Llega ese momento en que tu hijo supera los seis meses de vida y hay que comenzar a alimentarlo con comida sólida. Entonces tu mamá te cuenta que ella te daba pana de pollo molida a los seis meses, tu mejor amiga te recomienda sólo frutas y verduras por ahora, y tu cuñada te cuenta que el pediatra de su tercer hijo empezó con el pollo y, de a poco, con el resto de las carnes. ¿Quién dice la verdad?
Todas las madres saben que deben alimentar a su hijo idealmente con leche materna hasta los seis meses de edad, es lo que la Organización Mundial de la Salud recomienda. Si no es posible, al menos con fórmula. Luego, si se quiere es posible seguirlo amamantando inclusive hasta los dos años, si no hay contratiempos por parte del niño o la mamá. ¿Pero cómo introducir los sólidos a partir de los seis meses?
Existen métodos y formas para hacer que este tránsito de una dieta de guagua a niño, sea lo más calmo y satisfactorio posible. Hoy en El Definido te damos algunos consejos generales y luego incluimos una guía completa sobre cuándo y qué alimentos incorporar en la comida de un niño que ya cumplió los seis meses.
En primer lugar, ¿cómo saber si un niño está preparado para comenzar a consumir comida sólida? No se trata de que sea justamente a los seis meses, más bien hay que tener en cuenta algunas señales, entre ellas: se sienta y sujeta su cabeza sin ayuda, ha perdido el reflejo de extrusión (cuando botan con la lengua todo lo sólido que entra a sus bocas), se ve tentado por los alimentos que ingieres tú o el resto de la familia y mastica y cierra la boca en torno a la cuchara.
De todos modos, puede que tu hijo no tenga todas estas señales sino la mayoría, e igualmente se encuentre listo para comenzar. Obviamente, tu pediatra siempre te ayudará a captar estas señales.
La clave de una buena introducción de alimentos sólidos, está en el cómo lo hagas. La primera vez que tu guagua se enfrente a una rica papilla de palta, durazno o pollo, determinará también qué sensaciones y emociones asociará a esos alimentos, así que a tener ojo.
Cuando ofrezcas un nuevo alimento a tu guagua, que sea de uno en uno, no trates de mostrarle las papas, la carne y las berenjenas en un mismo almuerzo, esa montaña rusa de sabores no traerá nada bueno. Parte con uno, ve cómo reacciona y si le gusta o no. Luego, después de tres días, introduce otro y está atento a las señales como alergias cutáneas, malestares estomacales o intolerancias. Así irás incorporando todo un nuevo menú poco a poco.
Luego, cocina los alimentos de manera muy saludable: al vapor, a la plancha o hervidos y sin sal ni azúcar. Recuerda que esos pequeños estómagos jamás han recibido antes una cucharada de arroz, entonces no lo aliñes, no es necesario. Sirve los alimentos bien triturados, en forma de papilla, puré o trocitos muy pequeños. Por último, agrega una cucharadita de aceite de maravilla a cada plato, para darle consistencia.
Si el niño se niega a comer, no lo fuerces, no querrás que asocie la comida con un mal momento, ya comerá cuando tenga hambre u otros alimentos que sí le gustan. Además, es posible que no quiera comer porque siente molestias y, en ese caso, no es bueno obligarlo. Evita tener la televisión, el tablet o el celular cerca mientras el niño come, la idea es que se sienta atraído por el nuevo mundo de alimentos que le muestras y no que lo distraigas con otra cosa para meterle una cucharada. El ideal es hacerlo en un entorno tranquilo y libre de demasiados estímulos. Incluso si toca la comida con la mano, la mira, la huele y juega con ella, ¡déjalo! Luego habrá tiempo para enseñarle modales y ese tipo de cosas, por ahora es importante que se familiarice con cada nuevo producto.
Por último, en la medida en que vaya creciendo y tus horarios de comida coincidan con los de tu hijo, siéntalo a la mesa (en su cómoda sillita) con la familia. Es importante que asocie la comida con un momento agradable, donde la familia comparte, donde se disfruta y se conversa.
Y hemos llegado a la parte que quizás muchos padres estaban esperando: qué alimentos introducir de acuerdo a la edad de cada guagua. Siguiendo una guía publicada por la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile, estos son los principales consejos:
Niños de 6 meses:los niños de esta edad deben continuar consumiendo leche materna o relleno (fórmula) cinco veces al día, pero a la hora de almuerzo (entre las 11 y 12 el día) pueden comenzar a sumar alimentos sólidos. Lo ideal es preparar una taza de puré de verduras con tres vegetales diferentes y, si se quiere, agregar carne. Dentro de las verduras a elegir están: papas, zapallo, betarraga, zanahoria, zapallitos italianos, acelga, espinaca, alcachofa, espárragos o porotos verdes. La carne debe ser desgrasada, idealmente posta, pavo o pollo sin cuero.
Como postre, puedes darle al niño media fruta o una fruta entera (dependiendo del tamaño) cruda, que esté molida o rallada. Además, es bueno ir incorporando agua en su dieta: agua hervida (20 a 50 cc.) dos o tres veces al día y no justo antes o después de tomar leche.
Niños de 8 meses: A esta edad ya es hora de incorporar la comida sólida también en la tarde, suspendiendo la lactancia de ese horario (18-19 horas). Se suman las legumbres, como porotos, lentejas y garbanzos, mezcladas con verduras. Trata de que las primeras veces, este tipo de alimentos sean presentados a la hora del almuerzo y pasados por cedazo. Luego de la segunda semana, puedes darle las legumbres enteras, mezcladas con arroz o fideos.
Fíjate bien si el niño tolera las legumbres sin problemas, si presenta molestias o malestares, espera hasta los 10 meses de edad para volver a intentarlo.
Niños de 12 a 18 meses: Llegó el turno del huevo y del pescado. Éste último no suele ser el favorito de los niños, entonces procura presentarlo bien, sin espinas y bien desmenuzado (también puedes integrarlo a un puré de verduras). Tu hijo ya puede comer huevo una o dos veces por semana (1 huevo por vez). Recuerda lavarlo bien antes de prepararlo.
A los 18 meses deberías suspender la lactancia de las 22 o 23 horas, y comenzar de una vez con los horarios definitivos de comida de un niño: desayuno, almuerzo, té y comida. Además, ya no es necesario que la comida esté triturada o molida, tu hijo puede comer alimentos picados sin problemas.
Niños de 2 años: ¡Ya es hora de que tu hijo coma lo mismo que tú! Es decir, el menú del día en tu casa y no una preparación especial. Puedes introducir todo tipo de ensaladas, inclusive las hojas verdes y crudas. Dentro de las recomendaciones, lo ideal es que coma carne o huevo dos o tres veces por semana, y pescados y legumbres una o dos veces a la semana. Frutas y verduras, todos los días.
Cuando el niño ya tiene dos años, puede además tomar leche de vaca, aunque lo ideal es que sea semidescremada, y limitar lo más posible el azúcar, los cereales azucarados y todo tipo de golosinas. Ojalá su colación de media mañana consista en una fruta o al menos productos saludables (como esta original golosina).
Lo importante es que, en complemento a su alimentación, estimules en tu hijo un estilo de vida activo, trata de limitar las horas de televisión o consolas y motívalo con los deportes, ojalá tres veces por semana. Que se hidrate bien durante el día (el agua no tiene rival) y, muy importante, que aprenda a disfrutar de la comida saludable, y si quiere meterse a la cocina a colaborar, ¡tanto mejor!