La verdad que lo primero que me sorprendió cuando se nos vino encima la fecha del Santiago E Prix de la Fórmula E en Chile (esa carrera de autos eléctricos que bloqueó algunas calles de Santiago para los desentendidos), fue el binarismo con que se llevó a cabo la discusión, ya que si uno miraba las redes sociales o incluso los titulares de los medios más tradicionales, no había términos medios ni matices… Esto, o era fantástico para unos o era una basura para otros. Y mientras por un lado estaban los que no podían contener su entusiasmo previo:
Este fin de semana Santiago tiene el honor de ser anfitrión de un circuito urbano en una carrera oficial de la FIA, por primera vez en nuestra historia. El impacto son sólo un par de cuadras, que volverán a la normalidad la próxima semana. No puedo contener mi entusiasmo. https://t.co/DCaOt3rGuX
— Leo Prieto (@leoprieto) 30 de enero de 2018
Por otro lado estaban los que tildaban esto como una simple estupidez:
Fórmula E, de E-stupidez
— José Andrés Murillo (@JosAndrsMurillo) 1 de febrero de 2018
Y alguno me podrá decir que en las redes sociales esto siempre es así, que las cosas son siempre blanco y negro ahí, pero no, en este caso me sorprendió que muchas críticas ofensivas y sin argumentos no venían de troles ni de vecinos, sino que venían en muchos casos, de gente que admiro y que respeto y que incluso han sido noticia en El Definido por su contribución a la humanidad como es el caso de José Andrés Murillo con su fundación para la confianza.
Entonces (y haciendo juego a ese binarismo a nivel de titular...), te invito a que vayamos por parte, desde el inicio de todo, para ver si al final, terminas pensando como yo, sobre que la realización del Santiago E Prix, es una bendición para Chile.
Partamos por lo básico. ¿Qué tipo de eventos se pueden hacer en Santiago?
Porque si eres de los que crees que en una ciudad de 7 millones de habitantes las únicas manifestaciones culturales que merecen algún tipo de corte peatonal o vial son las que te gustan a ti o las que no interrumpen el espacio público más cercano a tu casa, puede ser que aunque te digas ser alguien que respeta la diversidad (porque seguramente un lector de El Definido la respeta), no la estés respetando tanto…
En efecto, grandes capitales multiculturales y diversas como Roma, Paris, Nueva York y Hong Kong entre otras, ya han recibido a la Fórmula E en sus centros urbanos y desde mi punto de vista (y antes de entrar a discutir la ubicación final de la carrera, sus costos, sus errores y si te gusta o no el automovilismo), alcanzar un alto nivel de diversidad de espectáculos es más un orgullo para la ciudad que una molestia.
En el fondo y sin que entremos aún a cuestionar los detalles del espectáculo y su organización en Chile, Santiago sí se merece hospedar la carrera de autos eléctricos más importante del mundo.
Aquí viene tal vez el punto más complicado (y donde creo que se cometieron más errores), ya que todos entendemos que cualquier espectáculo masivo a alguien molestará.
Puede ser una gallina, un árbol o una comunidad de vecinos, pero siempre habrá algún afectado y a ese afectado hay que tratarlo con respeto, hay que cuidarlo, hay que agradecerle y hay que invitarlo. Mal que mal, él es el pobre que está sufriendo los costos injustos de esta entretención. ¿O usted es de los que hace una fiesta en su casa y no le avisa a los vecinos? ¡No pues! Avísele a sus vecinos que se va a celebrar, que va a meter ruido e invítele al menos una piscolita… Porque créame que haciendo eso se va a evitar varias peleas comunitarias.
Y si bien entiendo que las municipalidades de Santiago y Recoleta recibirán cerca de 1 millón de dólares que podrán usar en mejoras y que hay calles que recibirán pavimentadas nuevas, también entiendo que se les impuso un recorrido desde la intendencia, lo que es natural que moleste a ambos alcaldes. Pero como estamos hablando de 2 alcaldes de colores políticos completamente distintos, quien crea que el recorrido fue diseñado para molestar a un alcalde en particular, creo que se equivoca.
