¿Eres de esos televidentes que no pueden despegarse de las historias policiales?, ¿te atraen los misterios sin resolver? El frío de junio está demasiado intenso como para ignorar una noche frente al streaming, tu gato y un buen café cargado. Y ya que nos gusta escuchar la voz del pueblo... les traigo un listado de lo mejor en documentales policiales disponible en Netflix. ¿Sacamos la lupa?
Un hombre es acusado de un delito grave. Las múltiples condenas lo han llevado a estar más de veinte años preso y su humilde familia ha tenido que vivir un verdadero infierno. ¿Lo peor? todo indica que él es inocente.
Este debe ser uno de los documentales más conocidos del streaming. Se encarga de relatar un caso muy conocido en Winsconsin, Estados Unidos, reuniendo toda la evidencia posible para demostrar que la policía aparentemente aplicó malas prácticas en el caso, e incluso pudo haber alterado las pruebas para perjudicar a Steven Avery, el acusado que este invierno cumple 55 años.
Una de las maravillas de este documental, es que generó tal nivel de expectación, que en la opinión pública se sembró desconfianza hacia el poder judicial, y el hashtag #FreeStevenAvery fue tendencia en Twitter el 2015.
Esta es una producción de diez capítulos que te dejará helado por la cantidad de datos, detalles y declaraciones que nos hacen razonar que, a veces, la misma policía es capaz de crear un asesino ficticio, como una especie de "pan y circo" para el pueblo.
El año 2003 un hombre se acercó a un banco con una bomba atada al cuello. Su misión era cometer un atraco y llevaba en sus manos una escopeta hechiza además de una serie de hojas con misteriosas instrucciones. ¿Qué pasó?
No vamos a contar el final obviamente, aunque lo importante de este documental es saber cómo se llevó a cabo este robo, con un plan que es digno de una película de suspenso y terror. Pasa que cuando un grupo de personas con alto coeficiente intelectual y con un nivel de locura importante se reúnen en torno a un plan, cosas malas, muy malas pueden ocurrir...
Lamentablemente, no se puede decir mucho más que esto, porque lo demás deberán descifrarlo en cuatro apasionantes capítulos de 40 minutos cada uno.
Ann Patricia Cesnik murió en noviembre del 2015 y a sus 92 años de edad, nunca pudo saber quién fue el asesino de su hija, la hermana Cathy Cesnik, quien fue encontrada muerta en un bosque cerca de un vertedero.
La hermana murió luego de implicarse en acusaciones contra un colegio religioso donde ella trabajaba, y sorry pero... hasta ahí los spoilers de la historia.
El documental de Ryan White expone la investigación sobre la muerte de la hermana Cesnik y también de muchos de los casos de pederastia que envolvían al Instituto Arzobispo Keough, y que apuntaban directamente al Padre Joseph Maskell, un hombre aparentemente bueno y devoto, pero que según cuenta la producción era un verdadero lobo disfrazado con piel de cordero.
Muy buen documental y que resuena mucho en la contingencia de hoy en día, respecto a los abusos, el catolicismo, el acoso y la injusticia social.
Parece terrible pensar que hay tantos casos de crímenes sin resolver, que dan para hacer una serie documental de siete capítulos. Y, sin ir más lejos, The Confession Tapes es la prueba de que a veces esos mismos crímenes además terminan en condenas injustas, involucrando a personas que poco y nada tenían que ver con el culpable. La gracia de este documental es que expone cintas y grabaciones en donde la policía induce a que sospechosos se declaren culpables luego de interrogatorios, que fácilmente pueden durar más de siete horas.
Por ejemplo, en uno de los capítulos se muestra el caso de un padre que, por accidente, aprieta el acelerador de su auto cuando volvía de un paseo con sus hijos (Down River), y que tras caer a un río, solamente alcanzan a salir con vida los padres y sus tres hijos mueren ahogados. Luego de eso, la policía y la prensa festinan con la idea de que este caso se trata de un parricidio, y que los padres nunca mostraron ningún tipo de conmoción por el hecho (aun cuando estos claramente estaban en shock tras la tragedia...).
Hay otros casos como este, que dan para pensar que efectivamente algunos sospechosos sí podrían haber sido capturados, pero que en el "apuro" de conseguir un culpable, muchas veces se puso tras las rejas a alguien inocente que simple y llanamente cometió el error de declarar con nerviosismo.
Siete capítulos muy interesantes que pasan volando, y ojo que el primer caso es buenísimo.
Amanda Knox es una chica tenaz, inteligente y con un manejo con las cámaras impresionante. Durante un intercambio de estudios en Italia, su vida se ve envuelta en el asesinato de su roomate cuando ella –supuestamente– se encontraba en una cita con su novio. La gran incógnita es qué tanto creerle a esta chica, puesto que nada de lo que dice está comprobado con evidencias y, al mismo tiempo, da para pensar que ella guarda demasiados secretos.
La dualidad entre la verdad y la mentira se convierte en el hilo conductor de este documental, que entre otras cosas nos muestra lo terrible que pueden ser los titulares de la prensa y cómo esta, incluso, puede afectar las directrices de un juicio.
El caso de Amanda Knox fue conocido mundialmente en 2007, cuando en Italia la apodaron de “Foxy Knoxy” (“Astuta Knoxy”), aludiendo a su carácter sospechoso, y en Estados Unidos se volvió una especie de patriota que necesitaba ayuda urgente para ser rescatada de un caso mal investigado.
A pesar de los dictámenes finales (ustedes tienen que verlo por sus propios ojos), la verdad siempre va a quedar en el espectador. ¿Fue o no culpable Amanda Knox?
Eso por ahora. Hay varios documentales (no necesariamente de la línea True Crime) en Netflix. Personalmente creo que es el género cinematográfico/televisivo mejor tratado en el streaming, y que esperemos en los próximos años sigamos disfrutando, y por qué no, informándonos de casos espeluznantemente reales.