emociones, sentimientos, psicología, habilidades, educación
Imagen: César Mejías

La importancia de aprender habilidades emocionales (y no improvisarlas)

Hay que enseñar con urgencia a reconocer y regular las emociones, porque son competencias que pueden literalmente cambiar vidas. La educación debe dejar de priorizar solo los conocimientos duros; son necesarios, pero no suficientes para desenvolverse en el mundo real.

Por Juan Reyes | 2016-09-06 | 07:00
Tags | emociones, sentimientos, psicología, habilidades, educación
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¿Se puede enseñar a regular las emociones? ¿Se puede aprender a tener relaciones sanas? Hay consenso en que sí; con los métodos adecuados. Cuando se enseñan este tipo de cosas desde la infancia, logramos adultos más felices y saludables.

Según la organización norteamericana CASEL (Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning), que busca incorporar la educación de las habilidades sociales y emocionales a la formación de los estudiantes, con el apoyo de investigadores y evidencia científica, hay cinco competencias fundamentales que de estar bien desarrolladas en un individuo, mejoran su calidad de vida:

1. Autoconciencia de emociones y pensamientos

2. Autoregulación de emociones y pensamientos

3. Conciencia social: comprender otras perspectivas y empatizar

4. Habilidades sociales: establecer y mantener relaciones saludables

5. Toma de decisiones responsables

Estas competencias se pueden desarrollar a través de diversos juegos y actividades, que varían según la edad de los estudiantes. Las posibilidades son múltiples. Por ejemplo en el caso de los niños más pequeños, el solo hecho de turnarse para usar un juguete, puede prepararlos para compartir con mayor facilidad. Una actividad sencilla, pero que puede ayudar enormemente a formar niños más inclusivos.

Que los niños tengan la instancia para hablar acerca de sus emociones e interpretar las de otros, también es una excelente manera de nutrir sus habilidades blandas. Un ejemplo de ellos es leerles una historia con contenido emocional para luego preguntarles acerca de las reacciones y sentimientos de los personajes. Involucrándolos a ellos mismos, preguntándoles qué harían o qué sentirían en tal o cual situación.

En el caso de los adolescentes se les puede enseñar a reconocer un sesgo del que todos somos víctimas: dar mayor valor a la evidencia que coincide con nuestro punto de vista. Al permitirles debatir acerca de un tema, adoptando por turnos una postura a favor y en contra, podrán desarrollar un pensamiento crítico, observando los diversos argumentos que surgen en una discusión.

En el mundo de hoy se hace cada vez más importante la capacidad de ser creativos, trabajar junto a otros, y controlar las emociones. Este tipo de competencias se aprenden de mejor manera en grupo, participando en dinámicas donde todos puedan aportar.

En Chile está el ejemplo del Grupo CMD, una empresa que busca un desarrollo más sustentable e íntegro de las personas y, a través de diversas actividades, busca cambiar la vida de los estudiantes, desarrollando sus habilidades socioemocionales. Alejandro Díaz, uno de sus cofundadores nos relata su experiencia trabajando con diversos colegios y universidades.

"Los entrenamientos que hacemos con adolescentes jóvenes van desde las habilidades más simples hasta las más complejas. Partimos entrenando habilidades de atención, luego habilidad de escucha, comunicación, trabajo en equipo y finalmente gestión de conflictos que es la más compleja", nos cuenta.

¿Cuáles han sido los efectos que han notado en los alumnos en los talleres?

"En nuestra experiencia, el efecto más notorio es que los participantes quedan alfabetizados con el ABC de las habilidades sociales y las habilidades emocionales. La mayoría de nosotros aprendemos a desarrollar habilidades sociales solo en base a prueba y error. Es una tremenda ayuda que en algún momento alguien te oriente y te entregue un mapa de emociones, los nombres de estas habilidades y técnicas para gestionarlas, es como una especie de superpoder. Los participantes no cambian de un momento a otro su comportamiento, pero se ve que se sienten más confiados de saber que pueden manejar estos temas un poco mejor que antes, y que pueden ir mejorando cada día".

Uno de los principios importantes para lograr impactar en los alumnos, es que las actividades sean de participación voluntaria, ya que creen que es prácticamente imposible que alguien que se sienta presionado a ir a una actividad, tenga disposición a aprender, al contrario, se hace resistente al aprendizaje.

"Así que cuando trabajamos en educación superior hemos hecho cursos voluntarios, con el resultado de que llegan los estudiantes más interesados en el tema y con habilidades SEL (Social and Emotional Learning) más desarrolladas. Es paradójico. En colegios es un desafío, porque por ley los niños tienen que ir obligados a clase. Así que hemos hecho el amague al sistema y comenzamos a trabajar con los centros de estudiantes y las directivas de curso, fuera de la formalidad y obligatoriedad de las clases".

¿Cómo aprovechar las actividades que hoy ya realizan los estudiantes?

"Los estudiantes pasan horas y horas a la semana poniendo en juego sus habilidades sociales, de comunicación de trabajo en equipo, solucionando conflictos. Y lo hacen a punta de prueba y error. Así es la vida, así nos formamos todos. Pero no tiene por qué ser así, podemos darles una ayuda sin tener que inventar nuevamente la rueda. Una técnica muy fácil es aprovechar los trabajos grupales que damos a los alumnos para que sean conscientes de cómo ellos trabajan en equipo, de lo que les funciona y lo que no les funciona.

