sistema, cuotas, genero, mujer, desigualdad, politica, femenino
Imagen: César Mejías

Cuotas de género: ¿cómo son en el mundo? ¿Conviene tenerlas?

Es un mecanismo que ha servido en muchos países para aumentar la presencia de mujeres en esferas de liderazgo e influencia, pero no siempre es bien recibido. Aquí te contamos en qué consiste, cuáles son los argumentos a favor y en contra, y algunos casos ejemplares.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-03-02 | 07:00
Tags | sistema, cuotas, genero, mujer, desigualdad, politica, femenino
Relacionadas

La desigualdad de género es un tema sensible. Si ya las mujeres tienen que enfrentar una serie de actitudes machistas en su vida cotidiana, también tienen que experimentar otras formas de desigualdad, como por ejemplo, estar subrrepresentadas en el Congreso: en Chile solo el 15,8% del parlamento está compuesto por mujeres. ¿De qué depende esto? ¿Es acaso la política machista? ¿Hay una falta de motivación de las mujeres para participar?,¿Sus condiciones laborales las decincentivan?

De todos modos, la cifra nos ubica por debajo del promedio regional (25,2%) e incluso bajo el promedio mundial (23%).

Es en medio de este escenario, donde se suele hablar de vías para lograr una mayor integración de las mujeres en estas áreas o en los altos cargos directivos de las empresas. El problema es que los caminos para llegar a esta mayor inclusión no siempre son populares.

Un ejemplo emblemático son las cuotas de género: un mecanismo que plantea un mínimo de participación femenina en determinados cargos (como parlamentarios o directivos) y que genera ruido en varios sectores. ¿Por qué?

A veces es visto como una imposición cuyo objetivo no es elegir a la persona más idónea para el cargo, sino que simplemente a una mujer por el hecho de ser mujer. Aunque por otro lado, es visto como una herramienta eficaz para romper los prejuicios de género y lograr de una vez por todas una mayor participación femenina en las distinas esferas de liderazgo.

¿Cómo lo han hecho en otras partes?

Antes que todo, es importante destacar que existen tres tipos de cuotas: las que se aplican de manera voluntaria (por ejemplo, si un partido político simplemente se propusiera alcanzar un determinado número de mujeres en sus líneas), las que funcionan con candidatos (en el caso donde se exige que un porcentaje de los candidatos al parlamento sean mujeres) y las de asientos reservados (en donde sí o sí, “x” cantidad de mujeres deberán tener un cargo de liderazgo, por ejemplo). También es bueno dejar en claro que cuando se habla de cuotas de género, se puede estar haciendo referencia a empresas, gabinetes ministeriales, cargos públicos, el Congreso, etc.

El primer país del mundo en implementar algo de este tipo está mucho más cerca de lo que crees. Se trata de Argentina, que a fines del 1991 dio luz verde a su ley de cuotas de género, que básicamente consiste en que el 30% de los candidatos de las listas de partidos deberán ser mujeres que, además, deberán tener opciones de ganar. Eso se hizo para evitar que los cupos difíciles o casi imposibles de lograr (como ocurre con las candidaturas “testimoniales”).

De esa forma, se pasó de tener una representación femenina del 5% en el Senado y 3% en la Cámara de Diputados, a un 30% en ambas después de la nueva legislación.

Otro caso es el de Noruega, que en el 2003 hizo obligatorio que las empresas que transan en la bolsa tengan un 40% de mujeres en su directorio a partir del 2006. La idea era, en parte, reflejar algo por lo que la misma sociedad había optado durante los últimos años: la participación femenina. En la décadada de los '90, alrededor del 37% de los escaños del parlamento eran ocupados por mujeres (y sin cuotas de género de por medio).

