Hace exactamente treinta años, se estrenaba una de las películas mas revolucionarias de la animación japonesa. Akira, basada en la obra de Katsuhiro Otomo, veía la luz en los cines japoneses y comenzaba a gestar uno de los grandes hitos del séptimo arte.

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¿Por qué algunos de nosotros seguimos rallando la papa con una obra de hace tres décadas?, ¿por qué dicen algunos que es la "meca" del cyber punk nipón?. El Definido enciende el motor y arranca un análisis preciso sobre el tema.

Neo-animación de la buena

Es Neo-Tokyo en 2019. Una ciudad construida sobre los escombros de la Tercera Guerra Mundial. Japón está al borde del colapso económico, social y político, y un grupo de científicos desarrolla en secreto un experimento que busca encontrar a sujetos que sean capaces de controlar el arma definitiva, la "energía absoluta", la fuerza más peligrosa del planeta: el Akira. Todo este caos se desarrolla mientras un grupo de pandilleros liderados por Kaneda Shotaro, choca frente a frente con un grupo militar que convierte a uno de los chicos en el nuevo conejillo de indias y que despertará el poder más amenazador de nuestra civilización.

De partida, hay que dejar claro que Akira es una película de culto. Digo esto, porque sabemos que la crítica se rindió ante la obra y automáticamente fue considerada como un título trascendental de la ciencia ficción y la animación. Tanto como Blade Runnero 2001: Odisea en el Espacio. Sin mencionar también que es de esas películas que tuvieron un alcance mundial y cuando sin ir más lejos, en Chile se transmitió en innumerables ocasiones en horario estelar durante la década de los 90s. Detalle no menor, considerando que por esa fecha aún se clasificaba la animación como un género exclusivo para un público infantil.

Akira no. Akira era para mayores de edad, y los que tuvimos la suerte de verlo sabemos que tanto el manga como la animación, son una experiencia visual religiosa.

Colores neones, detalles en cada rincón, sonidos industriales mezclados con percusiones japonesas y cantos ceremoniales medio-alucinógenos, son solo parte de lo que se puede rescatar de esta obra maestra. Claro, sabemos también que proféticamente se adelantó a los tiempos mostrando los Juegos Olímpicos de Tokio para el 2020 y que (dicen por ahí) creó una tonalidad de rojo que anteriormente no había sido descubierta. Todo y más para una película armada con 2.110 planos, 327 matices de colores diferentes y 160.000 dibujos. ¿Qué tal?

A la par de su estreno, la gran casa Ghibli había estrenado Mi Vecino Totoro y La Tumba de las luciérnagas (ambas piedras angulares del arte de la animación), pero a opinión de varios expertos en el tema, ninguna otra película del momento dio un salto tan grande en la innovación como lo hizo Akira en su momento. Una razón es porque desde sus inicios fue un proyecto ambicioso que involucró a varias compañías como Bandai y Toho, quienes unieron fuerzas para reunir diez millones de dólares para su producción, y otra porque –en teoría– fue la primera película oriental más taquillera en Occidente, hasta el estreno de La Princesa Mononoke(1997).

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Los expertos se rinden ante “Akira”

Durante los años noventa, Akira era de esas películas que te llegaban en formato VHS de mano de un amigo, original o pirata, con o sin subtítulos. La cosa es que por esos años, era poco usual que los videoclubs de barrio se atrevieran a traer algo más que la recién conocida Dragon Ball Z y una que otra película de la vieja escuela del anime tipo Candy Candy. Esta fue una de las razones (entre muchas) por la cual Akira, hoy por hoy, es una película de culto. Culto por ser buen cine, y culto porque creó un fandom silencioso que ha sobrevivido por tres décadas sin ningún cambio ni adaptación que le haga frente.

Sin ir más lejos, quisimos preguntarle a un par de expertos en el tema sobre la influencia de Akira en el cine animado y de ciencia ficción. Jack Wallace, por ejemplo, panelista del programa de cable Free To Play, confirma la importancia de la película en una sociedad a puertas del siglo XXI:

"Akira marcó un antes y un después, porque ayudó a difundir y cambiar la percepción del anime en el mundo entero. La sociedad completa se dio cuenta de que la animación japonesa no eran solo melodramas románticos para niños o contenidos exclusivos de un público infantil, sino que también podía entregar una historia madura para adultos y con alta factura técnica”.Robbie Barrera, matemático y amante de la cultura popular, asegura:

"Nos presentó el anime como nunca en Occidente se había visto: era humorístico, fantástico, erótico, violento, etc. (...) Nos mostró historia y animación hecha para adultos, presentando el anime como una forma de arte y de crítica social sumamente poderosa”.

Además da al punto clave respecto a la ciencia ficción:

"La ciencia ficción siempre se ha considerado como la respuesta humana a los avances, y acá vemos un tremendo ejemplo de cómo los avances tecnológicos fueron superados por nuestra madurez como especie, y como esta última fue superada por la evolución biológica (...). Nos presenta la pregunta, ¿en qué momento la evolución ganará la carrera que le hemos boicoteado gracias a la ciencia médica?".
Fyto Manga, ex panelista e ilustrador del mítico programa Bakania, dice:

“Con Akira recién pudimos reconocer una producción de culto que conmocionó a muchos otros artistas alrededor del mundo. Por ejemplo, Moebius, a quien muchos (yo incluido) consideran el mas completo autor de comics del mundo, la considero una joya de la animación y eso catapultó la oleada de producciones de anime en formato OVA que vinieron después. Akira es la película que le otorgó prosperidad y respeto a la industria del anime en todo el mundo”.

A propósito de los años en que Akira llegó a la televisión chilena, recuerda:

“Akira fue una película muy extraña a ojos de los espectadores chilenos, particularmente aquellos a quienes el anime les era desconocido como cinematografía. Estábamos los freaks que la aclamamos... Pero hay que considerar que llegó a nosotros en formatos de video pésimamente grabados. Tuvimos que esperar años para que Chilevisión la exhibiera al fin. En ese período tuve que escuchar mucha basura por parte de críticos de cine chileno. Fue injusto. La consideraron muy violenta, enredada, incomprensible”.

Desde una mirada más personal, puedo decir que soy de esa generación que recibió el VHS en mano cuando la película aún era un poco desconocida en Chile. Probablemente soy también de ese grupo de fanáticos que considera "un antes y un después" en la aparición de Akira con respecto a lo que entendíamos por "película animada", y por el mar psicodélico que puede haber tras unos trazos de dibujos y colores. Akira no es solo una película bien hecha, es también una droga visual que te hace alucinar y recaer en ella de vez en cuando. 

Si, también deben haber muchos de ustedes que deben ser Biblias de conocimientos sobre el tema y no está demás decir que amaría leer sus opiniones al respecto. ¿Se animan?

¿Ustedes también rayaron con “Akira”?