Algo que nos ha resultado es que pedimos a los alumnos, al inicio del trabajo grupal, que ellos mismos hagan un contrato de trabajo en el que expliciten que quieren lograr, sus reglas y sus principios. Tiene que explicitar principios positivos (por ejemplo que quieren pasarlo bien mientras trabajan) y también reglas que dicen lo que no hay que hacer. El procedimiento disciplinario también lo ponen los estudiantes, por ejemplo que se hace cuando alguien llega tarde a la reunión, o no cumple con su parte, o por qué razones te podrían expulsar del grupo.

Por otro lado las tareas con disertaciones son perfectas para practicar habilidades de comunicación. Generalmente las disertaciones las evalúa el profesor en base a si el alumno demostró o no que sabía del tema. En educación superior lo que hacemos es que todos los compañeros dan feedback al estudiante que expone, con el objetivo que la próxima vez o haga aún mejor".

Otra recomendación que entrega Alejandro a padres y profesores es aprovechar los juegos de mesa colaborativos, que son entretenidos y muy buenos para practicar trabajo en equipo. Un ejemplo de juego de para niños pequeños se llama Race to the Treasure y está disponible en Amazon y en Chile un juego disponible es La Isla Prohibida.

¿Cómo lograr que un programa sea efectivo?

Desde su propia experiencia, Díaz nos cuenta que los programas de entrenamiento que funcionan correctamente y tienen impacto, son los que cuentan con las características de la metodología SAFE. Esto significa que son:

Secuenciados: existe un programa con un comienzo y un fin, que va de lo más simple a lo más complejo.

Activos: no se puede enseñar solo con power point, son claves las actividades dinámicas, juegos de rol y también juegos de mesa.

Focalizados: el principal objetivo desarrollar estas habilidades, por lo que no se trata de trabajarlas tangencialmente, sino que deben ser el corazón del programa.

Explícitos: los participantes deben estar conscientes de que el objetivo es desarrollar los aspectos emocionales y sociales. No es un aprendizaje "invisible", sutil, al contrario, la idea es que a todos les quede claro lo que se espera lograr, algo a lo que no estamos muy acostumbrados, dice Díaz.

¿Cómo estamos en Chile en el desarrollo de estas habilidades en los estudiantes?

"Existe consenso en el mundo y en Chile acerca de que es muy importante desarrollar habilidades sociales y emocionales. Existe mucho interés en Chile y eso es bueno. De hecho, con frecuencia tenemos reuniones colegios, institutos, bibliotecas y universidades sobre este tema. Siempre los profesores y las autoridades de las instituciones manifiestan que este tema es importante. Nunca nos hemos encontrado con una persona o institución que nos diga que este tema no le interesa.

En Chile el tema de las habilidades SEL están en el currículum de educación básica y media como contenidos transversales. En la educación superior también. Esto es bueno y malo, porque si bien se los menciona en el currículum, como son transversales se espera que todos los profesores se hagan cargo, lo que significa que muchas veces en la práctica nadie se haga cargo (…) No obstante siempre hay excepciones. Otro problema adicional, es que si bien podemos decir que el tema está en el currículum, en Chile estamos pobres de materiales didácticos y de herramientas de evaluación especializados para estas habilidades. Y otro problema más, es que el poco material didáctico con el que contamos para potencias habilidades SEL está basado en una psicología tradicional más que en una psicología positiva".

Investigación y evidencia en el área

Alejandro comenta que aunque se ha desarrollado algo de difusión del tema, existen muy pocas investigaciones de diagnóstico, y desarrollar instituciones como CASEL, que nombrábamos al principio de este artículo, que se dedica a investigar y difundir didácticas efectivas para educar en las habilidades socioemocionales. Pero en las siguientes áreas se ha visto un mayor desarrollo:

- Convivencia escolar y rendimiento

"El MINEDUC y académicos en algunas universidades han desarrollado investigación incipiente en Chile, más que nada en el marco de iniciativas de convivencia escolar. A través de la encuesta que se aplica a los estudiantes junto con el SIMCE se ha demostrado que la convivencia escolar influye en el rendimiento de los estudiantes. El año 2009 un estudio identificó que los estudiantes chilenos en general carecen de estrategias no-violentas para resolver conflictos".

- Habilidades blandas en el mercado laboral

"Otra cosa que sí sabemos, es que los empleadores valoran mucho que las personas que van a contratar cuenten con estas habilidades. Un estudio que hizo el MIDE UC el 2008 ya mostraba que la habilidad para trabajar en equipo es una de las tres competencias clave que valoran los empleadores a la hora de contratar. El mismo estudio muestra que los empleadores estaban insatisfechos con la formación con la que llegan los recién egresados, específicamente con su habilidad para trabajar en forma autónoma, su habilidad para hacer críticas y autocríticas, sus habilidades para identificar, plantear y resolver problemas, sus habilidades de comunicación y de liderazgo".

Ante el desafío de mejorar, Díaz remarca un punto muy importante: no basta con que el desarrollo de estas competencias se encuentre en el currículum, ¡hay que invertir tiempo en desarrollarlas! Su impacto también llega al mundo laboral, donde los empleadores buscan a personas que tengan las habilidades blandas bien desarrolladas.

* Para más información sobre el tema, puedes visitar el sitio web del Grupo CMD y también el sitio web de CASEL, donde hay bastante material didáctico en inglés.

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