Hoy, el Instituto de Salud Pública (ISP) liberó 8.000 mil nuevas dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla.
Caipiriñas, bossa nova, carnavales, la calidad de sus playas, la diversidad de paisajes y la simpatía que irradian hasta por los poros sus habitantes, son sólo algunas de las razones por las que Brasil es uno de los destinos favoritos para los turistas veraniegos.
El año pasado, el país de la samba fue el destino favorito de los chilenos, casi duplicando la cantidad de vuelos en comparación al 2016; y este verano, al parecer, el plato se repite. Por eso mismo es necesario que los viajeros tomen precauciones antes de hacer las maletas y pasar por Policía Internacional: la fiebre amarilla se ha instalado entre los de la Verde-amarela y hay que ser conscientes.
Según la OMS, la Fiebre Amarilla es una enfermedad producida por un virus que se transmite por la picadura de un mosquito que previamente haya picado a una persona enferma, es decir, esté infectado.
Se llama así, porque a muchos de los que se enferman les da ictericia y se les pone la piel amarilla. El virus afecta principalmente a las zonas tropicales de África, América Latina y Centroamérica; y quienes tienen mayor riesgo de presentar una enfermedad grave son los niños y las personas de mayor edad.
¿Se contagia la enfermedad persona a persona? No, ni por el contacto personal ni por la leche materna.
Los síntomas iniciales sonsimilares a los de una gripe; fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, pérdida de apetito, vómito y dolor muscular. Aparecen entre 3 y 6 días después de la picadura y, en la mayoría, desaparecen luego de 3 o 4 días.
Pero el 15% de los pacientes infectados entran en una segunda fase, más tóxica, 24 horas después de que se hayan pasado los síntomas anteriores. En esta etapa, vuelven los primeros síntomas y a medida que la enfermedad avanza, comienzan a sangrar las encías y la orina también contiene sangre. Aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de 7 a 10 días.
Sobre el origen de la enfermedad que causó epidemias devastadoras entre los siglos XVII al XX, se dice que fue originada en África occidental y transmitida a América por barcos a través de los propios marineros y esclavos que viajaban para vender mercancías.
Las primeras epidemias se presentaron en las islas Barbados y Guadalupe, y luego la enfermedad se extendió al resto de las Antillas, a la costa oriental y a Norteamérica, a mediados del siglo XVII.
Una de las peores epidemias de fiebre amarilla de la historia es la que afectó a Argentina el año 1871, provocando la muerte del 8% de los habitantes de Buenos Aires (14 mil personas); y la última gran epidemia de la que se tiene registro es la de Camerún en 1990, donde se registraron más de 20 mil muertes.
Actualmente, el aumento de casos de personas contagiadas tendría relación con la deforestación, el calentamiento global, las migraciones, la falta de acceso universal a la vacuna y el hacinamiento en las urbes principales. Y serían 31 países en África y 13 en Sudamérica (en especial Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú y Colombia) los países con mayor riesgo.
El brote de fiebre amarilla que apareció en Brasil el año pasado, ahora está afectando a las ciudades más turísticas, como Río de Janeiro y Sao Paulo, y a la fecha ya van 148 personas contagiadas y 70 fallecidos.
No. No es necesario cancelar el viaje o cambiar rápidamente de destino. Pero según la OMS sí es fundamental vacunarse, con previa orden médica, a más tardar 10 días antes de emprender el viaje, para que se generen los anticuerpos necesarios para la protección.
En Chile, las vacunas se están acabando, porque la fiebre amarilla carece de un plan nacional que incluya de forma pública y recurrente el medicamento (aquí no existe ese mosquito), pero la ministra de Salud, Carmen Castillo, señaló que la próxima semana ya tendrían stock.¿Y si viajan antes de que lleguen más vacunas?
En este caso, la recomendación del Minsal es usar vestuario adecuado (mangas, pantalón largo y colores claros) y comprar un repelente con el ingrediente DEET. Lo ideal es que lo compren en Brasil al llegar, porque los que venden en Chile pueden no contener los elementos adecuados para repeler a los mosquitos de allá.
Pero el jefe del programa de Medicina para el Viajero de la Clínica Alemana, Thomas Weitzer, tiene otra opinión. Recomendó derechamente NO VIAJAR si no se tiene la vacuna.
Al final la decisión queda en manos de los propios turistas, porque para ingresar a Brasil no se exige el certificado de la vacuna. Por ahora no hay casos de chilenos contagiados, pero nadie quiere ser el primero. En El Definido nos parece necesario advertir, porque siempre es mejor prevenir que lamentar.
Según el Minsal, la vacuna para la Fiebre Amarilla puede ser administrada en los vacunatorios internacionales autorizados por las SEREMI de Salud. Y para hacerlo es obligatorio contar con la indicación de un profesional médico, ya que al momento de vacunarse se exige la orden y algún documento de identificación (C.I o pasaporte).
Y como la vacuna no forma parte del Plan Nacional de Inmunizaciones, ésta no es gratuita y tiene un costo que fluctúa entre los 32 y 48 mil pesos. Eso sí, es sólo una dosis la necesaria para conferir la inmunidad de por vida.
Si bien la Fiebre Amarilla no cuenta con un tratamiento específico, la vacuna es la medida preventiva más importante y segura que proporciona inmunidad efectiva dentro de los 30 días siguientes, para el 99% de las personas vacunadas.
Aquí les dejamos un link con un listado de recintos privados que ofrecen la vacuna en Santiago y en todo el país.
¿Y quiénes no deberían vacunarse de ninguna manera?
- Los menores de 9 meses, excepto durante las epidemias, situación en la que también se deben vacunar los niños de 6-9 meses en zonas con alto riesgo de infección.
- Las embarazadas, excepto durante los brotes de fiebre amarilla, cuando el riesgo de infección es alto.
- Las personas con alergia grave a las proteínas del huevo.
- Las personas con trastornos del timo o inmunodeficiencias graves debidas a infección sintomática por VIH/SIDA u otras causas.