Para mí Netflix es sinónimo de estar en la casa, tranquilo, navegando por mundos fantásticos y dándole a mi vida ese toque de acción que no encuentro tan a menudo en los trajines del día a día. Hasta ahora no he saltado de un vehículo en movimiento ni tampoco he volado sentado en el lomo un dragón. Querido lector, asumo que para ti es algo parecido.
La manera en que nació Netflix, puede ser tan grandiosa como algunas de sus series. El hecho de que haya ocurrido en el mundo real - sin cámaras ni guionistas - la hace aún más interesante. Además, esconde un montón de enseñanzas útiles para quien aspire a entrar al mundo de los negocios o de la innovación. La historia, tiende a repetirse, cambiando los protagonistas, el contexto, pero no su esencia ¡hay recurrentes patrones! Aquí vamos.
En la era del VHS e infancia de Internet, tenías que ir un local para conseguir una película. A veces no era tu día y la preciada mercancía no estaba, o venía “rayada” o tu reproductor la estropeaba... y pobre de ti si elegiste la manzana podrida. Una mala película dolía si tuviste que hacer tantas cosas para llegar al momento de verla.
Había una vez un hombre que arrendó un videocasete. Pasaron los días y simplemente olvidó devolverlo… para su sorpresa tuvo que pagar una multa de 40 dólares. Como todo hombre, con carácter, fuerte y decidido, uno de sus primeros pensamientos fue: cómo le digo esto a mi esposa. Reed Hastings no imaginó que su frustración le llevaría a ser una pieza clave en la acelerada caída de los tradicionales negocios que arrendaban películas. Esa multa, cuan efecto mariposa, desencadenaría la serie de eventos que terminaría matando al gigante del arriendo de películas: Blockbuster (o el Goliat del caso). Si bien hay diferencias entre los cofundadores en cuanto a la historia de la multa, la irrupción de Netflix está llena de datos sabrosos.
El inquieto Reed sabía que él no era la única persona que se llevaba un mal rato por una devolución tardía. Buscando alternativas para resolver el problema se envió a sí mismo por correo 3 películas en CD para saber si resistirían un viaje. Llegó la primera, con ansiedad abrió el paquete y para su alivio, estaba en perfecto estado. El mismo destino tuvieron las otras dos y ese insignificante experimento, le confirmó que sería posible abordar el problema de otra forma: que las películas lleguen a ti y que no tengas que preocuparte por devolverlas a tiempo, pues no había multas por atraso.
Reed, junto a su colega Marc Randolph, decidieron iniciar su aventura. Fundaron Netflix en 1997 y comenzaron con su revolucionario servicio. Inicialmente lanzaron un sitio web donde la gente podía arrendar o comprar películas; sin embargo cuando Amazon comenzó a vender DVDs, acertadamente decidieron enfocarse en el arriendo. Eran un pequeño David, con una piedra que pronto haría mucho más “daño” del esperado. El mundo estaba cambiando profundamente, el consumidor comenzaba a beber de las inagotables aguas de Internet y los gigantes dormidos... morirían en el sueño.
El DVD era una tecnología incipiente, lo que hacía que su negocio fuese de nicho en ese momento. Eran muy pocos los hogares que tenían acceso a esta tecnología, por sus elevados precios. Sin embargo, su masificación no hacía más que acelerar. En una astuta jugada, Netflix aumentaba su base de clientes: se unieron a los fabricantes de reproductores de DVD, regalando suscripciones a quienes compraban los aparatos. Durante sus primeros años, la empresa estaba lejos de ser rentable; solo quemaba dinero para posicionarse. Posteriormente, grandes empresas intentarían arrebatarle el mercado. El más imponente en su sector era Blockbuster y también se sumaría Walmart a la batalla; si hubiesen despertado antes, Netflix difícilmente lo hubiera logrado.
Reed ofreció a Blockbuster la opción de comprar un 49% de Netflix el año 2000, a fin de que ambas empresas liderasen el mercado. En ese instante era difícil imaginar que esa oferta, de ser aceptada, habría evitado el estrepitoso colapso que Blockbuster sufriría 10 años más tarde. Blockbuster era mucho más grande que Netflix, teniendo decenas de miles de empleados y miles de locales. Acorde a la visión de su gerente, a la gente no le interesaría pagar una suscripción mensual para recibir películas en DVD, por lo que no aceptó adquirir parte de la empresa que posteriormente enterraría una lanza en el corazón del gigante. Este error fue de tal magnitud, que sería recordado como uno de los más grandes en la historia de los negocios.
Netflix se había cambiado a un modelo de negocios que desafiaba lo establecido: pague mensualmente y acceda a todo nuestro catálogo. Sin multas por atraso. Era una fórmula transgresora, pero que finalmente parecía ser más sencilla y agradable para el consumidor. Para no estar batallando por dos frentes, llegó a un acuerdo con Walmart, a fin de que ambas empresas se potencien en lugar de competir, eliminando así un potencial problema. Su astucia para encontrar aliados, le permitió ganar cada vez más terreno.
El uso inteligente de la tecnología, permitió a Netflix aumentar aún más el valor entregado por su servicio: agregó un sistema de recomendaciones personalizadas, que se basaba en los gustos del usuario. Blockbuster, poco podía hacer contra este competidor tan ágil y visionario - que hasta el día de hoy marca tendencia -.
Unos años más tarde, las ventas de Blockbuster declinaban y lo que alguna vez parecía un negocio tan seguro, comenzaba a mostrar debilidad. Era un vehículo sin frenos que iba directo a estrellarse contra un muro. Desplazarse para arrendar una película ya no era la mejor alternativa. Su anterior grandeza, representada por una tremenda red de locales, se convirtió en una carga demasiado grande, que le impedía resistir la masiva huida de clientes. Blockbuster intentó entrar al negocio de arriendo online de DVDs y posteriormente al de streaming, sin embargo, ya era demasiado tarde: Netflix le llevaba años y millones de suscriptores de ventaja.
El año 2010 ocurriría lo que unas décadas atrás era impensable: Blockbuster se declaraba en quiebra y Netflix alcanzaba los 20 millones de usuarios.
La capacidad de ver el futuro con más claridad que los demás, parece ser denominador común de los que logran esparcir sus ideas por el mundo. Desde los inicios, los cofundadores de Netflix pensaron que internet podría hacer la entrega de cosas aún más rápida. Movimiento que no fue anticipado por el gigante Blockbuster, que se quedó dormido, satisfecho con un negocio que funcionaba y era rentable, ¿para qué cambiar profundamente algo que funciona?
Como ha ocurrido innumerables veces en la historia de los negocios, el mundo cambió y los que no estaban preparados, se extinguieron. El gran beneficiado de estas encarnizadas batallas: el consumidor… Adiós, me voy a ver Netflix un rato.