Pero eso no se veía de la misma manera en los altos cargos directivos de las empresas. Por lo mismo, en su momento la medida fue controversial, sobre todo porque “metía manos” en empresas privadas. De todos modos, para asegurarse que las empresas adoptaran la medida, se fijaron fuertes sanciones para quienes no la cumplieran, como por ejemplo, negarles el derecho a registrarse como una compañía de negocios.

En cuanto a Alemania, por ejemplo, se adoptó un sistema de cuotas voluntarias para los partidos políticos. Actualmente tienen una presencia femenina en el Congreso de un 36,3%. 

Pero estos no son los únicos, ya que muchos otros países han adoptado cuotas de género legisladas o voluntarias. Si quieres ver cómo funcionan en otros países del mundo, entra aquí.

Grandes resultados sin cuotas

Las cuotas no son la única vía y otros países también han logrado avances sin ellas, aunque con mucha educación y otra mentalidad. Uno de los casos más emblemáticos es el de Islandia, que según un informe del Foro Económico Mundial se ubica en el puesto número uno en su ránking 2016 de igualdad de género. Ahí, el 48% del parlamento está representado por mujeres, todo esto sin siquiera recurrir al sistema de cuotas, ni ningúna política de intervención estatal para lograrlo.

Eso sí, como ya les contamos en otra oportunidad, Islandia ha sido elegido varias veces como el mejor país del mundo para ser mujer. Así que se podría decir que tampoco “necesitan cuotas”, ya que poseen una cultura en donde la figura femenina se ve perfectamente capacitada y apoyada para ejercer roles de liderazgo.

Algo similar pasa con otro país nórdico: Dinamarca. Sin la necesidad de instaurar un mecanismo de cuotas, los daneses lograron alcanzar un 37% de presencia femenina en el parlamento. Y aunque, en teoría, las mujeres sigen estando subrepresentadas ahí, sigue siendo una cifra alta considerando que el resultado no proviene de una política pública, sino que al igual que con Islandia, se debe a un fenómeno cultural.

¿Cómo andamos por casa?

Es cierto que en Chile nos falta bastante en esta materia. Además del 15,8% femenino en el parlamento, según el Primer Informe de Mujeres en Alta Dirección, dado a conocer este año, solo el 8% de los puestos de gerentes generales (o CEO) les pertenecen a mujeres, o sea, el 92% corresponden a hombres. La investigación también arrojó que solo hay un 16,2% de mujeres en cargos directivos, muy lejos del 40% que se exige por ley en Noruega. ¿Y qué se teje en Chilito cuando se habla de cuotas?

Justo el año pasado se modificó la “Ley de partidos” y entre otras cosas, se establecieron cuotas de género obligatorias para que ninguno de los dos sexos pueda superar el 60% de presencia en las listas de candidaturas de los partidos. De todos modos, no implica que una cierta cantidad de mujeres tendrá su cupo garantizado en el Congreso.

¿Qué hacer entonces?

La gran duda en cuanto a las cuotas de género es si esa obligatoriedad de un número de mujeres para ciertos cargos estaría forzando las contrataciones, pues cuando pensamos en un candidato idóneo no debería importar del todo si es hombre o mujer.

Aunque aquí podría influir también un sesgo cultural, de cómo son vistas las mujeres en su rol social y en el mundo político o empresarial, pues en algunas organizaciones claramente son más bienvenidas que en otras.

Por otra parte, es cierto que hay menos mujeres postulando a esos tipos de cargo, entonces debemos preguntarnos, ¿cuál es la razón detrás de eso? ¿Es que realmente no quieren o que hay una carga cultural que las desincentiva?

A esto se agrega otro factor: la brecha salarial. En Chile, el sueldo de una mujer es en promedio un tercio más bajo que el de un hombre, siendo de las más altas en América Latina. Algunos acusas discriminación de género, otros porque las mujeres serían "más caras" para una empresa (por ausencias de pre y post natal, entre otras cosas ligadas a la maternidad), etc.

