La experiencia de estar involucrado en un proceso judicial, es una situación que ninguno de nosotros quisiera vivir. Ahora, imagina tener que enfrentar graves acusaciones, en un país que desconoces, a más de 16.000 kilómetros de tu casa y con la posibilidad de que la decisión de un juez, pueda costarte la libertad o incluso la vida.
Ese es, precisamente, el día a día del chef Fernando Candia (30 años) y el ingeniero comercial Felipe Osiadacz (27 años), turistas chilenos en Malasia acusados del presunto homicidio de Yusaini Bin Hisham (27), ciudadano malasio travesti que, según las pruebas presentadas, murió al intentar atacarlos.
El hecho ocurrió el 4 de agosto del año pasado y, desde entonces, Candia y Osiadacz permanecen recluidos en la prisión Sungai Buloh de Kuala Lumpur, a la espera de la sentencia que decida sus destinos.
En El Definido ya te contamos los detalles previos de este complejo caso y las posibles opciones que tenían los acusados para poder librarse del difícil escenario que enfrentan. ¿Qué ha ocurrido desde entonces y en qué fase se encuentra el proceso judicial contra los chilenos en Malasia?
La versión que ofrecieron los acusados y que fue dada a conocer por sus padres, detalla que la madrugada del 4 de agosto del 2017, ambos regresaban de un local nocturno cuando un sujeto vestido con ropa de mujer y aparentemente bajo los efectos del alcohol y estupefacientes, empezó a seguirlos y los encaró en el lobby del hostal donde se hospedaban.
Tanto Candia como Osiadacz, se envolvieron en la discusión con Bin Hisham y cuando la situación se tornó agresiva, los acusados sometieron al ciudadano asiático, por miedo a ser heridos por un trozo de vidrio que este último había tomado.
Ante tal episodio, el encargado del hotel llamó a la policía, pero el malasio, que tras ser sometido se desvaneció, sufrió un paro cardiorrespiratorio, según constataron las autoridades cuando llegaron al lugar de los hechos.
Candia y Osiadacz admiten haber actuado en legítima defensa, mientras que la fiscalía los acusa de ser los autores de un cuasidelito de homicidio, cargo que, según la legislación de Malasia, se condena con la pena de muerte.
Aunque la primera audiencia ante el juez Mohd Nazlan Mohd Ghazali, debió llevarse a cabo el 31 de julio pasado, fue postergada hasta el día siguiente.
El 2 de agosto, compareció como testigo el encargado del hostal donde ocurrió el hecho, identificado por la prensa como Lim.
El testimonio de Lim fue calificado como clave por parte de la defensa, ya que corroboró la versión ofrecida por los acusados y la contrastó con un video de seguridad que fue presentado como evidencia.
El trabajador del hostal resaltó que, al principio, se negó a llamar a la policía, pero al observar la creciente tensión de la discusión y ante la insistencia de los turistas chilenos, terminó contactando a los cuerpos de seguridad. Añadió que tardaron 30 minutos en hacer acto de presencia y cuando asistieron a Bin Hisham, este ya estaba sin signos vitales.
Tras desarrollarse la segunda audiencia, el magistrado optó por aplazar el proceso hasta finales de mes. Todo indicaba que entre el 27 y el 29 de agosto, se tomaría una decisión que diera por finalizada la causa contra Candia y Osiadacz, pero nuevamente el juicio se pospuso.
A estas alturas del proceso, la defensa ya auguraba un escenario menos trágico para los acusados, señalando que la pena de muerte "no estaba sobre la mesa", descartando dicha posibilidad.
El 24 de septiembre, el caso tomó un nuevo giro, al producirse un cambio de fiscal y una propuesta de conmutación de pena. La parte acusadora ofreció a Candia y Osiadacz un castigo de 30 años de cárcel, en vez de la pena de muerte, si se declaraban culpables.
La abogada defensora, Venkateswari Alagendra, confiada en la inocencia de sus clientes, rechazó el trato y solicitó al juez mantener las fechas de las siguientes audiencias, para evitar que la causa se alargara.
Durante los primeros días de octubre, fueron llamados a declarar el paramédico que atendió a la víctima y el perito que hizo la evaluación de la escena del crimen. Además, se mostraron nuevas imágenes de las cámaras de seguridad del hostal y la parte defensora afirmó que este material reforzaba la versión de los acusados.
"Si hubiera hecho lo que es su deber, probablemente la víctima todavía estaría viva hoy. Es solo una posibilidad, no estábamos allí, así que no podemos saberlo con certeza", señaló Alagendra con respecto a la actuación del paramédico. Tras revisar las grabaciones en las que se observa la atención brindada por el profesional de la salud, él admite que solo le tomó el pulso a la víctima y luego declaró su fallecimiento, por lo que se subentiende que podría haber actuado de manera más afectiva para salvar la vida de Yusaini Bin Hisham
El perito, por su parte, declaró que tras revisar la evidencia recolectada en la escena del crimen, se descartó la hipótesis que planteaba que los acusados tuvieron algún tipo de relación con la víctima o intimaron sexualmente con ella.
El 8 de octubre, la fiscalía vuelve a plantearle un trato a la defensa: recalificar el delito a homicidio culposo, declararse culpables y cumplir seis años en prisión. Nuevamente, Alagendra rechaza el ofrecimiento y recalca la inocencia de Candia y Osiadacz.
Un día después, fue el turno del médico que hizo los exámenes toxicológicos de subir al estrado. Su testimonio ofreció mayores detalles sobre el estado de la víctima el día de los acontecimientos, señalando que el análisis practicado dio positivo en alcohol, anfetaminas y metanfetaminas.
Sin embargo, un anuncio proveniente del gobierno malasio, tendría gran repercusión en el devenir del caso y el futuro de los acusados; el Ministro de Justicia de dicha nación, Datuk Liew Vui Keong, dio a conocer la iniciativa del Primer Ministro, Mahathir Mohamad, de abolir la pena de muerte del sistema judicial.
La iniciativa, actualmente, se encuentra en evaluación por parte del Parlamento de Malasia y se espera que beneficie a 1.200 personas, entre condenados y acusados, incluyendo a Candia y Osiadacz.
Con la posibilidad de la pena de muerte cada vez más alejada de la decisión final, la defensa sigue enfocada en demostrar la inocencia de los acusados y este miércoles 24 de octubre, volvió a rechazar la oferta de la fiscalía que propone una condena de seis años para los acusados.
Dicha decisión prolonga el juicio hasta la primera quincena de noviembre, fecha en la que se espera que comparezcan el jefe de la investigación policial, los agentes que arrestaron a los acusados y el forense que realizó las experticias sobre la víctima.
Cada comparecencia que se realiza, esclarece los acontecimientos de esta complicada situación, la misma que esperamos que se resuelva de la manera más rápida y justa posible, a la espera de que Fernando Candia y Felipe Osiadacz, puedan superar este complejo momento y recuperar su libertad.