Hoy en día es común escuchar que los vinilos están de moda. En los últimos años han aparecido decenas de disquerías especializadas, han proliferado las ferias itinerantes e incluso algunos supermercados se han atrevido a incluir tornamesas y álbumes en su oferta de productos. Evidentemente, todas estas acciones responden a un significativo aumento de consumidores de música en este formato. La pregunta del millón es: ¿Por qué volvió a reinar el vinilo?
¿Sonido o estética?
La principal rama de compradores (y vendedores) de vinilos, insiste en que la música se escucha mejor en este formato. Muchos de ellos distingue, además, las diferencias entre ediciones originales y remasterizadas y propone un escalafón de calidad que no queda del todo claro y que en general, en términos de sonido, no pasan de ser opiniones subjetivas. Así como existe gente a la que no le gustan los Beatles, Miles Davis o la música clásica, habrá otros que legítimamente cuestionen los absolutismos en términos de alta fidelidad.Y aunque es cierto que la experiencia de escuchar un álbum en formato análogo es extraordinaria, tampoco hay que cerrar los oídos y desconocer las bondades de un disco digital de alta calidad. ¿El vinilo resucitó de las cenizas por su mejor calidad de sonido? Personalmente me cuesta creer que sea por eso.
Existe también un grupo de personas que se atreve a decir que compra vinilos porque valoran el objeto más que el contenido musical. Les parecen decorativos. Y la verdad es que comparados con un archivo digital, un CD o un cassette, el vinilo presenta ventajas como objeto decorativo y prueba de aquello es que en varias tiendas especializadas se venden marcos diseñados para exhibirlos como cuadros. Y aunque muchos de los compradores de vinilos (me incluyo) alguna vez se hayan visto tentados a llevar un álbum desconocido por el increíble diseño de su carátula, tampoco creo que esta sea la principal razón que explique su renacer.
Como coleccionista de música en todos sus formatos, me he preguntado varias veces qué fue lo que hizo posible algo que desafiaba todas las predicciones futuristas de hace una década: una creciente cantidad de personas iba a volver a pagar por comprar música en formato físico. Con el paso tiempo, la idea de que
el renacer del vinilo está relacionada principalmente con el diseño de la experiencia fue ganando terreno en mi cabeza hasta que a principios de 2014, un anuncio de Jack White terminó por convencerme del todo.
Third man records / Instagram
Lazaretto, probablemente el vinilo más cool del planeta
La noticia de que Jack White, uno de los principales innovadores de la escena musical independiente, iba a sacar su segundo disco solista vino acompañada de una atrevida advertencia: este disco será diferente a todos los demás. A medida que fue apareciendo más información sobre el tema, comenzó a quedar claro que su principal atractivo no tenía que ver con nuevas tecnologías de sonido, ni con un envoltorio especial. El diferencial de este trabajo está enfocado precisamente en el diseño de la experiencia y su concepción creativa lo hace brillar en un formato particular: el vinilo.
Cuando Jack White presentó Lazaretto en sociedad (a través de un video explicativo que puedes más abajo), el principal foco del artista no cumplió ninguno de los estándares promocionales habituales de la música. No habló del single principal ni del resto de las canciones, no presentó una atractiva lista de artistas invitados, no anunció una imperdible gira mundial ni usó ninguna treta tradicional de marketing. En la presentación de White todo gira en torno al vinilo. Cada innovación vinculada al álbum tiene que ver con el uso creativo del formato y todo lo que le agrega valor al disco está pensado en su edición física. Incluso se le llamó de una forma especial, “El Ultra LP”.
Sus principales innovaciones son las siguientes:
Outside Locked Groove: El lado A y el lado B del álbum se leen de forma contraria. Por un lado se toca de modo tradicional, es decir con la aguja corriendo desde el borde hacia el centro del disco. Por el otro lado, en cambio, la aguja debe ser colocada al centro del álbum y el surco del disco la hará correr en dirección opuesta. Cuando este lado llega a su fin y para evitar que la aguja siga de largo y caiga fuera de la superficie del disco, el último giro queda bloqueado en un loop eterno similar al que usaron los Beatles al final del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.
The Under Label Groove: En las dos caras del álbum hay música escondida bajo la etiqueta de papel que va al centro del disco, pero eso no es todo.En el lado A la música que está bajo la etiqueta corre a una velocidad de 78 Rpm. y en el lado B a 45 Rpm. El resto del disco funciona a 33 Rpm. lo que lo hace ser un disco que se escucha a tres velocidades distintas.
Dual Groove Track Intro: La primera canción del lado B tiene dos introducciones distintas, una eléctrica y una acústica. Cada una de esas introducciones va corriendo en un surco distinto del vinilo y en la mitad de la canción se unen hasta el final. Es decir, la primera canción de este lado será diferente cada vez que la escuches dependiendo del lugar exacto en que pongas la aguja.
Además de estas innovaciones, la edición en vinilo de Lazaretto trae un holograma giratorio, terminaciones especiales, un orden de canciones diferente a la de la versión digital y otra mezcla que es 100% análoga, sin compresión de ningún tipo.
Con este producto Jack White recorre el camino inverso que marcó el fin del disco compacto. Así como el CD fue muriendo a medida que fue abaratando sus costos de impresión y fue perdiendo fuerza como objeto, el disco de vinilo renació a punta de valor agregado y se hizo irresistible para los amantes de la música. Hoy en día son cada vez menos las personas que quieren comprar un minicomponente lleno de luces de colores y cada vez más personas adquieren un tocadiscos nuevo o mandan a refaccionar alguna reliquia familiar que será celebrada por todos quienes la vean funcionando. No importa si se escucha mejor o peor, no importa si hay que dar vueltas el disco a cada rato, no importa que se rayen. La vuelta a las pistas del vinilo le debe mucho más a la creatividad que a la alta fidelidad. La recuperada vitalidad del formato está basada en dos conceptos que parecían olvidados en la industria discográfica: el diseño de la experiencia y el valor agregado.