Era la segunda semana de octubre y comenzábamos a recibir las primeras impresiones de la película Bohemian Rhapsody. La mayoría de ellas alababa el trabajo de Rami Malek pero le restaba puntos al guión y sobre todo a la poca profundidad con la que se abarcaban los temas más personales de Freddie Mercury.
Medios como The New York Times valoraban el esfuerzo pero la definían como "una historia con muchos datos reales pero con poca autenticidad". IndieWire, por su parte, criticaba la hetero-norma con la que se tocaban ciertos temas en la sexualidad del cantante, diciendo que finalmente se quedaba con clichés hollywoodienses respecto a su vida privada del rock star. Y así vamos sumando otras opiniones de diferentes medios alrededor del mundo, incluso en nuestro país, donde varios críticos locales quedaron con un sabor agridulce luego de verla…
¿Cuál es mi opinión? Aquí les va.
Cierto, tiene ciertas imprecisiones de tiempo o veracidades. Una de las cosas que se sabe es que Freddie Mercury no fue el primero en intentar una carrera en solitario (Taylor, el baterista, lo hizo en 1981 con su batería en Fun in Space), sin embargo, la película justifica que la separación del grupo vino principalmente por el disco en solitario que Mercury lanzó en 1985, tituladoMr. Bad Guy. Además, claro, de los roces internos de la banda producidos por el manager Paul Prenter.
Otra situación se relaciona a los resultados del examen de VIH de Freddie Mercury. Bohemian Rhapsody plantea que este se entera días antes del mítico concierto de Live Aid en 1985, cuando en realidad este no los tuvo hasta 1987, a cuatro años de su muerte. A propósito de eso último, es que a algunos no les cayó demasiado bien que la película vinculara el sida a la vida desenfrenada de Mercury, casi como un "castigo a la promiscuidad".
De partida y teniendo en consideración que Bohemian Rhapsody es la biopic de uno de los vocalistas más grandes de todos los tiempos, con un poco más de 20 años de carrera, es difícil resumir tal historia al pie de la letra en dos horas de film. Sin embargo, la película cumple súper bien contando el origen-desarrollo y clímax de la banda, poniendo a Freddie como su reina principal en esta monarquía musical.
Aquí Freddie Mercury no es un personaje principal como en otras películas. Es también un símbolo de la rebeldía y ante cualquier otra cosa es un concepto por sí mismo, tal como lo fue en la vida real y esto es, sin duda alguna, lo más atractivo de toda la cinta. Tomando ese punto como referencia, Rami Malek hace gala de su tremendo talento, no solo imitando todas las actitudes posibles de Freddie Mercury, si no que llevando al personaje con sumo respeto y bullendo energía mientras se come el escenario.
El parecido de Gwilym Lee con Brian May(guitarrista de la banda) es infartante, Ben Hardy como Roger Taylor y Joseph Mazzello como John Deacon(bajista), no se quedan atrás y conjugan entre los cuatro la mejor elección posible para interpretar a Queen. Dentro de todo podríamos decir que el "tema" nunca fue la elección de actores (más allá de las típicas críticas chaqueteras que aparecieron luego del primer tráiler), el problema era que Bohemian Rhapsody no terminará cayendo en el canasto de malas biopic, porque con Queen no se juega y con Freddie menos, ¿no?
A propósito de los fanáticos, es imprescindible contarles que en mi visita al cine me tocó ver dos filas de fanáticos coreando las canciones, levantando las manos, aplaudiendo con el Radio Gaga y llorando a mares al final de la película. No sé si eso tenga que ver con la nostalgia o la complicidad que existe entre el fanático y Queen, pero sin duda vale mucho más que cualquier opinión de cualquiera de nosotros, los críticos ¿Acaso el cine no se trata de eso?, ¿de entretener y emocionar?
La taquilla de Bohemian Rhapsody la convirtió en la segunda película más vista en Chile en su primer fin de semana después de Avengers: Infinity War, con más de 60 mil espectadores. Eco de este éxito son los comentarios en redes sociales que acumulan aplausos virtuales y valoran el nivel emotivo con el que trabajó la historia del cantante. Aun cuando, por años, las industrias esquivaban trabajar la vida privada del artista y el proyecto de Bohemian Rhapsody pasó de mano en mano, hasta llegar a Bryan Singer (X-Men).
Está bien, no es una película perfecta, pero desde las primeras noticias supimos que Bohemian Rhapsody era una historia bajo los códigos de la entretención musical, más que unn film de matices profundos de un héroe. Esto no es cine arte, no es una película desgarradora de la triste vida de Mercury, ni tampoco pretende ser más de lo que todo el mundo sabe. Es simplemente la forma en que Hollywood, un excelente equipo técnico, visual y dramático, representa en colores el concepto de Freddie. Por lo mismo, mi consejo es no pedirle peras al olmo y entender que Bohemian Rhapsody es eso; la rapsodia con luces y sombras de un hombre que supo arder su talento y conquistar los escenarios, tal Mr. Fahrenheit.