El cáncer de mama es el más común en la población femenina y mata, al año, a casi más de 500.000 mujeres en el mundo, ya que la gran mayoría de los tumores se descubren cuando el cáncer ya está avanzado. Año a año, el número de nuevos casos aumenta, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo.
¿Por qué tardan tanto en diagnosticar este cáncer? Por dos razones: falta de sensibilización sobre la detección precoz y por los obstáculos que existen para acceder a los servicios de salud y a la realización de mamografías.
En Alemania, por ejemplo, (y en la mayoría de los países) la seguridad social solo cubre las mamografías a partir de los 50 años. El ginecólogo alemán Frank Hoffman, empezó a recibir pacientes más jóvenes, a las que no fueron capaces de detectarle el cáncer durante los exámenes físicos, por lo que al momento del diagnóstico, ya estaban en estados avanzado.
¿Cómo adelantarse a los diagnósticos? ¿Cómo encontrar una forma más económica de detección temprana de cáncer de mama?
Hoffman decidió basarse en los estudios que indicaban que las personas no videntes tenían desarrollado mucho mejor el sentido del tacto, especialmente las mujeres. Y así, el año 2006, el doctor creó Discovering Hands, un procedimiento médico de detección de cáncer de mamas que tiene como profesionales solamente a mujeres no videntes.
El objetivo es que estas mujeres realicen palpaciones en el pecho, siendo capaces de detectar bultos de forma más fácil y rápida que los médicos durante un examen de rutina. Y ha sido un éxito.
Ya han realizado más de 100.000 pruebas de diagnóstico y, un primer estudio cualitativo mostró que las Examinadores Médicas Táctiles (cargo que se les otorga a las mujeres no videntes), encontraron un 28% más de alteraciones en el tejido mamario en comparación con las descubiertas por los doctores; y bultos y tumores un 50% más pequeños.
En concreto: mientras una mujer en el autochequeo detectamasas de entre 15 y 20 milímetros y un médico de 10, las no videntes hallan nódulos de ocho milímetros e incluso menos.
Así, Discovering Hands se convirtió en una red de salud, presente en 35 clínicas ginecológicas y hospitales de Alemania y Austria, y también en Colombia a través del nombre "Manos que Salvan Vidas", desde el año 2015.
¿Por qué es tan exitoso? Porque resuelve tres problemas claves:
1. Ayuda a la detección temprana de cáncer de mama.
2. Supone ahorros para los gobiernos, tanto por los costos que se evitan con la detección temprana del cáncer y por los subsidios de desempleo que se ahorran.
3. Da empleo a mujeres no videntes, cuya tasa de desempleo, según la Unión Europea de Ciegos, es de más del 75% en personas ciegas o con ceguera parcial en edad de trabajar.
De esta forma, una discapacidad percibida se transforma en una capacidad y se crea un nuevo campo de empleo importante.
Estudios han demostrado que las personas invidentes no experimentan el deterioro del sentido del tacto con la edad, como el resto de los humanos.
Incluso hay científicos, como el Dr. Daniel Goldreich de la McMaster University, que señala que el tacto de una persona ciega le otorga unos 23 años de ventaja, por lo que una persona con visión normal, a los 30 años, “sentirá” lo mismo que una ciega a los 50.
Además, esto se comprobó científicamente. Al observar las resonancias magnéticas del cerebro, los investigadores hallaron que los cerebros de las personas con ceguera presentan una actividad distinta al recibir las sensaciones de los sentidos:
- Cuando una persona con vista toca algo, se activa el córtex somatosensorial, que es la zona de las sensaciones táctiles en el lóbulo parietal.
- Una persona ciega también usa el lóbulo parietal, pero en su caso el tacto también activa el lóbulo occipital, una región del cerebro generalmente dedicada a la vista.
Investigadores del Massachusetts Eye and Ear (un hospital vinculado a la Universidad de Harvard) realizaron un estudio donde demuestran que el cerebro de las personas que nacen ciegas es capaz de mejorar sus otros sentidos e incluso sus funciones cognitivas.
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Las Examinadoras Médicas Táctiles (EMT) reciben formación específica, teniendo que superar un programa de nueve meses en un centro de formación vocacional independiente, en el que estudian los fundamentos biológicos del cáncer, cómo interactuar con las pacientes y cómo realizar los exámenes.
En este centro, se analiza también la capacidad de palpación de las postulantes, mediante varias pruebas, ya sea tratando de distinguir pelotas de distinto tamaño o palpando pechos de silicona.
Esta posibilidad de trabajo en el sector sanitario, abre muchas posibilidades para que las mujeres no videntes se integren al mercado laboral, ya que, por lo general, son rechazadas por su condición a la hora de encontrar trabajo.
Lydia Simon es una de las mujeres que trabaja en Discovering Hand. Con un máster en psicología, Lydia cuenta que al buscar trabajo, siempre le decían lo mismo: "Lo siento, pero debes tener carné de conducir. Lo siento pero tienes que leer nuestro programa de software, o el trabajo requiere que revises fotografías. Entonces pensaba: Dios mío, ¿es que no voy a poder trabajar en nada?
Simon entró a Discovering Hands y señala que le cambió la vida. "Me pareció genial que las personas ciegas pudiéramos hacer una labor médica, nunca imaginé que eso fuera posible".
Francia Papamija es otra examinadora no vidente de 35 años que trabaja en Colombia, quien señala: "estamos rompiendo un paradigma de que la gente no crea que, porque tenemos una discapacidad, entonces no podemos pensar o ser autónomos".
Francia Papamija |
Leidy García, también examinadora de Colombia, agrega que "ser una auxiliar examinadora táctil es un mundo diferente, un reto, donde la discapacidad es una oportunidad. A partir de esta discapacidad, puedo reconocer los tejidos y las diferentes patologías, tocarlas e identificar" y agrega que luego de sufrir una trombosis cerebral que la dejó con una visión mínima, dejó la carrera de Ingeniería y empezó a estudiar Ciencias Sociales, pero señala que siempre se preguntó si alguna vez alguien le daría una oportunidad.
Finalmente esa oportunidad la encontró en la salud, a través de "Manos que salvan vidas" en el Hospital San Juan de Dios de Cali, Colombia, misma organización que piensa replicarse ahora en Argentina y en México.