Ahora bien, hablando desde el interés público mayor, está bien que el recorrido lo definan autoridades mayores a la comunal, porque como en general nadie va a querer el evento metido detrás de su patio, si la decisión final quedara en las manos de un alcalde comunal o de una junta de vecinos y no en autoridades mayores de la ciudad o del país, tal vez estos eventos nunca verían la luz.
Lo que no quita que a futuro hay que integrar más a todos los actores, para que todos se sientan partícipes, para que todos colaboren y para que al menos se coordinen los cierres perimetrales con otras obras y necesidades de Santiago, ya que por muy maravilloso que este evento pueda haber resultado para algunos, otros perdieron la libertad de hasta moverse de sus casas y algunos cruces peatonales se transformaron en imágenes que parecían de una post guerra, lo que habla de que la parte pública del asunto, no se trató con la mejor diligencia. Punto que me lleva a lo siguiente:
Y aquí, el típico problema de la mayoría de las autoridades (de cualquier parte del mundo y no sólo en Chile), es que en general piensan que el máximo beneficio de prestar un espacio público se alcanza con la plata que les paguen en obras de mitigación o en beneficios para la comuna, región o país… ¡Y no pues! Porque cuando excluyes a alguien, cuando no lo escuchas y volviendo incluso al caso particular entre 2 vecinos cualesquiera, cuando no invitas al otro a pasar a tomarse una piscolita cuando haces desorden, se generan tensiones que no se superan, dejamos de escucharnos y la convivencia se va al carajo y ese costo debiese ser parte de la ecuación. Por lo que a futuro e inspirado en este tuit de don Rorro Sinergia:
Espectacular la Fórmula E, pero para el próximo año tienen que dar más facilidades para que pueda verla el público en general. Estuve ahí con miles que no pudieron ver nada #SantiagoEPrix2018
— Don Rorro Sinergia (@rorral) 3 de febrero de 2018
Se me ocurre una idea: Cualquier evento privado que use un espacio público debe dejar al menos una zona de acceso gratuito con alguna prioridad a los vecinos más cercanos. Con esto, no sólo generas una válvula de escape a los problemas de convivencia, sino que además construyes un termómetro que te dice cuán relevante es ese evento para la ciudad.
Porque mientras yo tuve la suerte de vivir el evento en su máxima plenitud gracias a la invitación de Pernord Ricard (los dueños del Champagne G.H. Mumm con que se celebra en el podio de los vencedores):
Créditos: G.H. Mumm
Como contraparte a la experiencia que yo vivía, había cientos de personas tras las rejas tratando de ver algo sin suerte. Y claro, yo en cambio tuve la suerte de ser un espectador privilegiado, de subirme a un auto que me paseó por la pista, de ver un cambio de piloto en los pits y de disfrutar el evento al máximo en cada uno de sus detalles. Por lo que siguiendo con la idea: ¿Se imaginan lo maravilloso que sería para un grupo de alumnos de la escuela más cercana al lugar del evento el vivir lo mismo que viví yo? De ver el trabajo de los ingenieros, de compartir con los deportistas y aprender de sus esfuerzos, de conversar con los que saben. ¡El beneficio público de señales como esas sería enorme!
Y en esa misma línea otro detalle: adentro del evento me topé con un montón de funcionarios públicos. Y no sé cual habrá sido el criterio de repartija de entradas, pero a futuro hace falta pensar más en grande esos beneficios y hacerlos públicos, no sólo para los funcionarios, sino que para los vecinos también.
Partiendo de la base que las entradas disponibles para el evento se agotaron en menos de 3 horas, lo que refuerza el punto de que Santiago sí se merece hospedar la carrera de autos eléctricos más importante del mundo, esta idea se refuerza aún más ahora que conocemos que el rating televisivo de la carrera en Chile fue el más alto dentro de ese horario, por lo que me parece que con esos datos a la vista, tenemos evidencia suficiente para ratificar la relevancia de esto, ya que esos puntos de rating confirman que habían más de 1.000.000 de chilenos muy agradecidos de esta expresión cultural distinta a las tradicionales.
