Quizás por éxitos de Hollywood como La Momia creas que las momias egipcias son las más longevas del mundo, pero no. Con una antigüedad de entre 4 mil a 7 mil años las casi 300 momias de Chinchorro, dispersas desde la costa sur de Perú hasta el norte de nuestro país, superan en dos milenios (más que lo que lleva al cristianismo en el mundo) a sus pares egipcias, que aunque más famosas, no son más relevantes para la arqueología mundial.

Actualmente la Universidad de Tarapacá, en conjunto con organismos públicos y privados, se encuentra en proceso de formulación del “Expediente Chinchorro”, documento de co-responsabilidad con el Estado de Chile, que se presentará oficialmente al Centro de Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (básicamente la Unesco, por sus siglas en inglés). Esto, para conseguir que las momias de Chinchorro ingresen al prestigioso club de monumentos Patrimonio de la Humanidad, y poner en el sitial que se merece a una de las culturas más longevas del país e incluso del continente (ya era hora que le mostráramos respeto a nuestros mayores, ¿no?).

Además de la técnica de momificación, la geografía árida jugó un gran rol: el asentamiento de la cultura chinchorro en la desembocadura de los valles de Luta, Azapa Y camarones, entre otros lugares, fue un factor muy importante en su gran conservación.

De resultar exitosos estos esfuerzos, las momias de Chinchorro se convertirían en el séptimo Patrimonio de la Humanidad Unesco de Chile, tras el Camino del Inca (Qhapac Ñan), la Ciudad Minera de Sewell, el Parque Nacional Rapa Nui, el Barrio Histórico de Valparaíso, las Oficinas Salitreras de Humberstone y Santa Laura, y las Iglesias de Chiloé. Nuestra propia versión de las 7 maravillas hechas por el hombre.

¿Quiénes fueron los chinchorros?

Para quienes no estén familiarizados con la cultura que consiguió aquella increíble técnica de momificación, es necesario mencionar que los vestigios de la cultura chinchorro han dejado rastros en todo el borde costero de la región de Arica y Parinacota, en especial en la ciudad de Arica y la Caleta de Camarones. Este último lugar, junto a unas cavernas en Japón, es donde se han encontrado los vestigios más antiguos de grupos humanos cazadores recolectores.

A pesar de ser solo pequeños grupos de pescadores, cazadores y recolectores, los Chinchorro lograron desarrollar complejas prácticas mortuorias, que requirieron de selección especializadas de materias primas, conocimientos anatómicos, y una cosmovisión espiritual muy compleja.

Los arqueólogos especialistas, clasifican los ejemplares de Chinchorros en tres grupos según su técnica de momificación y antigüedad: Momias Negras (5.000-3.000 A.C.), Momias Rojas (2.500-2000 A.C.) y las Momias con Vendajes (2.000 A.C.).

Para conseguir dicha impresionante conservación de sus seres queridos, su técnica se caracterizó por usar restos humanos además de maderas, fibra vegetal, arcilla, tierra y plumas, junto con otros materiales tratados con una gran delicadeza (y pensar que los refrigeradores modernos a veces no pueden conservar algo por más de 3 días).

Otro de los aspectos excepcionales de los Chinchorro fue su larga extensión en el tiempo existiendo como cultura, alrededor de 3.500 años, la gran mayoría de ellos llevando adelante momificaciones de manera ininterrumpida con cientos de generaciones reproduciendo y perfeccionando esta práctica cultural- ritual. Eso es lo que se llama mantener las tradiciones.

Distintas teorías han intentado explicar el origen de la cultura Chinchorro, entre las que destaca la hipótesis que sugiere que dicha cultura surgió a partir de desplazamientos costeros del norte al sur.

Sentido práctico de conservación

Además de buscar un reconocimiento simbólico a las momias, existe (no podía faltar) también un sentido práctico en este esfuerzo. Su eventual declaración como Patrimonio de la Humanidad sería una poderosa herramienta de conservación y al mismo tiempo significaría el cierre de una etapa de más de 40 años de investigación de todos los vestigios humanos y materiales, que empezó con el descubrimiento en 1917 de las primeras momias por el arqueólogo alemán Max Uhle.

Sin embargo, al ser descubiertas a comienzos del siglo XX, éstas se conservaron de manera incorrecta, exponiéndolas a una condición climatológica hostil, lo que provocó un progresivo deterioro que, por suerte, logró ser frenado en los años 70's gracias a los esfuerzos de conservación, tales como la regulación de la humedad. Hoy están en una condición estable de conservación.

Más allá de los museos

En la actualidad los esfuerzos es pos del reconocimiento de las momias no solo están siendo llevados adelante por las universidades, arqueólogos y los museos, sino que también por personas comunes y corrientes, gracias a una campaña en Internet impulsada por el Ministerio de Bienes Nacionales desde el año pasado, que busca involucrar a toda la sociedad chilena en esta misión.

La plataforma #YoFirmoChinchorro, que además cuenta con el apoyo de gobiernos regionales, universidades, empresas y de municipios, ha conseguido hasta la fecha más de 24 mil firmas (teniendo como meta alcanzar al menos 30 mil firmas) en su web para apoyar que las momias sean declaradas como Patrimonio de la Humanidad.

¿Qué viene después? Se presentará el "Expediente Chinchorro" con los requisitos solicitados por la Unesco y el apoyo de las firmas de los ciudadanos chilenos a la iniciativa y quedará esperar su aprobación.

Por lo que, si quieres que nuestro país tenga un nuevo miembro en el exclusivo club (una revancha de cuando en 2007 Isla de Pascua quedó por pocos votos fuera de la lista de las 7 maravillas modernas) entonces firma acá y comparte la campaña en redes sociales. 

¿Crees que las momias Chinchorro deberían ser Patrimonio de la Humanidad? ¿Qué otro patrimonio de Chile debiese serlo?