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9:00 am: Hora de entrada a trabajar.
9:05 am: Juan entra a la oficina.
9:06 am: "¡Bueeeenaaa, el con horario de gerente!", "Pensamos que ya no llegabai..." "Uuu vamos a tener que repetir toodo lo que hablamos en la reunión por tu culpa" "¡JA JA JA JA JA!"
9:10 am: Juan una vez más le sonríe a sus compañeros mientras piensa que quiere volver a su casa
Puede parecer una escena inocente y cotidiana para más de alguno... La última vez que la vivieron ¿De qué lado estaban? ¿Llegaron tarde o dijeron un par de "buenas tallas"? ¿Quizá fueron sólo espectadores? Lo cierto es que este momento de burla, si se repite en la rutina de Juan y éste se siente humillado cuando ocurre, es sin duda bullying laboral o mobbing, como se denomina si sucede en un ambiente de trabajo.
La definición oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que mobbing es una situación de violencia o acoso recurrente dirigida a una persona con el objetivo de aislarlo de un grupo laboral y que se caracteriza por conductas crueles y hostiles que se convierten en una tortura psicológica para la víctima.
“El mobbing es un proceso de destrucción; se compone de una serie de actuaciones hostiles que, tomadas de manera aislada, podrían parecer insignificantes o sin importancia, pero cuya repetición constante tiene efectos perniciosos con el fin de destruir las redes de comunicación o reputación de la víctima o víctimas y de perturbar el ejercicio de sus labores hasta que finalmente acaben por abandonar el lugar de trabajo”, dice Heinz Leymann, académico de la Universidad de Suecia, reconocido por tipificar el mobbing.
No se trata de ponerse denso y nunca más tirarle una talla a un compañero, eso no es bullying, eso es convivencia, si mal que mal son mínimo 8 horas con las mismas personas en un espacio cerrado. Por eso, para detectar si realmente se está siendo víctima de acoso laboral, tienen que cumplirse por lo menos estas tres situaciones:
1. Deben ser situaciones sistemáticas y repetidas en el tiempo.
2. Los efectos deben ser evidentes a nivel físico o sicológico.
3. Tiene que haber diferencias de poder formal o informal entre agresores y el/los agredidos.
Las formas de hacer mobbing más típicas en las empresas entre compañeros son esparciendo rumores y calumnias, aislando a la persona, insultándola, ignorándola o amenazándola. En caso de que sea un superior el que provoque el acoso, se puede detectar si le asigna tareas inútiles o demasiado exigentes, si le cambia frecuentemente sus responsabilidades o lo ridiculiza.
Como consecuencias principales de ser víctima de alguna de estas actitudes está la angustia y depresión, pérdida de peso, dolores de cabeza e insomnio. Esto genera además que el empleado baje su rendimiento, dando más material para que lo molesten.
La verdad es que de esta tema, que va en alza a nivel mundial y particularmente en Chile también, aumentando cada año los reclamos por acoso en el trabajo, se ha escrito bastante. Pero hay tres consejos que logran el consenso de los expertos respecto a qué hacer si estoy siendo víctima del mobbing:
1. Identificar al acosador: Puede que nublado por las agresiones y burlas pienses que "todos están en tu contra" o "todos te odian", pero en la mayoría de los casos hay una persona que alienta a los demás a las malas prácticas para sentirse respaldado. Si logras discernir quién es ese compañero, el primer paso para detener su comportamiento es analizarlo objetivamente: ¿Es así con varios o sólo conmigo? ¿Me molesta recurrentemente o sólo en situaciones específicas? ¿Me siento incómodo o realmente está tratando de perjudicar mi trabajo? Si las respuestas dan que es algo personal y que has bajado tu rendimiento por su culpa, hay que dar el paso 2.
2. Actuar: Sin duda depende de la magnitud de las agresiones las medidas que se tomen al respecto, pero el requisito principal es siempre mantener la cabeza fría, "el que se descontrola pierde". Si el agresor ridiculiza tu trabajo tienes que defenderlo de manera empoderada, para que no piense que tú mismo tienes dudas al respecto. Seguramente en su actuar hay mucho de envidia, por lo que está actuando desde la emoción lo que lo deja en desventaja si tú te mantienes con la cabeza fría, permitiéndote tomar el control de la situación.
Es importante no dejar pasar las cosas que te molestan. Si te hacen un comentario que te resulta hiriente, responder de forma seria que eso estuvo fuera de lugar y que no les has dado la confianza para que te traten de esa manera.
3. Denunciar: Si le dijiste directamente que te molestaba su actitud y el agresor insiste en acosarte, lo más apropiado es informarle de la situación a un superior. En caso de que no sea tu jefe la persona que te hace mobbing, decirle a él y en caso de que sí sea, recurrir a Recursos Humanos. Tienes que tener claro los argumentos y tratar de ser lo más detallista y objetivo posible para generar confianza en el relato. Mencionar compañeros presentes durante los acosos sufridos y ojalá previamente contar con su apoyo, en caso de que recurran a ellos para confirmar lo que dices.
En Chile rige la ley relativa al acoso laboral. Quien comete esta falta puede ser despedido sin derecho a indemnización. En caso que sea un empleador quien comete el acoso laboral, el empleado puede poner término al contrato y recurrir al juzgado respectivo en un plazo de sesenta días hábiles desde la fecha que se auto despide, para que el tribunal ordene el pago de las indemnizaciones respectivas.
Sin embargo, para que no se promuevan reclamos infundados, el empleado que reclame acoso laboral falsamente o con el objetivo de faltar la honra del demandado, está obligado a indemnizar los perjuicios de las personas a las que le haya atribuido el acoso o quedara sujeto a otras acciones legales.
Las empresas juegan un rol fundamental en el ambiente laboral y, por lo mismo, cada vez toman más protagonismo los departamentos de Recursos Humanos.