Lo cierto es que sí necesitamos más mujeres en nuestras organizaciones. Aumentar su participación significa mayor integralidad en las organizaciones y que puedan ser representadas como corresponde en las instancias legislativas, sociales o políticas es fundamental para una democracia sana. Además, incluso está comprobado que las organizaciones que poseen mujeres en sus altos cargos directivos son más rentables, si quieren meterle números. De hecho, la presencia femenina en alrededor el 30% de estos cargos puede llegar a aumentar la rentabilidad en hasta un 15%. Nada mal.

Ahora, ¿cómo hacemos esto? ¿Con cuotas, mayor educación, incentivos? Esa es la gran pregunta y les abrimos el debate queridos lectores.

¿Estás a favor de las cuotas de género?

¿CÓMO TE DEJÓ ESTE ARTÍCULO?
Feliz
Sorprendido
Meh...
Mal
Molesto
ESTADÍSTICAS: APOYO A FRASES DE ESTE ARTÍCULO
Estas estadísticas sólo se le muestran a los usuarios que ya han dado su opinión con un click sobre alguna de las frases rojas destacadas en el texto del artículo.
Comentarios
Francisco Javier Pérez Hofmann | 2017-03-02 | 09:48
2
"Eso se hizo para evitar que los cupos difíciles o casi imposibles de lograr (como ocurre con las candidaturas “testimoniales”)."
Me imagino que ahí faltó cerrar la oración.

Al margen de ese comentario, me gustó la nota, mi opinión muy personal es que aquello de "cuando pensamos en un candidato idóneo no debería importar del todo si es hombre o mujer" es irrefutable, me parece, sin embargo, que a veces las cuotas son necesarias para deshacerse de sesgos, prejuicios e incluso mitos respecto a la capacidad de la mujer para uno u otro cargo, en tanto la experiencia de verlas trabajar entrega resultados significativos (estudios hay varios).
Eso sí, todo esto sólo es válido si se considera una medida temporal, de modo que opere mientras la sociedad se preocupe de equilibrar las oportunidades, desde el acceso a la educación (la base de todo), a la vez que se rompa con las segregaciones arbitrarias de género desde tempranas edades, naturalizando la participación de los más capaces sin importar el género.
Mención aparte, para variar los países nórdicos marcando pauta de cómo ha de ser una sociedad sana.
responder
denunciar
apoyar
Claudio Flández | 2017-03-02 | 10:27
2
NO. Las cuotas de genero no incentivan a la igualdad en la sociedad. Argentina, siendo pionera posee mas mujeres en el parlamento y muchas mujeres que se desenvuelven sin problemas de igual a igual con los hombres... bien... pero por otro lado los hombres son profundamente machistas. Esa dicotomía es la que debemos evitar. He tenido discuciones con otras personas en estos foros tratando de darme a explicar en el asunto. Y es que el cambio debe ser cultural. No es posible que la igualdad se haga a punta de leyes y prohibiciones. Al final acatamos, pero no reflexionamos... Si hay dos países cuya representación de géneros es mayor que la mostrada por otras naciones en el mundo, ad portas de alcanzar la paridad y sin leyes... no es mejor eso? donde se hable de "profesional" sin distinción a una gratuidad y, muchas veces, injusticia de genero. Donde no digamos

No pongamos la excusa de que es otra mentalidad, pues esta se puede cambiar. La cultura no es inmutable... y por tanto está en nosotros el enseñarle a nuestra progenie no ser discriminador por una asunto que nadie controla. No pedí ser hombre y por tanto no debiera tener ventajas ni desventajas por serlo. Y mi hija no pidió su genero y por tanto no debiera tener desventajas ni ventajas por serlo.

