Oye, Universo, ya sabemos que eres increíble y estás lleno de sorpresas, pero no nos tienes que sacar en cara cada día lo increíblemente ignorantes que somos sobre tu inmensidad. En serio, para. Ya no es gracioso.
El anuncio de hace algunas horas sobre la existencia de un enorme agujero negro en la Vía Láctea, pasó desapercibido por uno más reciente y aún más impresionante: la posible existencia de un noveno planeta en el Sistema Solar, nuestra mayor esperanza de llenar el vacío dejado por nuestro amiguito Plutón en 2008.
Curiosamente, es el mismo científico que jugó un papel fundamental en su desclasificación de planeta, quien anunció el descubrimiento de indicios de lo que él llama un "auténtico planeta".
El anuncio viene del prestigioso Caltech, el Instituto de Tecnología de California, donde los investigadores Konstantin Batygin y Mike Brown descubrieron la posible existencia de un nuevo planeta mediante modelos matemáticos y simulaciones computacionales.
Si bien su existencia es solo teórica hasta el momento, existe importantes argumentos, en opinión de los científicos, para suponerla.
Todo partió de un paper publicado en 2014 por alumnos de postdoctorado de Brown, quienes observaban que 13 de los objetos más distantes del Cinturón de Kuiper, un conjunto de cientos de cuerpos que orbita en los límites del Sistema Solar, parecían seguir una vaga orbita desconocida.
El paper llamó la atención de Brown, quien sumó la ayuda de un experto teórico como Batygin. "Yo aportaría algunos aspectos observacionales y él respondería con argumentos de la teoría. No creo que hubiéramos llegado al descubrimiento si no hubiese sido por ese ir y venir", comenta Brown.
Los investigadores concluyeron que efectivamente 6 de los 13 cuerpos descritos en el paper siguen órbitas elípticas que apuntan a la misma dirección en el espacio físico, en un plano diferente al resto de los cuerpos celestes que orbitan el sistema solar.
Según los investigadores, las posibilidades de que esto suceda por aleatoriedad es de 0,007%. "No debería suceder aleatoriamente. Así que pensamos que algo le debe dar forma a estas órbitas", dice Brown.
De ahí surgió la idea de probar, mediante simulaciones, la existencia de "algo" que le diera sentido al descubrimiento. Luego de dos años, lo único que funcionaba en sus modelos era la existencia de un hipotético gran planeta que afectaban las inusuales órbitas de estos cuerpos.
Hoy Brown y Batygin, luego de publicar su descubrimiento en The Astronomical Journal, señalan que están "muy seguros de que hay un planeta allá afuera". Sería el tercero descubierto desde la antigüedad.
¿Cómo sería el planeta? ¿quizá verde, lleno de flores de malvaviscos y animales de chocolate?
No, lo más probable es que sea más inhóspito que Plutón con una atmósfera de hidrógeno y helio. Su masa, estiman, sería 10 veces superior a la de la Tierra. Esto no significa que sea 10 veces su tamaño (aquello depende de su densidad), pero sugiere que es bastante más grande, por lo que no se trataría de un planeta enano.
Por su ubicación en el exterior del Cinturón de Kuiper, podrían adivinar que se encuentra bastante lejos, y es así: estaría a entre 32 mil millones a 160 mil millones de kilómetros del Sol. Como referencia, Plutón, que ya nos queda bastante "fuera de camino", se encuentra a 7,4 mil millones de kilómetros del Sol. La Tierra, por su parte, está a solo 149 millones de kilómetros de nuestro estrella favorita.
Según cálculos de Brown y Batygin, el supuesto planeta tardaría entre 10 a 20 mil años en completar una órbita alrededor del Sol. O sea, es un lugar ideal para los que odian celebrar el Año Nuevo.
Todo esto es teoría y deducción, por lo que se necesitará de evidencia observacional para confirmar la existencia del planeta, en otras palabras, que alguien lo pille infraganti mediante un telescopio.
Para ello Brown y Baygin cuentan con Subaru, un poderosísimo telescopio japonés ubicado en Hawaii, capaz de detectar un objeto tan distante como el misterioso Planeta X. Tomará unos cinco años, estiman, dado el gran área que deben cubrir.
"Ahora podemos salir en busca de este planeta y lograr que el Sistema Solar vuelva a tener nueve planetas una vez más", dice Brown, un astrónomo quien además es toda una celebridad pop.
Fue Michael Brown quien en 2005 descubrió la existencia de dos planetas enanos que abrieron el debate de si Plutón era efectivamente un planeta. Brown, quien se define como "cazador de planetas" fue bastante vocal al respecto y uno de los principales responsables de su democión de categoría en 2008.
Tampoco es que le haya dolido. En 2010 explicó sus argumentos en el libro Cómo maté a Plutón y por qué se lo merecía, y desde entonces suele regodearse en la fama obtenida por su asesinato planetario (su cuenta de Twitter es @PlutoKiller).
Hoy Brown vuelve a ocupar portadas, pero por las razones opuestas. Sus descubrimientos, como se dice en Star Wars, le devolverían el balance a la Fuerza: volveríamos a los nueve planetas que nos enseñaron en la escuela.
"Todas aquellas personas que están enfadadas por el hecho de que Plutón ya no se considere un planeta, pueden celebrar ahora que hay un auténtico planeta ahí fuera pendiente de descubrirse", dice Brown, quien de verdad odia a Plutón. No como nosotros, que lo adoramos.