, porque al final el servicio lo estamos usando igual y lo que no paguemos, lo tienen que pagar los otros pasajeros o los impuestos que deberían ir a cosas más importantes. Si te rayé el auto, te dejo un papel con mi contacto. Si dice "no estacionar", no estaciono. Si encontré algo botado, hago un esfuerzo real por encontrar al dueño o lo entrego a un policía, no me lo meto al bolsillo. Si me dieron vuelto de sobra, aviso. Si de frente te digo algo, no digo otra cosa a tus espaldas. Si en mi trabajo me piden hacer algo antiético, digo que no, y no simplemente me lavo las manos diciéndome que "así es la pega" y que estoy obedeciendo órdenes o que todo el resto lo hace.
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Sebastián Guerrero C. | 2015-11-19 | 00:24
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¡Una excelente columna y la comparto en gran parte!Nuevamente puedo disfrutar (luego de mucho tiempo de inactividad mía) una de tus columnas Marco.

Me gustaría sumarme a la construcción del camino pasa salir de la espira de desconfianza en la cual nos encontramos:

1. A veces nos quedamos enfrascados en la ideología con que es "cultura cívica" quien la define y como eso moldea los niños del mañana, pero olvidamos que esa cultura cívica no es más que reconocer al otro como igual y empezar a mirar la Sociedad como algo en que estamos inmersos, que construimos con ella y para nosotros mismos.
2. Me recuerda mucho el libro "La Gran Sociedad" por Jesse Norman, donde nos hemos convertido en ciudadanos pasivos esperando al Estado cuando nosotros mismos como Sociedad Civil podemos construir grandes cosas, ¡increíbles cosas!. Hay que recuperar ese llamado a hacer Comunidad y ver al vecino de vez en cuando.
3. Me parece muy bien que la misma idea de que queremos como país nazca de la Sociedad Civil, aunque es tarea de las Instituciones Republicanas hacer los cambios que la Sociedad pide, es tarea de nosotros decidir que queremos, o seremos usados por personas que mediante su visión arbitraria de Sociedad escogerán el país que deseamos construir.
4. Me ha tocado gracias a compañeros Civiles Industriales ver como las Empresas B nos muestran como la iniciativa privada ayuda a la Sociedad, es momento de incentivarlas y bajar las barreras que no permiten su entrada y competencia.
5. El Estado de Derecho en Chile parece que se fue de vacaciones y es momento que vuelva.
6. La transparencia es ese suelo de confianza y honestidad que es esencial para crear una relación sana entre los distintos cuerpos de la Sociedad y de nuestros cercanos.
7. Aunque no comparto la Ley del 20% de música chilena (ya que atenta contra los principios de Libertad y no Coerción), es verdad que los noticieros les hace falta el lado positivo de la vida, esperemos que pronto nos demos cuenta que como las sonrisas se contagian más que las lágrimas.
8. Algo que me encanta de EL Definido es su fuerte iniciativa en desmitificar a tantos inocentes mediáticos, espero que logremos hacer de esto más extensivo y hacer caer los muros de la desinformación.

Finalmente me sumo al llamado de iniciar este camino a la confianza y a un mejor país (y humanidad) en esas pequeñas cosas del día a día que son los granos de arena que construirán el baluarte de la Sociedad que soñamos.
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Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2015-11-19 | 09:46
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Excelente columna!! De todas maneras, pienso que todo se reduce al punto 1 y al 9: educar ciudadanos, y ser uno mismo un ejemplo de lo que quiere que sea la sociedad, y en ese sentido, tenemos una responsabilidad con nosotros mismos y el resto, en mejorar como personas, y para ello muchas veces hay que salir de nuestra amada "zona de comodidad"... que es generalmente lo más doloroso, pero que resulta totalmente necesario.

Además, eso... no depende del Parlamento, ni del gobierno, ni de los grandes empresarios o de las conspiraciones... se puede hacer de inmediato, ahora mismo, y depende sólo de nosotros. Porque empezar a meter excusas, es sólo para no salir de nuestra zona de comodidad, lo que es un poco penoso.
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Luis Opazo | 2015-11-20 | 09:46
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estimado, no sé como es tu caso, pero yo lo hago todos los días y cada vez que veo salir en la tele ciertos personajes que al parecer son intocables, me baja una rabia que no es menor.
No se si es suerte mia o no, pero me desenvuelvo en un entorno general de buenas personas, y todos tenemos la misma opinión, dado es esfuerzo que hacemos día a día por hacer de nuestro entorno un lugar mejor, hay que poner mano dura en ciertos aspectos de la sociedad. La educación en primordial, pero si no quieren tocarla al menos endurezcan las penas para aquellos que no respetan las leyes, en especial la gente de altos recursos, como el hijo de la presidenta o el de Larraín, o todos los honorables que están involucrados en casos corrupción. No soy partidario de darle más pega a la gente que ya hace sus labores de buena manera. Mejor que trabajen los que no hacen nada, porque son los que tiene la mayor influencia sobre todo lo que habla el artículo, lo demás llega solo, porque buena gente en este país sobra.

Saludos
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