Desde muy chicos, en el colegio nos enseñaron que vivimos en un país minero, que el cobre es “el oro de Chile” y que de hecho es el mayor productor mundial del metal.
Las exportaciones de cobre equivalen a casi la mitad del total de todo lo que se envía al extranjero. Sin embargo, no todo ha sido tan espectacular. Por algunos años, la industria del cobre estuvo de capa caída (sobre todo en 2016 que se habló de que fue un año negro para la minería nacional), aunque por fortuna hoy ya se está recuperando, gracias a diversos factores, uno de ellos es la evolución del crecimiento que experimentan las economías más desarrolladas, como Estados Unidos, Europa y China.
Es por esto que hay que estar alerta a las oportunidades que se presenten, como por ejemplo, el boom de autos eléctricos y la producción de cobre verde. ¿Cobre qué?
Cobre verde. ¿Y eso qué es?
A pesar de que lo conocemos como el metal rojo, hoy se le dice así al cobre que es producido en forma sustentable. En El Definido hablamos con Andrés Soto, director de ingeniería civil en Minas de la Universidad San Sebastián (USS) sobre el tema. Nos contó que Codelco planteó la necesidad de lograr que 5% de su producción de cátodos de cobre sea sustentable al 2020.
Los cátodos de cobre son son las placas de cobre de alta pureza que se obtienen en el proceso de electrorrefinación y electroobtención./ Imagen:Codelco |
Explica que la cultura sustentable impacta en las buenas prácticas que cuidan la salud de los trabajadores, la gestión ambiental y relaciones con comunidades, entre otros. ¿Y cómo se logra?
“Esto significa un cambio cultural que construye en el tiempo un nuevo sello en la industria”, dice Soto y agrega que se espera que las Minas Gabriela Mistral, Radomiro Tomic y Ministro Hales puedan avanzar de forma significativa para cumplir estos objetivos.
Repensando las tecnologías que se usan en la producción, dice Soto. Usando nuevos suministros para los procesos industriales involucrados “como energías renovables no convencionales, utilizar agua de mar y cambiar la forma de relacionarse con actores sociales y ambientales”, asegura.
Seguro te estás preguntando qué tiene que ver todo esto con el boom de los autos eléctricos en el mundo. La verdad es que bastante, porque como ya te adelantamos, poco a poco se acerca el fin de los autos con combustible fósil y hay varios países en el mundo que están tomando medidas para que esto ocurra, como Noruega, Francia, Holanda e India, por ejemplo.
La cuestión es que estos autos utilizan muchísimo más cobre que un auto normal. Soto nos explica que la demanda aumentará porque estos autos nuevos ocupan más cobre en el motor, el cableado, conectores y otros componentes.
“Un auto normal consume 16 a 20 kilogramos de cobre y uno eléctrico, el cuádruple. En simple: la demanda de cobre crecerá… mucho”, agrega Jorge Gatica, director de Vinculación con el Medio de la Facultad de Ingeniería de la USS.
Ya, entonces estos autos requieren de más cobre… ¿pero por qué debe ser verde?
En primera instancia podría haber más demanda de este mineral, pero se cree que poco a poco, se irán exigiendo estándares más sustentables. Porque si los autos eléctricos son una ayuda para dejar de contaminar el planeta, los materiales que se usan para su fabricación también deberían ir en esa línea cada vez más. Es por eso que el cobre verde debería ser la meta y una ventaja para Chile.
“Por el cambio climático, muchas naciones desarrolladas vetarán la importación de cobre si proviene de una industria ‘no verde’. Esto ya opera en la industria forestal a niveles continentales”, dice.
Ahora, si la industria minera apunta a ser más sustentable, deberá enfrentar una serie de desafíos, porque aparte del cambio cultural, hay desafíos tecnológicos.
“Implementar el uso de insumos distintos puede significar aumento de costos de producción y eso obliga a repensar el proceso productivo. Un proyecto minero con un proceso productivo que consuma menos agua dulce (usando agua de mar como sustituto), con energías renovables o más limpias y que considere variables sociales y ambientales aumenta evidentemente sus posibilidades de ser aprobado por los reguladores”, dice Soto.
Calma, no nos ilusionemos tanto, porque hay quienes son cautelosos con el tema. El mismo presidente de Codelco, Óscar Landerretche, aseguró en una entrevista con El Mostrador, que "no hay que volverse loco” con este boom.
Lo mismo hizo el presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, Iván Arriagada, quien explicó: “Todavía no comprendemos completamente lo que esto significará para el cobre. Deberíamos ser cautos como industria. Todavía tenemos que comprender esto completamente y ser capaces de describir estos cambios que están teniendo lugar”.
Por ahora hay mucha incertidumbre de qué irá a pasar con este supuesto aumento de la demanda de cobre, pero si realmente es así, habrá que tomar las medidas necesarias que nos permitan diferenciarnos del resto y en energía limpia, vamos bastante bien.
Hace poco, el ex vicepresidente de EEUU, Al Gore, destacó el trabajo que ha hecho nuestro país en materia energética: ha tenido el mayor crecimiento de energía solar en el mundo (aquí puedes ver cómo lo logramos).
Este esfuerzo viene de perilla para la industria minera que se está preocupando de disminuir sus emisiones de CO2. El cambio de energías fósiles por energía solar, podría reducir en un 60% las emisiones de la minería del norte. Y si se produce más cobre, por un aumento en la demanda, se necesita mucha más energía, la que hoy viene cada vez más de fuentes renovables, explica Gatica.
“Esta generación ‘limpia’ proveerá de un sello ecológico y una ventaja comparativa a Chile; tiene enorme potencial ya que el desierto de Atacama tiene los sectores con mayor radiación en el planeta. Es decir, ‘Chile es la Arabia Saudita solar’”, dice.