Se gastaron millones de pesos en mejorar la novedosa sala de computación, los profesores estuvieron histéricos todo el semestre y el director tuvo más pega que nunca. ¿Y los resultados? Nada, los alumnos no aprendieron mejor e incluso bajaron su nivel. Caro e inútil.
A veces los recursos invertidos y los esfuerzos no tienen el impacto que se busca, y cuando se trata de mejorar la calidad de la educación, la cosa se pone seria. ¿Qué cosas sirven y s no?
Summa es el primer Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación que se dedica a buscar lo que realmente funciona para transformar las salas de clases. Con foco en América Latina y el Caribe, analiza y da a conocer las prácticas educativas que son ejemplo a nivel mundial, y que sería conveniente replicar.
Y lo ponen en bandeja gracias a una genial herramienta digital a la mano de todos, hace que lo que es exitoso en educación sea accesible hasta para la escuela más recóndita. En El Definido te contamos sobre el proyecto y lo que han descubierto.
Como organización global, Summa se dedica a “escanear” el mundo en busca de aquellas iniciativas educativas que vale la pena conocer. Fue creada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Fundación Chile, con el apoyo de los ministerios de educación de Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay.
Sus objetivos son promover, desarrollar y difundir investigaciones de vanguardia, innovaciones en políticas y prácticas, y espacios colaborativos. Con esto en mente, crearon una herramienta online que detalla la crème de la crème en cuanto a educación: la Plataforma de Prácticas Educativas Efectivas.
Esta sintetiza la evidencia académica de alta calidad en distintos rincones del mundo sobre intervenciones educativas que funcionan bien a nivel escolar. Líderes de escuelas, profesores u ONGs pueden apoyarse en ellas para tomar decisiones, generar cambios o influir sus dinámicas institucionales.
Actualmente cuenta con 32 estrategias evaluadas y cada una tiene una descripción sobre la intervención. Además de sus costos aproximados; su nivel de confiabilidad basado en investigaciones que la sustentan; y su nivel de impacto basado en resultados en el aprendizaje. Así que si eres profe y quieres implementar alguna de esta medidas, aquí encontrarás las claves. Algo importante: incluye también qué se debe tener en cuenta antes de “embarcarse” con cada estrategia, para partir bien encaminados.
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Hicimos el ejercicio y buscamos aquellas estrategias más económicas, con mayor evidencia y con más tiempo siendo implementadas. Encontramos estas cuatro “buenas, bonitas y baratas” que nos encantaron y deberíamos ponerle ojo por aquí en nuestro país. Además, suelen ser cosas bastante sencillas que no requieren de mucho para implementarse.
Summa no se quedó en generalidades, y creó una segunda herramienta online, un Mapa de Innovaciones Educativas. Este muestra a las comunidades escolares y al público en general, varias experiencias exitosas a nivel mundial. Es decir, son ejemplos concretos de implementación de estrategias que han tenido éxito en mejorar la calidad, equidad e inclusión en sistemas educativos, ¿por qué no imitarlos entonces?
Se trata de iniciativas identificadas y valoradas por instituciones líderes en educación a nivel mundial, tales como la Global Education Innovation Initiative (GEII) de Harvard, la Fundación Telefónica, la World Innovation Summit for Education (WISE) y el Center For Education Innovation (CEI), entre varias otras.
La idea es que las comunidades locales conozcan estos ejemplos y, con capacidad de adaptación y espíritu creativo, puedan implementarlas en sus propias realidades, tomando en cuenta sus necesidades, capacidades y condiciones.
“Hoy, en su primera fase de desarrollo, permite visualizar un conjunto de 50 casos exitosos existentes alrededor del mundo, y ojalá pronto sean 100, y así seguir sumando. El mapa debiera inducir a atreverse a idear soluciones nuevas para enfrentar los desafíos educacionales de nuestra región”, señala Javier González, director de Summa.
El mapa muestra la localización de cada programa y, al hacerle click, se despliega una ficha en la que se accede a los detalles -como la descripción, el contexto y la evaluación- acompañada de enlaces a los sitios oficiales.
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Al igual que la plataforma anterior, cuenta con filtros que ponderan niveles de evidencia (experimentales, cualitativos, etc.), educativos (primaria, secundaria, etc.), de acción (estudiantes, docentes, etc.) y formalidad (formal o no formal). Además, puede filtrarse por temática, por ejemplo, primera infancia, habilidades del siglo XXI o lectoescritura, entre otros. Sin embargo, esta vez son ejemplos concretos de implementación de estrategias en países, con sus resultados visibles.
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De todo lo que vimos, queremos destacar tres proyectos que nos llamaron la atención.
Mediante las dos grandes plataformas mencionadas, Summa pretende sumar valor a la educación local que se implementa en miles de lugares el mundo, ya sea por grandes ONGs o en escuelas rurales que están buscando buenos modelos educacionales. Es como una ventana al mundo, en que todas estas iniciativas pueden ser conocidas de manera democrática por quien se interese en ellas.