Por cierto... Entretenida la portada gráfica. Pero -debido a que trabajo vendiendo y me toca envolver regalos- me apesta enormemente cuando me piden "para niña" o "para niño". ¿Qué esperan, que sea la palabra mágica para ganarse un premio?. QUE IMBECILIDAD. Los colores, diseños y texturas NO TIENEN GENERO. ¿Por que una niña debe ser rosada y un niño azul?. Por que ese temor a perder la masculinidad o la feminidad por un color... partiendo por que esos conceptos SON DISCRIMINATORIOS, los colores tienen que ser disfrutados por todos... En mi caso, para remediar el asunto le comento al cliente, sin dejar que termine la frase "es para...", que los colores no tienen genero... y luego los premio con una roseta rosado/crema/pálido/percudido... pues en realidad, es lo único que queda para los regalos... y no es broma XD. Si tuviera más variedad haría lo mismo... pues muchas veces por poner un color, arruinan la experiencia de que combine con el papel :) y dejan a los demás sin una combinación agradable.
responder
denunciar
apoyar
Antonio Valdes | 2017-03-03 | 10:44
6
Hola Claudio,

Si bien es cierto lo que mencionas de que las cuotas de genero no resuelven el problema del machismo, sus resultados han demostrado tener amplia eficacia en el mundo en la disminución de la disparidad y desigualdad de genero, hay infinidad de artículos científicos que analizan sus efectos positivos y negativos y la gran mayoría concluye que si sirven para, al menos, romper la brecha inicialmente existente hasta antes de su incorporación ( http://scholar.harvard.edu/files/rpande/files/gender_quotas_-_april_2011.pdf, https://brage.bibsys.no/xmlui/bitstream/handle/11250/217672/workingpaper.pdf?sequence=1&isAllowed=y, http://bwl.univie.ac.at/fileadmin/user_upload/lehrstuhl_ind_en_uw/lehre/ss12/Sem_Wirl_1/THE_CHANGING_OF_THE_BOARDS_THE_IMPACT_ON_FIRM.pdf, http://www.bollettinoadapt.it/old/files/document/12803nordic_gender_in.pdf#page=88, etc...).

La verdad, es que la mayor parte de los efectos negativos de las cuotas de genero, vienen por el lado de las evaluación de desempeño económico... lo que es completamente esperable, cuando no se cuenta con una masa critica de candidatos elegibles para cargos de liderazgo, por su falta de experiencia (la que se adquiere por cercanía o por haber accedido a dicha posición con anterioridad, cosa a la que los hombres actualmente acceden sin problemas, mientras que las mujeres no).

Por otro lado, las cuotas de genero son un caso particular de discriminación positiva, la que es ampliamente en nuestra vida cotidiana para ayudar a romper los problemas de sesgo discriminatorio, con gran aceptación y relativamente buenos resultados en términos de inclusion social y económica, por ejemplo, se usa en la recaudación impositiva (te suena eso de quien mas gana, mas impuestos paga), en la selección universitaria (el NEM que beneficia a alumnos de colegios mas pobres), la gratuidad o sistemas de becas (que son entregadas a los quintiles mas bajos), las fondos y becas de la CONADI (para miembros de pueblos originarios), la costumbre de ceder los asientos a las personas con problemas de desplazamiento, las evaluación de pacientes en salas de emergencias (TRIAGE), etc.. de seguro has sido beneficiado con mas de alguna... sin embargo, por alguna extraña razón, parece que estos casos de discriminación positiva no genera tanta urticaria como las cuotas de genero.

Lo cierto es que tenemos en este momento dos grandes flancos por trabajar, el primero, generar una masa critica de mujeres con la experiencia suficiente como para competir en el mercado laboral, social, politico y económico en igualdad de condiciones que los hombres para que las mujeres puedan tener acceso a puestos de liderazgos a pesar de ser sistemáticamente discriminadas y poco favorecidas durante sus carreras profesionales por estigmas y cargas netamente culturales (y que son profundizadas por nuestra legislación laboral), el que se puede ser atacado de forma efectiva y rápida con cuotas de genero. El segundo flanco, es de mas largo plazo, y es atacar el machismo estructural de nuestra sociedad, que definitivamente, es un camino mucho mas largo y un problema mucho mas complicado de resolver, porque implica un cambio sociocultural fuerte y una modificación legislativa brutal, principalmente en la legislación laboral, que le carga los costos de cuidado y crianza a las mujeres y no lo reparte entre los padres (te haz fijado que los hombres tienen un postnatal de 5 días, la sala cuna solo se considera para las madres trabajadoras y no para los padres, el fuero es maternal y no parental, etc).

