Ayer martes desde las 11:00 am. la Cámara de Diputados comenzó a discutir la votación del proyecto que despenaliza el autocultivo de cannabis para el consumo recreativo y/o medicinal, presentado por los diputados Karol Cariola (PC), Karla Rubilar (Independiente), Matías Walker (DC), Daniel Farcas (PPD) y Vlado Mirosevic (Partido Lliberal).
Si bien la votación fue aprobada por 68 votos a favor, 39 en contra y 5 abstenciones; las discusiones se dieron por más de tres horas. Los principales argumentos en contra fueron que "no votarían de manera populista" y que "defenderían a los niños de Chile", mientras que los a favor argumentaron que era necesario el proyecto por quienes padecen enfermedades importantes y deben enfrentar fuertes dolores y problemas.
Un parlamentario que se mostró disconforme con la votación fue el RN Nicolás Monckeberg, quien dijo “Aquí no estamos objetando el uso para fines medicinales del principio activo de la marihuana, pero el proyecto legaliza el autocultivo de cannabis para consumo privado, legaliza el porte de 10 gramos. ¿Estamos realmente conscientes de lo que estamos haciendo? Seis plantas por domicilio, es evidente que estas cantidades no están dirigidas a consumo personal, equivale a 4 mil pitos o unidades de marihuana. Es francamente una hipocresía señalar que esta ley busca proveer para consumo personal”. Argumento que compartió el UDI Felipe de Mussy, quien llamó a prevenir el consumo excesivo de esta droga.
Por su parte, el diputado del Partido Liberal, Vlado Mirosevic expuso que “sobre el cuerpo hay total soberanía individual y en eso el Estado no se puede meter. El prohibicionismo es el mejor amigo del narcotraficante”. Lo apoyaron las representantes del PC, Karol Cariola y Camila Vallejos, quien agregó que “no aumentará el tráfico sino que disminuirá porque estará permitido el autocultivo y el consumo para uso medicinal y recreativo”.
También de acuerdo se mostró el diputado PPD, Pepe Auth quien señaló que “si aquí estuvieran sentados los narcotraficantes, no es que yo ponga las manos al fuego, a quién le cabe la más mínima duda que votarían en contra de la despenalización del autocultivo igual que los diputados Monckeberg y Hasbún, porque ellos saben perfectamente que la aprobación de esta ley dará un golpe letal al microtráfico”.
Por su parte, Carla Rubilar dijo que “creemos en la reivindicación de las personas de tomar sus propias decisiones, inclusive si le hacen mal. Aquí se habla como si los papás quisieran darle marihuana a sus hijos de medicina, no es que quieran darle, es la solución que han tenido para los problemas de sus hijos”.
Ahora, la iniciativa pasará a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados para su discusión y para que se añadan más indicaciones, para luego pasar a segunda instancia al Senado.De ser aprobado, el proyecto modificará el Código Sanitario y la Ley 20.000, que sustituye la Ley 19.366, y que sanciona el tráfico ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas.
El objetivo del proyecto es legalizar el autocultivo de cannabis para el uso privado y despenalizar la venta y cultivo para fines médicos.
Dentro de los puntos que se rechazaron ayer en el Parlamento, están los siguientes: generación de clubes de usuarios de cannabis para abastecerse de manera colectiva; despenalización al uso de cannabis en espacios públicos para usuarios medicinales; posibilidad de solicitud de autorización para cultivar más pantas de las 6 que se estipulan, pensado en pacientes medicinales que lo fundamenten.
Así quedó entonces el proyecto de Ley:
¿Quiénes podrán consumir legalmente marihuana?
Los mayores de 18 años. Actualmente la Ley establece que está estrictamente prohibido el consumo inhalado para menores de 14 años, pero con la nueva norma, los niños podrían acceder a otros productos derivados de la marihuana, establecidos para uso medicinal, pero no se les podrá administrar vía combustión y deberán tener la autorización de los padres.
Por otra parte, quienes estén condenados o tengan problemas con la justicia, perderán el derecho a tener cannabis en sus domicilios.
¿Dónde se podrá consumir marihuana?
En cualquier recinto privado. Esto significa que las personas tendrán prohibido inhalar cannabis en vía pública, restaurantes, estadios, plazas, entre otros lugares. Se trata de zonas públicas donde además por Ley, está prohibido fumar.
¿Cuánto se podrá portar?
La medida da permiso para portar cantidades de máximo 10 gramos de especie, subespecie o variedad de sumidades y sin aditivos de la cannabis– considerando que es para consumo privado - en mayores de 18 años.
Esta cantidad fue decidida en base al cálculo de tres cigarrillos diarios y a que más del 70% de los detenidos hasta hoy por la ley 20.000 llevaban consigo 10 gramos o menos de marihuana. Si se posee una cantidad superior a esta, se le aplicarán las sanciones correspondientes a dicha ley, es decir, presidio menor en sus grados medio o máximo y multa de 10 a 40 UF.
¿Se podrá tener plantas en la casa?
Se permitirá cultivar un máximo de seis plantas por casa para uso personal, y quienes necesiten marihuana con fines medicinales deberán tener prescripción médica con un doctor que no requiere especialidad. Para uso personal se permitirá tener hasta 500 gramos de cannabis seca en el hogar y para cultivo indoor, se permitirá cultivar en máximo un metro cuadrado en interior con luz artificial.
Para plantar se deberá depositar en la secretaría regional ministerial de salud una declaración jurada notarial, donde se informará de la ubicación del bien inmueble donde se produzca el cultivo, el número de plantas, especies vegetales, cannabis o fungis y responsables de las mismas, lo que será fiscalizado por el Instituto de Salud Pública (ISP), el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y por el Ministerio Público. Si no se informa del autocultivo, será considerado tráfico.
No se podrán crear “comunidades para el cultivo colectivo”, como existe actualmente en otros países como Uruguay.
Si bien el proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados, aún queda mucho camino por delante. Ahora hay que esperar a que la Comisión de Salud lo discuta, y si ésta considera cambios, el proyecto volverá a votación a la Cámara Baja, para luego pasar al Senado.
De aprobarse por mayoría en ambas salas, se convertirá en ley. De lo contrario, si recibe modificaciones, el proyecto debe ir a Comisión Mixta de Diputados y Senadores, para volver a ingresar a sala y ser votado. Y si durante la votación se rechaza en cualquiera de las dos salas, el proyecto se suspende. Y al hacerlo se declara inadmisible para luego pasar al Tribunal Constitucional donde se votaría por solo cuatro personas. Y de rechazarse, se elimina el proyecto por completo.