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Imagen: Wikimedia Commons

Revive en Chile el teatro de variedades: ¿de qué se trata?

¿Recuerdan la famosa “revista” donde distintas vedettes nacionales e internacionales mostraban shows llenos de glamour y sensualidad? Hoy en día son varias las compañías de artistas nacionales que deciden revivir los shows de variedades en Chile, pero como no se puede vivir del pasado, lo hacen con un toque moderno y con nuevos temas.

Por Natalia Pumarino | 2017-05-09 | 12:04
Tags | burlesque, cabaret, cultura, Chile, teatro
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El género del teatro de variedades o “varieté” se remonta a varios siglos atrás, y está fuertemente ligado al cabaret. ¿Y qué es esto último, además de una palabra que nos recuerda películas como Moulin Rouge, Chicago o la clásica Cabaret con Liza Minelli?

Cabaret, en su sentido más literal, solía significar simplemente “lugar donde se come y se bebe” (siglo XVI). A estos sitios llegan los artistas callejeros a mostrar sus gracias a cambio de unos morlacos por parte de los comensales. Sí, algo así como el chinchinero que llega al lado de nuestra mesa en un bar, sin ser invitado. Y así, la voz del pueblo se va haciendo oír por parte de artistas que muestran una gran variedad (¿ven lo que hicimos ahí? Variedad, varietés, ejem, ejem) de artes.

A este tipo de artes, se les conoce como “bajas artes”. Son aquellas que, contrario a las bellas artes, escapan a la academia y cada persona las va desarrollando sola, de manera autodidacta, haciendo valer sus propios talentos y creando u observando algo que quisiera imitar. Pero, ¿cómo llegan este grupo de malabaristas, comediantes, bailarinas y músicos a generar ese espectáculo nocturno que se nos viene a la mente gracias a la pantalla grande?

Con el paso del tiempo, los dueños de los locales de comida y bebida irán viendo esta entretención como una forma de atraer clientes, por lo que pondrán escenarios en los recintos y contratarán a los artistas de manera estable. Así surgirán los cabarets del siglo XIX como Moulin Rouge o el Folies Bergère, y los shows de vodevil, revista de variedades y burlesque del siglo XX, con el apogeo de las vedettes y la vida nocturna. Eventualmente, con la llegada del cine, los cabarets se verán forzados a realizar shows cada vez más espectaculares para competir con las películas y seguir entreteniendo a su público.

El cabaret en Chile

Pero el momento es el año 2017. El lugar, Chile. ¿Qué es lo que está pasando acá con este, aparentemente, olvidado formato de espectáculo en vivo? Diversas compañías han optado por recoger la tradición del cabaret y shows de variedades y crear sus propios espectáculos en los que una amplia gama de géneros artísticos se encuentran para llevar entretención a las mesas de cada comensal en bares, restaurantes e incluso teatros.

En Chile conocemos la “revista”, el modelo del cabaret europeo que llega a nuestras latitudes, donde todo el show giraba en torno a la vedette principal y estrella del espectáculo. Se mezclaba esto con humor, sátira, música en vivo, y voilà, nacen espectáculos como el Bim Bam Bum o el Humoresque. Hoy en día, vemos con nostalgia esa época y la estética de las bailarinas de burlesque o vedettes de los años 20s como Josephine Baker, o de los 50s, como la famosa Tongolele, la encantadora Marilyn Monroe cantando un sensual “Feliz cumpleaños” al presidente, o una Tura Satana que reivindicó a las chicas rudas y se dice que hasta rechazó una propuesta de matrimonio de Elvis Presley. Pero debemos recordar que estas mujeres fueron escandalosas para su época, y hoy en día parece que hacer un show sensual con chicas guapas y empoderadas difícilmente escandalizaría a alguien¿o sí?

Estas reflexiones llevan a hombres y mujeres interesados en el género musical, en la danza y el teatro, a impulsar sus propios proyectos en el Chile de hoy. Pato Munita es uno de ellos. Director de arte por ocho años en la compañía de teatro infantil Atanor, y profesor de ramas del ámbito teatral como maquillaje, máscaras y marionetas, en el 2010 tiene la posibilidad de investigar sobre el cabaret con el fin de retomarlo y llevarlo a un formato actual. Y así nacen sus proyectos “Cabarieté” y “Divino Burlesque”. Con este último sigue hasta el día de hoy.

En ambos casos, Pato optó por trabajar con un grupo de artistas, viendo cómo cada uno de ellos llevaba su talento particular al escenario, aportando sensualidad, humor, elegancia, teatralidad y distintos elementos que se unen para llevar al espectador un show de variedades con propuestas que destacan por no quedarse en la mera nostalgia, sino que mantenerse frescas y novedosas. Pero, ¿cómo lo logran?

