vulnerabilidad, cooperación, trabajo en equipo
Imagen: César Mejías

Para lograr un equipo de trabajo fuerte, hay que mostrarse vulnerable

Ser vulnerable nos vuelve más cooperativos y esto nos permite construir equipos más afianzados, confiados y seguros. Eso, según el escritor estadounidense de exitosos libros, Daniel Coyle. Descubre los detalles de su investigación acá.

Por María José Valdés @mjvaldes | 2018-06-04 | 07:00
Tags | vulnerabilidad, cooperación, trabajo en equipo
Si desde un principio las personas muestran que son imperfectas y que son vulnerables, ese comportamiento se convertirá en la norma, y todos sabrán que está bien admitir sus propias debilidades y ayudarse mutuamente.
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Imagina esta escena: tú entrando a trabajar a una nueva pega. Los primeros días son clave, porque es cuando conoces a todos tus nuevos colegas y ellos a ti, tratas de ser lo más amable posible, de demostrar que quieres hacer un buen trabajo y te esfuerzas, en todos los ámbitos, para destacar y ser aprobado por los demás.

Solemos pensar que, al principio, hay que mostrarse fuertes y seguros (no ser un pobre pollo), para así, de a poco, agarrar confianza y solo después de eso, dependiendo de qué tan afianzado estemos, empezar a mostrarnos tal cual somos, con nuestras fortalezas y debilidades. Pero en realidad, esa creencia es errónea, y hay que hacer todo lo contrario, por lo menos, eso dice el escritor estadounidense Daniel Coyle, conocido por sus libros sobre superación, talento y desarrollo.

Según él, no debieras mostrarte vulnerable y susceptible después de agarrar confianza, sino que antes. ¡Mientras antes mejor!

¿De verdad? ¿Vulnerable?

Sí, pero no de la manera que se te viene a la cabeza. “La gente suele pensar en la vulnerabilidad de una manera media sensiblera, pero en realidad no es así”, dice el profesor experto en comportamiento organizacional, Jeff Polzer, en el libro de Coyle, The Culture Code.

Se trata de enviar una señal muy clara de que tienes debilidades y de que podrías usar la ayuda de alguien. Si ese comportamiento se convierte en un ejemplo para los demás, entonces se pueden empezar a dejar las inseguridades de lado, comenzar a trabajar y a confiar los unos en los otros. Si, al contrario, nunca tienes esos momentos de vulnerabilidad, la gente empieza a ocultar sus debilidades y cada tarea se va convirtiendo en un espacio donde las inseguridades se pueden manifestar”, aclara.

No es la idea que llegues tu primer día de pega contando todas tus debilidades, porque eso tampoco sería bueno, pero sí con una actitud sincera y abierta a recibir ayuda y a aprender de tus compañeros.

Lo increíble, es que es un círculo que cuando empieza no termina más, y puede permitir que el equipo tome muchísima más fuerza. Ahondemos en este punto.

El “bucle de la vulnerabilidad”

La vulnerabilidad, según Polzer, depende, en mayor medida, del receptor que del emisor. Porque cuando una persona comparte sus debilidades, quien lo está oyendo tiene la posibilidad de realmente escuchar y compartir luego las suyas propias, o hacer como que no escuchó nada y esconderlas, fingiendo no tener ninguna.

Como tú percibas el ambiente en una relación grupal, va a determinar cómo reacciones luego. Si la gente es buena onda y relajada, tú lo serás también; si el ambiente es tenso, tú lo estarás también; si hay una sensación de enojo constante, tú te enojarás también; es una cosa de acción y reacción, te comportarás según la norma imperante.

Entonces, si desde un principio las personas muestran que son imperfectas y vulnerables, ese comportamiento se convertirá en la norma, y todos sabrán que está bien admitir sus propias debilidades y ayudarse mutuamente.

Te ponemos esta situación de ejemplo.

-Hey, a mí me cuesta mucho sacar estos cálculos, los números no son lo mío, ¿me podrías enseñar?

-Sí, de todas maneras, ¿y tú me podrías ayudar a redactar este documento en inglés? No le pegó mucho, sobre todo a la escritura.

-Claro, no hay problema.

A esto el Daniel Coyle le llama el “bucle de la vulnerabilidad”, un intercambio de muestras de vulnerabilidad, que se convierte en la base para la cooperación y la confianza.

“Cada señal solo tarda unos segundos en entregarse. Pero son vitales, cambian la dinámica y permiten que dos personas que han estado separadas funcionen como una sola”, aclara Coyle.

La vulnerabilidad nos vuelve más colaborativos

Algunos científicos diseñaron un juego un experimento para demostrar cómo las personas pueden convertirse en una cuando se muestran vulnerables. Lo llamaron el juego Give-Some. En él, se le entregan a dos desconocidos, cuatro fichas a cada uno. El propósito del juego es que decidan cuántas le quieren dar a la otra persona, considerando que cada una vale un dólar, si es que se la quedan, y dos dólares, si es que se la dan al otro.

En situaciones normales, la mayoría de las personas, según Coyle, entregan 2,5 fichas en promedio. ¿Y cuándo aumentan los niveles de vulnerabilidad?

En situaciones en las que estos se vieron más vulnerables, como presentar frente a una sala llena de desconocidos, los niveles de confianza y disposición a colaborar de quienes hablaban aumentaron en un 50%.

Y con la situación inversa llegaron a la misma conclusión: al incrementar la sensación de poder en las personas, haciéndolas sentir más invulnerables, disminuyó mucho su disposición a cooperar.

Que el resto te vea como alguien tanto con debilidades como con fortalezas no es algo negativo, nos demuestra la ciencia. Nos vuelve más seguros y nos fortalece como equipo, llevándonos a construir relaciones más confiadas y estables.

“La cooperación no aparece simplemente de la nada. Es un músculo grupal que se construye de acuerdo con un patrón específico de interacción repetida, y ese patrón es siempre el mismo: un círculo de personas involucradas en el arriesgado, a veces doloroso y, en última instancia, gratificante proceso de ser vulnerables juntos”, finaliza Coyle.

Si todos empezamos a demostrar tanto nuestras debilidades como fortalezas en el trabajo, podríamos hacer del mundo uno mejor, donde estemos más conectados los unos con los otros. No siempre es lo más cómodo, pero definitivamente nos haría mas fuertes tanto individual como grupalmente.

¿Demuestras vulnerabilidad en tu trabajo?

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