*Esta nota fue originalmente publicada el 17 de octubre de 2016.
Para muchos la primavera es una de sus estaciones favoritas: los días son más largos, suben las temperaturas y todo huele a flores. Pero para otros esta estación es, en palabras de Yuri, una maldita primavera, sinónimo de congestión, picazón en los ojos y estornudos.
Así que si eres uno de los que se ven afectados por la alergia primaveral acá encontrarás algunas claves para enfrentarla. ¿Qué hacer?
Hay varios tipos de alergias, pero son tres las más comunes en esta época de flores y buenos olores. Una es la rinitis, la enfermedad alérgica más frecuente de todas. Consiste en una inflamación aguda de la mucosa nasal, que se manifiesta con estornudos frecuentes, congestión, abundante secreción y picazón nasal.
Otra es la conjuntivitis, una inflamación de la conjuntiva ocular que se asocia a la rinitis alérgica y sus síntomas son el lagrimeo y enrojecimiento de los ojos. Finalmente está la otitis alérgica, que consiste en la inflamación de los conductos del oído y que a partir de esto genera una mala ventilación e irritación de la mucosa del oído.
Básicamente, la alergia es una reacción del sistema inmune que provoca una respuesta a sustancias llamadas alérgenos, los cuales son detectados por el cuerpo como invasores. Por lo mismo, durante esta época el polen se convierte en el enemigo de muchas personas ya que ingresa al organismo y libera una hormona que tiene como función combatir estos invasores.
Su nombre es histamina y es la culpable de que estornudes o te piquen los ojos. Es por eso que se recomienda tomar antihistamínicos, pero ésta no es la única medida que se debe considerar si es que se quiere pasar esta época del año sin tantas complicaciones. Ana María Agar recomienda:
Eso sí, aunque debemos evitar llenarnos de píldoras, tampoco hay que creerse todos los remedios caseros que nos ofrecen. Bernardita Lorca, dermatóloga de la Clínica Alemana, sostiene que hay que tener ojo con mayoría que se venden a menudo (como menjunjes de nuez moscada u otros), pues “carecen de estudios doble ciego, placebo controlados, es decir, con una metodología que por una parte demuestren que son útiles cuando se les compara con placebo y por otra parte que permitan compararlos con las terapias farmacológicas tradicionales, por lo tanto no recomendamos su uso".
Por eso, antes que nada, lo mejor es acercarse a un experto para diagnosticar bien su cuadro y poder identificar a que alérgeno uno está sensibilizado. Y en cuanto a los remedios naturales, probar su efecto con moderación, sin excesiva fe, y si funcionan en nuestro cuerpo para aliviar las molestosas alergias, bien.