“Muchos puristas nos han dicho ‘ustedes no hacen revista, ustedes no hacen cabaret’. Nosotros nos sentimos vanguardistas, ya que queremos ocupar la estructura de la revista pero también adaptarla a lo que queremos decir, lo que queremos contar”, comentó Pato en una entrevista. “Tal como ha sido criticado el formato, ha sido súper alabado por gente de dos segmentos: la gente mayor que vivió el Bim Bam Bum y la revista y entiende esa bohemia, entienden los conceptos y se emocionan. Uno de los objetivos más importantes para nosotros es romper con el tema de que sea sólo para el género masculino. Han ido hijos con padres que les quieren mostrar lo que ellos vivieron, y ahí la generación nueva también se asombra, porque nunca vieron espectáculos así”.

¿Y qué es eso del burlesque?

Es algo más que la película con Christina Aguilera, sin duda. Un género escénico que se desarrolla en conjunto a los cabarets del siglo XIX, pero con preponderancia en la mujer (al menos hasta que renace en los 90s), números femeninos que pueden incluir danza, teatro y hasta malabares u otros talentos de las artistas, todo junto con un destape escénico, es decir, despojarse de ropa frente al espectador. De ahí que se vincule en nuestros imaginarios como algo principalmente sensual.

“Por casi cien años el burlesque como sustantivo se ha referido a shows que contienen variedad, comedia y números femeninos también. El striptease ha sido parte del burlesque desde los años 20, y es parte importante del neo-burlesque. Los performistas de burlesque de hoy pueden ser hombres, mujeres o de cualquier género, pero la mayoría de ellos usan humor adulto, y muchos de los strippers en los shows de burlesque de hoy incorporan comedia y variedad en sus números, cumpliendo más de una función”, según explica Jo Weldon, directora de la escuela de Burlesque de Nueva York.

Así surge otro proyecto actual, el de la compañía Provocarte, dirigido por la actriz Mónica González.

“Estábamos buscando oportunidades para seguir haciendo esto que nos gusta tanto como el burlesque o el cabaret, pero de forma permanente”, cuenta Mónica a El Definido. “Nuestra idea era fusionar el teatro, el burlesque, el canto y la danza en un producto de nivel profesional y que pudiésemos además llevar al teatro, no sólo estar en bares que es el circuito donde siempre está el burlesque, sino también a un circuito comercial. Que otra gente además de la que habitualmente va a ver burlesque o cabaret, pueda verlo y se pueda encantar”.

En tanto, más orientada a la estética de las pin-ups y la teatralidad, se inclina la compañía Divas a la Deriva, liderada por la actriz Natalia Dufuur y la transformista y actriz argentina Rocío Rodríguez, conocida como Roxy Foxy. Buscan hacer teatro al estilo del Actor’s Studio de los años 50, basándose en los vodevil o varietés, rescatando “la parte dorada de Hollywood con un toque un poco más opaco, un poco más oscuro, donde el principal objetivo es juntar teatro y burlesque, divertirnos y hacer lo que queremos”, narra Roxy, adelantando que piensan seguir presentando su actual obra El Misterio del Merkén, ojalá dentro y fuera de Chile.

Nuevos aires y desafíos

Pero el burlesque hoy en día no trabaja sólo la sensualidad femenina y una estética retro o vintage. Para escandalizar al espectador, hoy en día se requiere más que mostrar piel, como desafiar las normas establecidas para lo que se considera un cuerpo atractivo en el escenario, o cuestionarse lo que se permite y se considera “aceptable” para la sexualidad tanto femenina como masculina en escena. Distintos temas, como el gore, la sátira política o la cultura pop, se trabajan en piezas que, además de deslumbrar, nos dejan reflexionando, y finalmente se trabaja el destape escénico usando el cuerpo como un elemento artístico más.

“No sólo queremos mostrar burlesque, queremos mostrar monólogos, música, malabares, un poco de todo, con enfoque en el vodevil, y en algún momento trabajar un freak show y cosas así”, explica entusiasmada Rosset Robles, conocida en el ambiente como Helena Maquiavella, en relación a su proyecto Bohemia Vodevil.

Sin embargo, el destape escénico y el uso del desnudo artístico –aunque las artistas de burlesque nunca quedan 100% desnudas-, siguen dando de qué hablar en pleno siglo XXI.

“Tenemos una sociedad muy concreta, donde cuesta entender el desnudo desde el punto de vista artístico. Hay mucha gente que lo critica y dice ‘cualquiera se desnuda en escena’, entonces hay que hacerles entender que van a ver un espectáculo elegante, que contiene desnudos a veces y a veces no, pero es un trabajo artístico con una puesta en escena. Y enseñarles a valorizarlo de la misma forma que una obra de teatro en el GAM o una obra de danza y darle el peso que debe tener,como producto artístico”, explica Pato Munita. “Revalorizar esto es uno de los objetivos que teníamos. Revivir un poco esa época de gloria de la revista e invitar a las parejas, sacarlo del género masculino, volver a que sea abierto a todo público mayor de 18 años, poder llevarlo a todos los ámbitos”.

¿Qué opinas del espectáculo de variedades? ¿Qué quisieras ver en él?

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