Lo común es que las fundaciones o corporaciones benéficas nazcan producto de una empresa, con el fin de hacer un aporte social y fomentar la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de la compañía, una vez que sus ingresos se lo permiten. Así, además de dar empleo, prestar servicios y generar ingresos para sus accionistas y el Estado; ofrecen un aporte a la sociedad ya sea a través de donaciones, capacitaciones voluntarias o en el caso de que la compañía sea más grande, es común que abran sus propias fundaciones con fines ya sea educacionales, de salud, medio ambientales, artísticos, solidarios, entre otros.

Cultiva hizo todo lo contrario. Comenzó el año 2000 como una fundación sin fines de lucro que invitaba a los estudiantes a vivir una experiencia formativa, modificando su entorno de forma participativa, a través de la reforestación de cerros-isla y la pre-cordillera de Santiago. Todo esto, con el fin de darle un nuevo aire a nuestra tan contaminada capital, disminuyendo la erosión y el polvo en suspensión que hay en Santiago.

Fue tan exitoso su trabajo con voluntarios, que rápidamente varias empresas comenzaron a llamarlos para solicitar su asesoría en reforestación, y es así como el año 2010 nace Cultiva Empresa, a través de la cual prestan asesorías y planes de ejecución de manejo forestal y de compensación de emisiones a las compañías, en especial a las inmobiliarias. Hoy son una Empresa B, que a la fecha ya ha logrado reforestar más de 250 hectáreas en la Región Metropolitana y ya comenzaron a expandirse a regiones con nuevos proyectos.

¿La idea detrás de todo esto? Mantener la masa forestal que hay actualmente, que no disminuya para evitar en lo más posible las consecuencias nefastas del cambio climático, ya que los árboles son parte importante en la solución de este tremenda problema mundial, según Al Gore, político y ecologista norteamericano, Premio Nobel de la Paz 2007.

Cultiva desde la educación

La fundación nació el año 2000 con la idea de realizar algo que tuviera un impacto social y medio ambiental y vincularlo con la educación a través de una actividad voluntaria y participativa.

Así fue como llegaron a la conclusión de que la reforestación era necesaria y urgente y también la creación de más áreas verdes en la capital. Con esta idea, se acercaron a distintos colegios, donde la recepción positiva fue inmediata y rápidamente se comenzaron a sumar a los programas ofrecidos por Cultiva que son: reforestación, áreas verdes en establecimientos educacionales y residenciales, construcción de plazas y parques, y arbolado urbano.

“La idea es desarrollar la voluntad en los jóvenes de que se puede transformar el entorno en el que vivimos. La experiencia de ir a plantar, a ellos les entrega una visión de que son capaces de transformar su entorno. Cultiva nace entonces bajo la idea de que los jóvenes se involucren en las soluciones a los problemas que tiene la sociedad actualmente, en este caso, la contaminación que se apodera de Santiago”, nos cuenta Tomás Lambertini, gerente de Administración y Finanzas de Cultiva Empresa.

Los alumnos generalmente son de enseñanza media y el trabajo de plantación de árboles nativos, por ejemplo, se realiza en una sola jornada, pero posteriormente el grupo de estudiantes voluntarios se compromete a hacerse responsable de sus árboles, por lo que se realizan turnos para que sigan regando y, claramente, Cultiva también continúa monitoreando y cuidando el área recién plantada.

Han sido tan exitosos los programas, que a la fecha han participado más de 18 mil estudiantes en la plantación de más de 31 mil árboles en 432 proyectos, lo que entre otras cosas, ha significado que 696 toneladas de polvo en suspensión hayan sido capturadas. Los establecimientos educacionales lo han incorporado a sus actividades permanentes, ya que ayuda a que sus alumnos sean agentes de cambio positivos para la sociedad y eso es algo que quieren inculcarles.

La Fundación se financia a través de donaciones, de membrecía de socios, de aporte de empresas y de voluntariado pagado. 

La directora del Liceo BDL de Renca, Ivonne Ghissellini Ortiz, dijo que "ofrecer a jóvenes estudiantes la oportunidad de inscribir en sus vidas la experiencia concreta de ser promotores de cambios positivos, es un hecho que bien podría ser aislado, pero gracias a iniciativas como éstas, son desafíos tangibles ofrecidos a nuestra juventud, tan necesitada de ejemplos por parte del mundo adulto, respecto de los valores reales que se requieren para el presente y el futuro".

Cultiva como Empresa B

Como les mencionamos anteriormente, la historia de Cultiva es al revés de lo común. Nació como una fundación de voluntariado estudiantil, y una vez que las empresas comenzaron a solicitar sus servicios, se vieron imposibilitados de abarcar tanto sólo con la corporación, por lo que nace así Cultiva Empresa, que hoy le da sustentabilidad con sus utilidades a la fundación.