por ultimo, te dejo un link adicional a una historieta (http://www.upsocl.com/educacion/este-simple-comic-resume-las-enormes-diferencias-sociales-que-se-viven-en-el-mundo/) que si bien no se centra específicamente en el problema de genero (a pesar de que el personaje que se lleva la peor parte es femenino y parte de la carga sociocultural es utilizada en una de las viñetas), ilustra bastante bien el problema de porque al genero masculino le cuesta tanto la aceptación de la desigualdad de genero y hacer algo efectivo para combatirla.

Saludos y que estes bien.




responder
denunciar
apoyar
Juan Ignacio Gaona | 2017-03-02 | 15:27
2
La cuota de género a las candidaturas al parlamento es positiva para Chile. Es cierto que el factor primordial de un candidato debiera medirse por su idoneidad o mérito para el cargo. Sin embargo, dada la histórica exclusión de las mujeres en la política (recordemos que no hemos alcanzado el centenario desde que las mujeres pueden votar en nuestro país), pues la política y en general todas las decisiones más allá del hogar ha sido culturalmente entendido como un asunto exclusivo de los hombres. La mujer, socialmente subyugada a cumplir su deber de esposa y cuidar la casa y los hijos, le ha sido mucho más difícil participar en política como a los hombres, independientemente del mérito. En política, solo por ser hombre partes con ventaja. Es cierto que con educación se supera la cultura machista (como lo han hecho los países nórdicos), pero la cuota es otra vía que permite suplir el déficit y la discriminación de las mujeres en nuestro parlamento. En todo caso, la cuota solo empareja las posibilidades de las mujeres a ser electas, pero el cambio cultural descansa en nosotros.
responder
denunciar
apoyar
Claudio Flández | 2017-03-03 | 01:30
0
Por otro lado... en Shile, el principal requisito es pertenecer a la "casta" política y no ser "niñita bien" (osea, hombres y mujeres con esas características son elegibles...) ahora, si eres de casta y niñita bien, quedas como esposa maniquí.
responder
denunciar
apoyar
Gonzalo Vergara | 2017-03-06 | 14:33
1
Me sorprendió que no hayan nombrado a Cuba como ejemplo de lo que es la integración de la mujer en todas las esferas públicas. Voy a copypastear un poquito, ji
No solo tienen una esperanza de vida al nacer superior a los 80 años, una tasa de mortalidad materna directa que se inscribe entre las más bajas del mundo, así como el hecho de constituir el 48 por ciento del total de las personas ocupadas en el sector estatal civil.
El mandatario (Raúl) explicó que en Cuba también las mujeres ocupan el 46 por ciento de los altos cargos de dirección y constituyen el 78,5 por ciento del personal de salud, el 48 por ciento de los investigadores científicos y el 66,8 de la fuerza de mayor calificación técnica y profesional.

Asimismo, el 48,86 por ciento de los escaños del Parlamento son ocupados por ellas, lo que hace de la nación caribeña el segundo país del continente americano con mayor representación femenina en el legislativo y el cuarto a nivel mundial.

http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/03/08/cuba-celebra-dia-de-la-mujer-con-logros-en-igualdad-de-genero-fotos/#.WL2b2_l96Uk

Sí, 2016!

Buen articulo, y bien planteada la opción de cuotas de género, estoy de acuerdo con eso!
responder
denunciar
apoyar
* Debes estar inscrito y loggeado para participar.
© 2013 El Definido: Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento de nuestro representante legal.