ciencia, psicología, belleza, estética, economía, sociedad
Imagen: César Mejías

Los beneficios científicos de ser (muy) feo

Aunque tradicionalmente científicos han asociados la belleza a un gran número de beneficios, un reciente estudio encontró que el otro lado de la moneda también tiene ventajas inesperadas.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2018-05-03 | 12:06
Tags | ciencia, psicología, belleza, estética, economía, sociedad
Fradera nota que el rasgo de Apertura al Cambio (del mismo modelo antes mencionado), se relacionó a un alto atractivo físico, pero también a menores ingresos. Este rasgo, que tiene que ver con el aprecio a la aventura, fantasía y nuevas experiencias, marca bastante más bajo entre los “más feos”.
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En una reciente entrevista, el legendario actor canadiense Donald Sutherland -millenials lo recordarán como Presidente Snow en Los Juegos del Hambre- recuerda un episodio de su niñez que aún hoy, más de 70 años después, le trae lágrimas a su ojos. “¿Soy feo?” le preguntó a su madre. Luego de un largo e incómodo silencio, ella respondió “Tu cara tiene carácter, Donald”. Auch.

Ser feo es, para muchos, el peor estigma que se puede tener. No por nada la industria de los productos de belleza no para de crecer y las cirugías estéticas están a la orden del día. Hasta la ciencia nos dice que la belleza se asocia con un largo número de beneficios, desde multas y tasas de préstamos más bajas, hasta sueldos más altos.

Sin embargo, un reciente estudio encontró algo curioso que podría llamarse el “premium” de ser muy feo, una excepción a la “regla” que Sutherland estaría feliz de confirmar.

La ventaja de ser bellos y apolíneos

Varios estudios han concluido que rasgos como simetría facial, estatura alta y pómulos definidos, características de belleza a nivel mundial, conllevan un “premium” que se traduce en distintos beneficios a lo largo de la vida de estas personas.

Si eres uno de estos afortunados, tu paquete “belleza premiumpodríaincluir:

  • Mayor salario (hasta 13% en hombres y un poco menos en mujeres, comparado con pares “promedios”)
  • Mayor probabilidad de ser contratado en periodos de recesión.
  • Menores sentencias judiciales y multas.
  • Ser percibido como más inteligente y amable.
  • Tener mejores oportunidades de ser ascendido.
  • Obtención de préstamos con mejores tasas y, en general, lograr acuerdos más beneficiosos.

Los investigadores Satoshi Kanazawa y Mary C. Still, barajaron tres posibles explicaciones que explican este “plus” económico:

1. La simple discriminación de parte de empleadores, colegas o clientes, quienes prefieren dirigir, trabajar con o ser atendidos por personas con rasgos físicos atractivos.

2. La auto-selección ocupacional, es decir, la gente más atractiva tiende a trabajar en áreas o industrias con ingresos más altos.

3. También se podría explicar por diferencias individuales. Hay teorías que postulan que la gente “bella” tiene más éxito económico por otras características que están biológicamente vinculadas a su simetría facial. Sí, no estás leyendo mal, estos científicos postulan que desviaciones en la simetría facial, serían indicadores de ciertos “defectos” y que, por lo tanto, los Brad Pitts y Angelina Jolies del mundo, serían más saludables e inteligentes, lo que sería aún más marcado en el caso de las mujeres (una teoría bastante “nazi” a nuestro entender).

Para analizar la validez de estas hipótesis, Kanazawa y Still trabajaron con los datos de una encuesta de salud nacional que siguió la evolución “estética” y económica de más de 20 mil adolescentes estadounidenses, desde los 16 a los 29 años.

Analizando los datos y controlando variables, los investigadores se encontraron con una gran sorpresa.

El premium a la fealdad

Al analizar la supuesta relación positiva entre ingresos económicos y atractivo físico, los investigadores encontraron “evidencia marginal” que lo apoya. Pero, contradiciendo totalmente la primera hipótesis, también encontraron un premium a la fealdad.

Según la división de atractivo físico usada en la encuesta, aquellos ubicados en el quintil “más feo”, es decir, los “nada atractivos”, tuvieron, tanto en promedio como en mediana estadística, mayores ingresos económicos que los “poco atractivos” y los “regulares” durante las cuatro entrevistas que se dieron en esos 13 años. Aún más sorprendente es que este mismo grupo, en los resultados de la última entrevista hecha a los 29 años, lograron superar en ingresos incluso al grupo de los “atractivos”.

Los investigadores creen que estudios previos no se habían percatado de ello porque suelen tomar a los “feos” como un único grupo. Es decir, los “nada atractivos” desaparecen estadísticamente al ser unidos con los “poco atractivos”.

Variables que podrían explicar la diferencia económica podría ser inteligencia y nivel de educación. A los 29 años, por ejemplo, los “más feos” eran significativamente mejor educados que sus pares atractivos y también significativamente más inteligentes que sus pares regulares.

Kanazawa y Still no hallaron evidencia de que la ocupación jugara un rol, tachando así la segunda hipótesis y dejando como posible ganadora a la tercera hipótesis (suena una marcha nazi de fondo…).

Justamente, los investigadores encontraron que realmente no es el atractivo físico lo que se relaciona con mayores ingresos, sino ciertas características asociadas a ello, como lo hemos mencionado antes: inteligencia, buena salud y ciertos rasgos de personalidad. Es decir: a los bonitos e inteligentes, o a los bonitos, inteligentes y saludables, les va mejor (es sólo una teoría y, obviamente, está sujeta a críticas).

Sin embargo, el sorpresivo hallazgo de los “más feos” dejó a los investigadores con una duda…

El misterio de los “feos”

Si “los más feos” demuestran más inteligencia general y educación que otros grupos, ¿no estarían contradiciendo entonces la mencionada relación entre inteligencia y simetría facial?

Kanazawa y Still no tienen respuestas aún, e invitan a otros científicos a investigar el mundo de “los más feos” y replicar sus hallazgos.

¿Alguna posible hipótesis que lo explique? Alex Fradera, escritor para Research Digest, blog de la Asociación Británica de Psicología, se aventura a considerar un rasgo de personalidad como el responsable.

Fradera nota que el rasgo de Apertura al Cambio (del mismo modelo antes mencionado), se relacionó a un alto atractivo físico, pero también a menores ingresos. Este rasgo, que tiene que ver con el aprecio a la aventura, fantasía y nuevas experiencias, marca bastante más bajo entre los “más feos”. El autor se pregunta si es posible que este quintil, al preferir dedicarse con más obsesión a “su” tema particular y cerrarse a nuevas experiencias, logra de esta forma el plus económico hallado por los investigadores.

Sea cual sea la razón, está claro que el atractivo físico no es una garantía de éxito ni una condena al fracaso. En ese sentido, tampoco las “desviaciones en la simetría facial” serían rasgos de mala salud o bajo coeficiente intelectual, sino al contrario, características que incluso pueden catapultar a alguien al éxito. Innumerables casos demuestran que un rostro “con carácter”, como el de Sutherland, puede sobreponerse con facilidad a cualquier posible “penalidad” estética.

¿Cuál crees que es la razón de esta ventaja de los “muy feos”?

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