Expresión cultural que si no se hubiera hecho en la ciudad (cosa que además no es de nuestra elección porque la Fórmula E sólo acepta ir a países que la reciban en centros urbanos), no habría tenido el efecto social que tuvo, porque si hubiéramos limitado esto a un autódromo (que Santiago por lo demás no tiene…), esto habría pasado a ser sólo una entretención y no una conversación de futuro y electromovilidad como dijo el intendente Orrego:
Hemos hablado esta última semana de electromovilidad más que en las últimas dos décadas. El tráfico en la ciudad ha funcionado bien, a pesar de desvíos, y estamos mostrando al mundo la belleza de #StgoRM gracias a la #FórmulaE #SantiagoEPrix pic.twitter.com/pOlcycaRua
— Claudio Orrego (@Orrego) 3 de febrero de 2018
Y al menos a mí, por muy fanático de las carreras de autos que pueda ser, me importa mucho más la conversa sobre cómo reducimos el consumo de petróleo y sobre cómo desarrollamos un mundo más sostenible y un transporte más amigable con el medio ambiente, tema que aunque no lo creas, está muy empujado por la competencia automovilística, en efecto, si quieres dar un primer paso en esa conversa aparte (es un punto que da para otro artículo completo), adéntrate en el hilo completo del siguiente tuit:
A ti, que estás tan en contra de la #FormulaE y crees que es “un lujito”, este hilo es para ti. Porque sí, eres un ignorante. Ahí va:
— Felipe FB (@VirusFelipe) 3 de febrero de 2018
Por otro lado, el Santiago E Prix dejó un flujo de turismo importante. Y no estoy hablando del potencial retorno futuro que pueda tener el que más de 30.000.000 de personas en el mundo hayan visto en directo imágenes de Santiago del tipo de las que siguen:
We go green in Santiago! #SantiagoEPrix pic.twitter.com/DnRT3SqajV
— ABB Formula E (@FIAFormulaE) 3 de febrero de 2018
No, estoy hablando de que después de conversar con 3 grandes cadenas hoteleras del país para preparar el artículo, me comentaron que gracias al Santiago E-Prix tenían los hoteles más llenos de lo esperado con las delegaciones de los equipos y la organización internacional de lujo que acompaña a este tipo de competencias.
Por lo que incluso si no te gusta el automovilismo o la conversación sobre el futuro de la electromovilidad y el futuro sostenible que eso nos depara, algo que nadie puede negar, es que fomentar el turismo es una de las inversiones más inclusivas que un país puede hacer, porque el turismo beneficia a los comercios, a los taxistas, a los restoranes, a los hoteles y con sus venidas no mueven a una industria en particular, sino que a todo el país.
Por lo que si además de ese flujo directo de turismo que ya llegó, si alguna fracción de esos otros 30.000.000 de personas que vieron en directo las imágenes de Santiago se animan a venir, el esfuerzo estará sobrepagado.
Y si te gusta el automovilismo o estás interesado en conocer qué otros beneficios ve un fanático tuerca en esto, te recomiendo también este artículo de Guillermo Zuñiga sobre “El legado oculto y el lado B del Santiago E Prix”.
Y para cerrar, otra cosa importante que nos dejó el Santiago E Prix, fue la conversación de ciudad que tuvimos, ya que:
Más allá de quienes estamos a favor de la realización de la fórmula E y de quienes están en contra, lo más importante es que estamos hablando de ciudad, de cómo la queremos y de cómo la visualizamos. Y eso es un tremendo logro.
— Rodrigo Guendelman (@guendelman) 3 de febrero de 2018
Me pasó lo mismo q a ti @guendelman Y sí, se puede y se debe mejorar en mucho como dice @dmimica. Pero q haya resultado tan bien algo tan complejo, habla bien de Chile. Fueron muy pocos los afectados (y empatizo con su disgusto) para tanto beneficio país y fiesta en la ciudad.
— Cristián Mackenna (@cmackennar) 3 de febrero de 2018