Muchas veces vemos en las noticias cientos de hectáreas deforestadas; terrenos donde solían haber árboles y ahora solo tierra seca. Y sí, hemos eliminado gran parte de los bosques del planeta, pero en varios países las áreas forestales están creciendo. Chile es uno de estos países que tienen una gestión sostenible de sus bosques y han aumentado su producción agrícola sin reducir la superficie forestal, siendo destacados a nivel mundial por sus políticas.
Estos terrenos repletos de árboles cumplen con la minúscula función de entregar parte importante del oxígeno de todo el planeta. Al mantener las áreas forestales, nos aseguramos de que haya aire suficiente para abastecer a todos los seres vivos. Actualmente, los árboles absorben aproximadamente 2 mil millones de toneladas de dióxido de carbono cada año.
Los bosques también brindan otros beneficios necesarios para el planeta, como suministrar agua limpia, conservar la biodiversidad y aportar una enorme cantidad de alimentos y medicinas para más de mil millones de personas. Además, son el hogar de más de tres cuartas partes de la biodiversidad terrestre mundial, como explican en el informe 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, más conocida como la FAO (Food and Agriculture Organization).
No solo son necesarios para la supervivencia del sistema natural y biológico en su conjunto, sino que son esenciales para mejorar y asegurar la calidad de vida de quienes habitan en bosques nativos, dice a El Definido la Coordinadora de Bosques en Greenpeace Andino, Noemí Cruz. Y este número no es menor; alrededor del 40% de la población rural, que está en condiciones de pobreza extrema, vive en zonas boscosas o de sabana, o sea unas 250 millones de personas. Y si el ecosistema en que viven está protegido y bien conservado, se forma un match perfecto entre esa población nativa y los árboles que la rodean.
Bueno, no podemos dejar de mencionar la importancia cultural de los árboles y los bosques para los seres humanos. Como anécdota, quizás deberíamos agradecerle a la especie arbórea uno de los hallazgos más importantes de la historia, ya que fue bajo un árbol donde Newton se inspiró para descubrir la Ley de la Gravedad, y muchos también dicen que Buda alcanzó la iluminación apoyado en un árbol.
Traducción: Joven, a veces el camino correcto no es el más fácil. Foto: Película "Pocahontas"
Y si los bosques son tan importantes, ¿por qué no destinamos más terreno para reforestar? El problema no es tan simple, porque los humanos no solo usamos gran parte de la superficie, sino que también necesitamos una enorme porción para producir alimentos. Y no es como que la población se esté reduciendo…
Se espera que la población mundial aumente de los 7.600 millones de personas actuales a 10.000 millones para el 2050. ¡Esto significa que nuestra demanda de alimentos podría aumentar en un 50%! Lo que es una enorme presión sobre cómo se utiliza la tierra productiva.
Una de las principales causas de la deforestación, es la conversión de la tierra forestal en zonas de agricultura y ganadería. Y esto genera consecuencias negativas, como la pérdida de hábitats de muchas especies, degradación de la tierra, erosión del suelo, disminución de agua limpia y liberación de CO2. Por esto es que instituciones como la FAO consideran que aumentar la producción agrícola sin reducir la superficie forestal, es uno de los mayores problemas de nuestro tiempo.
La FAO realizó una investigación donde se analizó el cambio de uso de la tierra entre el año 2000 y 2010. Se analizó la variación media anual neta de la superficie forestal y agrícola, agrupando a los países por categorías de ingresos. En general los países con ingresos altos mostraron una reducción de la superficie agrícola y un aumento de la superficie forestal.
Al contrario, en los países de ingresos medianos altos, medianos bajos y bajos, la superficie forestal disminuyó. La mayor pérdida neta anual de superficie forestal y el mayor aumento neto anual de superficie agrícola, ocurrió en países con ingresos bajos. En el mismo informe, se estimó que la deforestación se debió a seis motivos; 40% por agricultura comercial, 33% por agricultura local y 27% por expansión urbana, infraestructura y minería.
Los incendios forestales también son uno de los factores que generan deforestación. Entre 2003 y 2012, se incendiaron alrededor de 67 millones de hectáreas anualmente. Sudamérica fue donde se perdieron más áreas forestales, con 35 millones de hectáreas quemadas por año, África perdió alrededor de 17 millones y Oceanía siete millones.
La frecuencia de incendios forestales está aumentando significativamente a nivel mundial a causa del cambio climático, nos explica el gerente de Desarrollo y Fomento Forestal de la Conaf, Luis Duchens. En Chile, entre septiembre y junio hay5.800 incendios forestales,en promedio. Las superficies afectadas también han ido creciendo, al igual que la intensidad y la velocidad de propagación de los incendios. “Chile es un ejemplo de esto, durante el año 2017 se verificó un incendio de magnitud sin precedentes a nivel mundial, con una intensidad de 60.000 kW m-1 hr-1 (unidad de medida de la intensidad de un incendio), en circunstancias que anteriormente las máximas intensidades registradas a nivel mundial fueron inferiores a los 30.000 kW m1 hr-1”, dice Duchens.
