“Una extensión a la vida útil de las frutas” es el lema del nuevo producto estrella de la empresa chilena Poly Natural enfocada en I+D, que busca ser un aporte para la agricultura del futuro, desarrollando aplicaciones agroindustriales de bio-polímeros y productos de origen natural para la pre y post cosecha, considerando que Chile es el primer exportador frutícola del hemisferio sur y que representa al 31% del total de exportaciones del país.

Detrás de esto se encuentra Francisco Palma, bioquímico y doctor en ciencias de la ingeniería, quien fundó esta empresa luego de estudiar la real necesidad que existe en el mercado de exportación de productos frescos, donde las pérdidas por temporada superan los mil millones de pesos, considerando sólo la fruta. Esto, porque entre un 20 y un 25% de toda la producción de frutas se pierde por deshidratación y contaminación microbiana.Son 500 mil toneladas de frutas que se van, literalmente, a la basura.

Así fue como, junto a su equipo, desarrollaron el producto Shel – Life, que recubre los productos de forma orgánica y permite, por ejemplo, que una manzana dure hasta 15 días más que una normal, sin recubrimiento (es decir, duplica su vida útil). El producto se ha probado con éxito también en kiwis, ciruelas, uvas, plátanos, duraznos, cerezas, etcétera, con buenos resultados, lo que abre la puerta a una nueva era en la comercialización de productos frutícolas nacionales. Adicionalmente, Shel-Life está probándose en flores y verduras. ¿Y qué es lo mejor del producto? Que sirve para productores, exportadores y consumidores de fruta en general. Es decir, nos beneficia a todos.

“Gracias a esta creación estamos en condiciones de tener frutas con aroma y sabor más intensos externa e internamente.Shel-Life está compuesto por extractos naturales obtenidos de frutas y que poseen un comprobado efecto controlando cierto tipo de microorganismos”, explica Palma a Innovación.cl.

Características de Shel – Life

El producto, que se vende en forma de rociador, como los bloqueadores solares, está compuesto con ingredientes extraídos desde el mismo vegetal al que es aplicado, por lo que es un producto es 100% natural y orgánico.

Se trata de una especie de segunda piel natural que se rocía sobre las frutas, solución que refuerza la cubierta de estas, de tal manera de reducir la pérdida de gases que participan en el proceso de deterioro de las frutas (CO2, O2 y etileno).

Shel-Life evita la proliferación de microorganismos, retarda el proceso de deshidratación y además, como les contamos antes, el producto permite obtener frutas con aroma y sabor más intensos externa e internamente y aumentar el brillo de las frutas, pese a que la película misma carece de sabor y olor.

Gracias a lo anterior, los costos de producción de los vegetales se reducen de forma considerable, al permitir que un mayor porcentaje de ellos lleguen en buen estado al consumidor final, dándosele una revaloración a los desechos agro industriales.

Poly Natural acaba de ganar el primer lugar en la competencia MIT Sloan Latin American Startup Competition, realizada en Boston, Estados Unidos, período en el que el equipo asistió a mentorías, reuniones y visitas con los principales exponentes del ecosistema de emprendimiento.

Aquí un video de su funcionamiento:

¿Una solución al desperdicio mundial de comida?

En múltiples ocasiones les hemos contado del serio problema de desperdicio de comida que tenemos en el mundo, donde cerca de un tercio de la producción mundial de alimentos va a parar a rellenos sanitarios y vertederos sin jamás haber sido consumidos, provocando pérdidas económicas, malgasto energético, contaminación y hambruna; sin mencionar que todo ese costo debe ser traspasado a los productos que sí nos comemos, encareciendo los alimentos y empobreciendo a las personas.

La mayoría de los esfuerzos para resolver el problema que les hemos mostrado en artículos anteriores, por ejemplo, aquí, acá, aquí y aquí, pasan por incentivar a las personas a consumir o donar alimentos que ya no les apetece comer o que han sido descartados por su apariencia o porque su fecha oficial de vencimiento ya expiró; o recuperar los restos de comida no utilizados; todos esfuerzos que requieren de un trabajo permanente de motivación y coordinación, y cuyo impacto está limitado al área de acción de la iniciativa.

Lo interesante de esta innovación, es que no requiere de un cambio cultural de parte de los consumidores, sino que se puede aplicar en origen y en el hogar, y tiene sentido económico para el productor y el consumidor, por lo que sería de esperarse que, si su utilización se masifica y cumple las expectativas, se produzca un aumento dramático de la eficiencia de todo nuestro sistema de producción alimentaria, disminuyendo costos para industria y consumidores; contaminación y desperdicio.

Ese humilde spray bien puede ser la clave para resolver, o al menos mitigar, uno de los problemas más grandes del mundo moderno. ¡Esperemos que tengan éxito!