“Hace cinco años, las empresas, especialmente las inmobiliarias, empezaron a acercarse porque necesitaban reforestar con el fin de compensar algo del daño causado por la eliminación de árboles para sus construcciones, según lo exige la Ley que protege al bosque nativo, que dice que si tu desforestas bosque nativo en cualquier lugar de Chile tienes la obligación de reponerlo en otro sector, mantenerlo y hacerte cargo de él, y ese es el servicio que nosotros prestamos desde la empresa, que surge desde la corporación, porque requeríamos volúmenes que no alcanzaban a ser plantados por estudiantes. Tenemos 30 trabajadores en terreno que están constantemente plantando y manteniendo los bosques que las empresas necesitan para poder cumplir con la normativa”, nos cuenta Lambertini.

Ya llevan cinco años de trabajo con empresas, en su mayoría inmobiliarias, como Inmobiliaria Manquehue, Inmobiliaria Aconcagua o Enaco; y a la fecha han logrado reforestar 250 hectáreas (más de 180 mil árboles plantados) en la RM, a través de distintos proyectos que se dividen en Lagunillas, Colina, Padre Hurtado y otros más pequeños esparcidos en distintas comunas, como Lo Barnechea.

Hace tres años que se certificaron con Sistema B, convirtiéndose en una Empresa B, debido a su alto contenido de aporte tanto social como medio ambiental y sus buenas prácticas de trabajo en cuanto a sueldos, transparencia, impacto positivo y un propósito mayor distinto al lucro. Hoy, Cultiva es considerada como una de las Empresas B que se encuentra en el 10% mejor evaluadas en prácticas medioambientales del total de 1200 Empresas B a nivel mundial.

“El pertenecer a empresas B nos da reconocimiento en un ecosistema de empresas que quieren ser distintas. También tenemos ese anhelo y creemos que solos no se puede, entonces que se haya formado Sistema B, que agrupa a estas empresas que buscan algo distinto, a nosotros nos parece que potencia el que existan más de este tipo de empresas con ganas de aportar realmente a la sociedad y al mundo”, señala Lambertini.

En cuanto al impacto social de Cultiva Empresa, el gerente nos cuenta que se trabaja con mano de obra local, gente sin estudios a quienes se les da trabajo estable, contrato indefinido y el mejor sueldo posible. Esto mismo es lo que les permite los buenos resultados “porque al motivar e integrar a las personas a la empresa es fundamental”, comenta Lambertini.

Financiamiento transparente y comunitario

Por otra parte la transparencia y la responsabilidad para la empresa es fundamental, en especial en lo relacionado a lo financiero, por lo que se han acercado a Cumplo, la plataforma de financiamiento online (equity crowdfunding) que pone en contacto a personas interesadas en invertir sus fondos con buenas tasas de rentabilidad, con PYMEs que requieren créditos a mejores tasas que las que ofrece el sistema financiero, o que muchas veces ni siquiera pueden acceder a préstamos en el sistema bancario tradicional.

“A través de Cumplo nosotros podemos solicitar créditos de terceros, respaldado por una factura. Muchas veces tenemos pagos (de clientes) que se atrasan un tiempo y hay avances que hay que entregar antes, para que el proyecto continúe, y a través de Cumplo, que también es una Empresa B, podemos acceder a créditos de inversionistas. ¿Cómo? Subiéndonos a su plataforma, que llega a cientos de inversionistas con interés en financiar. Nos parece que Cumplo es la plataforma más ética que existe actualmente en cuanto a obtener financiamiento, justamente por la transparencia”, asegura Tomás Lambertini.

Por otra parte, en lo respectivo al impacto ambiental, Cultiva se encarga de mantener, regar y preocuparse del crecimiento de los árboles entre 2 a 5 años, dependiendo de las exigencias de CONAF, porque a partir de ese momento, la mayoría de las plantas pueden vivir por sí mismas, necesitando solo la lluvia del invierno para sobrevivir.

Si bien actualmente Cultiva sólo se desempeña en la Región Metropolitana, ya cuentan con los primeros proyectos en regiones. En Copiapó, por ejemplo, se está trabajando con una planta fotovoltaica a la que hay que ponerle un cobertor vegetal. La idea es crecer hacia las distintas regiones, en especial la zona sur y norte y ya cuentan con varios proyectos en carpeta que se comenzarán a implantar el próximo año.

CÓMO BENEFICIA AL MUNDO LA REFORESTACIÓN
La reforestación afecta positivamente en varios ámbitos ambientales y también sociales.Por ejemplo, como bien mencionan en Cultiva, los niños que juegan en áreas verdes, reducen la posibilidad de obesidad en un 15%, potenciando su desarrollo físico y social.
Por otra parte, en cuanto a la salud pública, todas las personas nos sentimos más sanas viviendo cerca de áreas verdes, y en cuanto a la contaminación del aire, un solo árbol puede capturar NO₂ y material emitido por un vehículo manejado por 10 mil kilómetros.
En cuanto al cambio climático, se estima que una hectárea de bosque con 200 árboles de Quillay puede capturar dos toneladas de CO₂ al año, y en cuanto a la ventilación y el aire, un solo árbol sano produce el mismo efecto de enfriamiento que 10 unidades de aire acondicionado.