El cine entrega sorpresas e hitos, y a veces, por inusual que parezca, se pone de acuerdo con las maravillas que nos regala. Sí, porque esta última semana de julio, dos mejores películas en su género estuvieron de cumpleaños. Una en la cúspide del cine de superhéroes, que este siglo XXI ha marcado los records de taquillas y colmado carteleras mes a mes; y la otra, en el complicado y vilipendiado cine de acción, que sentó referentes en la década de los 80s. Ya, nos lanzamos, que vengan detractores o aliados, pero según las críticas y rankings, estos son los títulos y sus razones para campeonar:
“Batman, El Caballero de la Noche”: la verdad del héroe
Si bien algunos dicen que este premio debe ser para la majestuosidad de la reciente Avengers: Infinity Wars (2018) o aquella cinta dirigida por Richard Donner que dio el vamos a este género con la primera mega producción del Hombre de Acero con el Superman (1978) (protagonizada Christopher Reeve), al momento de sentar cabeza, el tío Christopher Nolan es la luz y big boss con la segunda entrega de su saga Batman: el Caballero de la Noche, estrenada un 18 de julio de 2008. ¿Por qué?
Porque es pero a la vez NO es una película de superhéroes: transforma con una capucha oscura, un thriller detectivesco y policial, en un alucinante caso del Hombre Murciélago. Plantea además tires y afloja entre el justiciero y su mayor némesis, el Joker; donde ganan y pierden. También sorprende al espectador, pues nunca sabe lo que viene. Un puzle mental y estratégico que implica mirar en detalle, o a la vez una suerte de homenaje a esa gran película policial llamada Heat (1995), que enfrentaba a De Niro versus Al Pacino.
Por su extrema realidad: y es que aquí todo lo que ves puede ser cierto, incluso una Ciudad Gótica que fácilmente parece Nueva York, Londres o incluso Santiago; con efectos especiales análogos y muy poco o casi imperceptible uso de escenarios digitales. Todo es palpable: las explosiones, las locaciones, los personajes y las escenas de acción en camiones. Hasta la desfiguración de Harvey “Dos Caras” Dent, es verosímil y compramos sin cuestionamientos.
Por los temas y la contingencia que revisa: donde Batman está al filo del bien y el mal, considerando que el control y vigilancia de todos los celulares es necesario. Planteando el uso de las redes sociales como las verdaderas plataformas del miedo y conexión con la gente, y teniendo a este Joker anarquista y caótico como gran orquestador.
Por su cinematografía y música: Cuestionar la maestría de Nolan para contar historias, es absurdo. El tipo es un arquitecto, alguien que se niega a construir películas en 3D, por “faltarle respeto” al arte de hacer cine. En este caso lo logra con un diseño de personajes que roza lo perfecto, desarrollando una trama central y otras que van por debajo y finalmente cohesionan. Y con otro maestro a su altura, pero desde la musicalización, don Hans Zimmer, quien instala un soundtrack que muchos y muchas tuvimos en nuestros MP3 junto al disco de pop o rock de moda.
Porque cambió el modo de ver el cine de superhéroes: Sí, pues muchas la han intentado igualar, pero no dan ni con la densidad ni con su leyenda. Lo más cercano puede ser hasta ahora el western heroico de Logan (2017), pero ¿se han percatado la cantidad de frases, citas y momentos icónicos que hay en este film?: “¿Why so serious?”, “O mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en villano” o el casi choque de la Batimoto contra un colérico Joker y su metralleta. Los memes hasta el día de hoy son testimonio de esto.
Y por último, y más importante, por Heath “el mejor villano de todos” Ledger: pues si bien todo el elenco está en un gran nivel, lo que plasmó el fallecido actor es eso: un tipo que dejó la vida en este papel. Sus tics, voz, su improvisación, misterio, locura, humor y desgracia. Por algo se llevó el Oscar póstumo por dicho rol, por algo Nolan no quiso reemplazarlo y lo sacó de la última película, pues Ledger ERA el Joker, y hasta el día de hoy, es único e inigualable.
¿A quién pondrías tú para darle pelea a este film por el cetro? Mientras piensas, vamos con la siguiente categoría, con una película que el pasado 20 de julio alcanzó los 30 años de aniversario como la Mejor Película de Acción de todos los tiempos:
“Duro de Matar”: el edificio a replicar
Aquí sí que se va a armar polémica, con tiroteos y explosiones de por medio. Pero si la crítica y en tantas películas o series le han hecho homenaje y citas, es por algo, ¿o no?
Por el riesgo y apuesta: año 1988 y la industria de patadas y pistolas estaba dominada por la triada Silvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y Mel Gibson. Y aunque además de estos actores para el rol protagónico de John McClane pensaron en Frank Sinatra, Harrison Ford, Kurt Russell y De Niro, la producción se la jugó por un emergente Bruce Willis que venía de comedias románticas, particularmente Luz de Luna (1985). Sin tantos músculos ni cabellera frondosa, pero con carisma y naturalidad.
Una historia de navidad: sí, porque si vamos al trasfondo a pesar de las bombas y tanques, Duro de Matar es la historia de un matrimonio en crisis que con un “milagro” navideño descubren lo importante del amor y vivir el momento. Si unos tienen de peli favorita navideña Mi pobre angelito 2, créeme que la otra mitad es Duro de Matar. Hermoso.
El laberinto de cemento: Hasta esa fecha, todas las cintas de acción, salvo pocos casos como Fuga de Alcatraz (1979), pasaban en espacios abiertos y temporalmente amplios. Bueno, esto cambió el paradigma, y bajo la dirección de John McTiernan nos adentramos en una moderna torre de cristal y en altura, donde el pobre MacClane en horas debe avanzar secretamente entre canales de ventilación y ascensores, entregando claustrofobia y angustia a la historia. Junto con ir piso por piso marcando en su brazo cada nombre de los maleantes que va despachando.
¿Con la mano en el corazón: se acuerdan de algún villano de las pelis de Rambo u otras similares?: imposible, cero. Pero qué pasa si les menciono a Hans Gruber, interpretado por el tremendo Alan Rickman (o Severus Snape en Harry Potter), eso es clave. Inteligente, mordaz, sin misericordia, galante de terno y corbata. Todo lo opuesto al sudado y desaliñado McClane. La otra mitad de una película de acción memorable es su archienemigo, y en Duro de Matar, vemos al diablo con acento alemán.
Y por último, y lo más importante: porque toda, toda la película -entre balaceras, vidrios rotos, fuego y agua- nuestro protagonista… está a descalzo. Y eso, sí que es un verdadero héroe de acción.
¿Crees que estas películas son las mejores en los géneros de superhéroes y acción?
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