A los 11 años comenzó a tener problemas con su visión y tres años después ya no podía ver absolutamente nada. Pero éste no fue un impedimento para cumplir su sueño: la española Nuria del Saz se convirtió en la primera presentadora de televisión con discapacidad visual del mundo.
Con tan solo 14 años comenzó a trabajar en una emisora radial que ella misma creó, y luego estudió ciencias de la información. Hoy es presentadora de televisión, escritora, ha recibido varios galardones y se esfuerza por demostrar a los demás que cualquier tipo de impedimento no es excusa para abandonar lo que queremos.
¿Qué es lo que hace que personas como Nuria sigan adelante con sus vidas, mientras que otros se bloquean ante problemas menores?
Según la psicóloga y escritora Isabel Vega, la resiliencia proviene de un concepto de la física, el cual tiene que ver con “la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora”. Pero en vez de hablar de términos físicos-materiales, debemos entenderlo bajo parámetros emocionales.
“Es tener algo de mono porfiado, de caer y volver a pararse una y otra vez; de no lamerse las heridas, sino de superarlas y seguir adelante”, explica.
Edith Grotberg, autora del libro La resiliencia en el mundo de hoy, dice que las personas resilientes son creativas, curiosas, les gusta aprender, buscar nuevos retos y se adaptan fácilmente a los cambios. Aceptar estas transformaciones es lo que los ha convertido en personas flexibles, que se complican poco por problemas que para otros podrían ser insuperables.
Constantemente aprenden de sus errores y de las personas que conocen en el camino. Pero ojo, ser resiliente no significa que no debes sufrir por las situaciones que vives, sino que hay que saber sobreponerse rápidamente y luego ser conscientes que la experiencia nos dejó una enseñanza.
Quienes estudian la resiliencia explican que hay que entenderla tal como si fuera un músculo que puede fortalecerse a través del ejercicio emocional. También señalan que, a pesar de ser sumamente útil practicar la resiliencia antes de vivir un momento difícil, podemos comenzar a practicarla después de su acontecimiento.
1. Son honestos con ellos mismos. Aceptan todas sus emociones, incluso las que algunos consideran como “negativas” (tristeza, enojo o humillación). Su virtud radica en saber manejarlas: las expresan o no dependiendo de la situación a la que se estén enfrentando.
2. Se conocen muy bien y se aman a sí mismos. Están conscientes de sus habilidades y debilidades, se trazan metas realistas y tratan de seguir caminos donde puedan desarrollar su autoconfianza.
3. Son optimistas. Viven en el presente sin culpas. No se cuestionan lo que hicieron en el pasado ni tienen miedo sobre lo que les depara el futuro. Disfrutan de las pequeñas cosas de la vida y se asombran ante cualquier nueva experiencia.
4. Son abiertos a compartir con el resto. Están ahí para sus amigos y cuentan con el apoyo de sus seres queridos. ¡También son muy empáticos!
5. Perdonan. Son capaces de perdonar a quienes les hicieron daño y no guardan rencor por el pasado. El resultado de esto es que tienen una increíble salud mental.
La psicóloga clínica Meg Jay, que lleva dos décadas estudiando el desarrollo de adultos y escuchando historias en su práctica clínica, aprendió importantes lecciones importantes sobre la resiliencia (que publicó en el libro Supernormal) y comparte en TED sus consejos. Además, incluimos otros consejos de personas entendidas en el tema.
1. Reconoceque tu preocupación es válida. Hay veces que pensamos que estamos exagerando, que miles de personas están pasando por cosas peores que nosotros, pero según Meg Jay, no hay que avergonzarse de lo que te estresa. Es legítimo sentirse agobiado.
2. Sé consciente de lo bien que lo has hecho en el pasado. Somos sumamente críticos con nosotros mismos y muchas veces decimos que no hemos conseguido nada, que seguiremos estancados en lo mismo. Pero deberíamos preguntarnos: ¿acaso no superé situaciones difíciles antes?
3. No podemos pensar que las cosas se arreglarán solas. Tenemos que tomar el toro por las astas y proponernos hacer algo al respecto. Nadie va a venir a solucionar nuestros problemas. ¡Debemos ser lo más activos posible!
4. Saber que estos problemas no se solucionan de un minuto para otro. La resiliencia requiere de paciencia y aceptación. La ansiedad no es bienvenida aquí, pues solo generará más frustración. Hay que avanzar paso a paso.
5. No sientas vergüenza en pedir ayuda. Puedes comentar qué es lo que te está pasando con un amigo o tus padres. De esta forma podrás tener una nueva visión sobre tu problema y al verbalizar la situación, las cosas te quedarán más claras. Otro consejo importante: rodéate de personas que sean positivas.
6. ¡Tómate un break! La idea es luchar, seguir adelante. Pero una persona resiliente también sabe que debe alejarse de lo que lo está abrumando para tomar mejores decisiones. Puedes salir a hacer deporte, comenzar a leer el libro que tienes en el velador o desconectarte un fin de semana. ¡Pero crea un espacio para ti!
7. No te culpes por tu actual situación. Los problemas te harán más fuerte y capaz de enfrentar aquellos que vendrán en el futuro. “Concéntrate en la capacidad de recuperación y visualízate a ti mismo como alguien que está incluso mejor preparado para la vida que la persona promedio, porque ya ha vivido mucho", dice Meg Jay.
8. Aprende a tolerar la incertidumbre. No debes tratar de controlar absolutamente todo lo que pasa a tu alrededor, es mejor utilizar esa energía en “ocuparse” que en “pre-ocuparse”.
9. ¡No te quejes más! En vez de contarle a cada persona que ves lo mal que van las cosas, actúa. Nadie ha solucionado un problema lamentándose constantemente de él, eso además, debilitan tu voluntad de hacer cambios, porque hace que veas el obstáculo más grande de lo que es. Haz algo provechoso para aprender de la situación.
10. Debes salir de tu zona de confort: algunos piensan que la resiliencia solamente proviene de acontecimientos negativos, pero también puedes desarrollarla al desafiarte a ti mismo. “Así que toma unas vacaciones intrépidas o corre un triatlón. Comparte tus habilidades poéticas secretas con extraños en un evento de lectura de poesía”, dice Jack Groppel, especialista en resiliencia.