Aunque algunos consideran que para mejorar los índices de forestación, lo único que hay que hacer es fomentar el desarrollo económico, esto no siempre es así, según Duchens. Argentina es considerado un país con ingresos altos según el Banco Mundial y aun así es el noveno país con mayores reducciones de área de bosques por década a nivel mundial, mientras que Brasil es el país que más destruye sus bosques, explica.
Constantemente se pierden áreas forestales, pero el ritmo se ha ido desacelerando. Como explican en el último informe de la FAO, en la década de 1990 la pérdida neta del área forestal era de 0,18%, y en los últimos cinco años ha sido de 0.08%. En palabras más simples,cada año se pierden 7 millones de hectáreas de bosques naturales en el mundo y actualmente quedan alrededor de 4 mil millones.
“Regiones como Asia Oriental y Europa han logrado una ganancia neta significativa de superficie de bosques, pero la pérdida de áreas forestales que ocurre en otros países es tan significativa que no compensa la ganancia de bosques en aquellas regiones con balance positivo”, dice Duchens. Pero no todo es tan negativo…
Foto: El Estado de los Bosques del Mundo, FAO |
Aunque en total, entre 1990 y 2015 la superficie forestal disminuyó del 31,6% al 30,6%, hoy hay estadísticas más positivas y los datos demuestran que los países han mejorado su gestión de bosques, lo que contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos por la ONU.
Además, se han producido avances en la gestión forestal y disminución de las tasas de deforestación. Los bosques en áreas protegidas han aumentado, especialmente en las zonas tropicales que es donde más estaban disminuyendo, y los bosques certificados (donde se promueve la gestión forestal sustentable) ocupan 438 millones de hectáreas o un 11% de la superficie forestal. Según la FAO, es previsible que la superficie forestal certificada por sistemas internacionales siga aumentando.
Y no solo ha habido cambios positivos en el mundo, Chile también ha disminuido sus tasas de deforestación y es reconocido como uno de los países que gestionan bien sus bosques. ¿Por qué?
Chile tuvo una rápida preocupación del tema, siendo el tercer país de América en crear áreas silvestres protegidas por el Estado en 1907. Esta fue la Reserva Forestal Malleco, donde está uno de los bosques de araucarias más importantes del país.
La superficie cubierta por bosques, representa el 23,3% del territorio nacional, es decir 17,66 millones de hectáreas. De esas, el bosque nativo, que está formado solo por especies autóctonas, alcanza 14,41 millones. Los 3 millones de hectáreas restantes son plantaciones forestales, según los datos de la Conaf, es decir, el 4,07% del total de bosques de Chile.
Solo entre la Región de Aysén, la de Los Lagos y Magallanes, concentran el 75% de la superficie de Bosque Nativo de todo Chile. En 2008,el país se enfocó en lograr el uso sustentable del bosque nativo, y se promulgó la Ley N°20.283 sobre Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal. El objetivo de esta ley es proteger, recuperar y mejorar del bosque nativo a través de distintas medidas. Una de estas es reforestar la superficie una vez que fue explotada, por lo que se cumple con el propósito de: árbol cortado = árbol plantado. ¿Y qué hay de los árboles de nuestras ciudades?
Árboles, parques y bosques son necesarios para las ciudades sostenibles, porque eliminan la contaminación, dan sombra y ayudan a la salud, según la FAO.Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda nueve metros cuadrados por habitante como mínimo de áreas verdes, por su relevancia para la calidad de vida de la población.
El país también cuenta con un Programa de Arborización, que fue lanzado en 2010 con el objetivo de plantar 17 millones de árboles en ocho años para fomentar el arbolado urbano. A la fecha se han entregado 18 millones de plantas, sin embargo, se plantea que el programa sea reimpulsado, al menos hasta el 2022 y con proyección de continuidad, explica Luis Duchens.
Sin embargo, hay comunas con muy poca cobertura arbórea, como San Joaquín, Quinta Normal, Pudahuel, San Ramón y Calera de Tango, con menos del 6,5% de áreas verdes. “Por esto, el programa de arborización focaliza sus esfuerzos en las comunas más vulnerables del país, basado en un trabajo inclusivo, participativo, ético y sostenible que busca el desarrollo de proyectos de arbolado asociado con la comunidad, con el objetivo de mejorar los espacios de uso público y privado”, dice Duchens.
Y aunque se sigue trabajando para aumentar nuestras áreas forestales, hay importantes logros que destacar. Chile es el tercer país en el mundo con mayor ganancia de área de bosques, según la Conaf, con un aumento de 300 mil hectáreas entre 2010 y 2015. Junto con Uruguay son los únicos países de Sudamérica cuyos bosques están aumentando, y en el caso de Chile, a una tasa anual promedio de un 1%. ¡Un orgullo para nosotros y a seguir trabajando duro para lograr aún más!