Esta nota fue publicada en octubre de 2017, hoy la destacamos celebrando el Día Internacional de la Diversidad Biológica
Durante más de 50 años, las FARC ocuparon un importante territorio de Colombia, que en 2016 correspondía a 242 municipios agrupados en 14 regiones, donde habitaba alrededor del 12% de la población del país... Y también cientos de mamíferos, insectos, reptiles, árboles, hongos, peces, aves y un gran etcétera.
Muchas de estas especies vivieron durante todos estos años ocultas bajo el escudo de la guerrilla, y jamás descritas en ningún libro de ciencias. Son “las especies de la paz”, muchas de ellas nuevas para los científicos, y uno de los tesoros más grandes que trajo el fin del conflicto para Colombia y toda la Amazonia.
Colombia es el segundo país con mayor biodiversidad del mundo, con alrededor de 56.343 especies descritas hasta el día de hoy. Pero este número tendrá que ser aumentado tras el proceso de paz del gobierno con las FARC.
Áreas de concentración de las FARC. Telesurtv. |
Uno de los programas gubernamentales que se han iniciado tras el fin del conflicto, es Expedición Bio, a cargo de Colciencias, la entidad encargada de promover la ciencia, tecnología e innovación en Colombia. Desde 2016, el organismo ha movilizado a alrededor de 800 investigadores colombianos y del mundo entero, para concretar 20 expediciones que acabarán en 2018, y que integran áreas continentales y marinas. Ya liberados, estos territorios casi vírgenes son un manjar para cualquier científico en busca de aventuras.
La idea es generar medidas de protección, evaluar el potencial económico de los nuevos descubrimientos, generar información para la toma de decisiones a nivel regional, aprovechar el capital natural, entre otras cosas.
“Lo que esperamos comunicar con todo esto no es sólo para los científicos, sino para el ciudadano de a pie. El colombiano debe entender que vive en un país muy rico en recursos biológicos, debe darle ganas de conocerlo, apreciarlo, cuidarlo y defenderlo hasta el final”, dijo Andrés Barona, biólogo botánico con más de 12 años de investigaciones en la Amazonia.
El éxito de Expedición Bio ha sido tal, que ya se han descrito 89 nuevas especies de flora y fauna que nunca antes habían sido caracterizadas por la ciencia. También existen 283 nuevos registros para el país (especies que se conocían, pero nunca antes se habían visto en Colombia) y 100 especies endémicas (que sólo existen en esa zona).
Gracias a todos estos hallazgos, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ha declarado que las nuevas expediciones son una réplica de lo que sucedió en Sudamérica hace 200 años, cuando recién comenzábamos a conocer la naturaleza de nuestro continente.
SINCHI |
El estado de conservación de las zonas ha sorprendido a los científicos. En primer lugar se trata de zonas que, estando ocupadas por las FARC, recibieron escasa visita humanapor varias décadas. Además, los guerrilleros tuvieron cierta consciencia ambiental durante este período.
El biólogo Dairon Cárdenas, señala que fue testigo del veto que las FARC impusieron a través de avisos de prohibición de quema, caza y pesca indiscriminada. Si la comunidad no obedecía, podía llegar a ser víctima de penas y castigos (y no convenía llevarse mal con ellos).
SINCHI |
También las comunidades han jugado un rol importante en zonas ocupadas por las FARC. Como en la localidad Belén de los Andaquíes, donde sus habitantes se organizaron en los ‘90 para proteger la biodiversidad de la zona, logrando que la Alcaldía y el Concejo declararan en su territorio 10 parques municipales naturales. Gracias a esto, hoy el pueblo recibe el nombre de primer municipio verde de Colombia.
Lo más inédito de esta iniciativa, es que la creación de reservas en Colombia es responsabilidad de organismos gubernamentales, pero en este caso la acción de los pobladores tuvo insospechadas y excelentes consecuencias...
Seguramente los pobladores de Belén de los Andaquíes no se esperaban tal hallazgo, pero sucedió: sólo en las 26.754 hectáreas que componen el Parque Natural Municipal Andakí, Expedición Bio encontró 47 nuevas especies para la ciencia. Y no es de sorprender, porque esta zona es una de las más biodiversas del país, al encontrarse justamente en la transición entre los Andes y la Amazonia.
SINCHI |
Participaron 60 expedicionarios, encabezados por investigadores del Instituto SINCHI, con la participación del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia y del Museo de Investigación Zoológica Alexander Koenig (Alemania), además de personas locales con conocimientos en biodiversidad y la Fundación Tierra Viva, administradora del Parque.
La expedición, que duró solamente 20 días, publicó sus resultados recién en octubre, después de ocho meses clasificando las especies encontradas. En todo este proceso, participaron especialistas de Colombia, Perú, Venezuela, Argentina, Inglaterra y Alemania.
En total, encontraron en esta zona específica 47 especies completamente nuevas para la ciencia, 190 inéditas en Colombia, 23 en algún grado de amenaza y 41 endémicas. Dentro de las especies que nunca antes se habían registrado hay 21 plantas (flora), 4 peces, 6 anfibios, 3 reptiles y 6 mariposas. Además, se registraron varias nuevas especies de macroinvertebrados, macrofauna edáfica, hongos y perifiton.
SINCHI |
Pese a todo este esfuerzo y los grandes hallazgos, hay quienes son de la opinión que el gobierno colombiano no está preparado para tal estado de conservación. Esto porque durante 2016, año en que se firmó el Acuerdo de Paz, se produjeron inmensas deforestaciones en áreas antes ocupadas por los guerrilleros.
Mariela Osorno, bióloga que formó parte del proyecto, señaló: “la presencia guerrillera disminuyó la explotación a los recursos, tanto que, esos ríos eran el reflejo de las crónicas de Indias. Un año después de registrar esa conservación, volvimos y la comercialización de especies era significativa. Es difícil que la biodiversidad aguante ese nivel de extracción, porque la gente ve ahí una alternativa económica para vivir”.
Abrir la zona a todos obviamente trae consecuencias, derivadas de la ganadería, la minería poco controlada y la construcción de carreteras que conecten zonas alejadas. Es por ello que las nuevas iniciativas deberán estar muy controladas.
“La guerra, sin duda alguna, preservó estos territorios. La gran amenaza ahora es el posconflicto”, dijo Felipe García, gerente del programa de Colciencias. “Ahora es importante capacitar a las comunidades locales para que se empoderen, sepan lo que tienen, lo conserven y monitoreen”.
La idea es poder conectar en el mismo proyecto, el proceso de paz y las cuestiones medioambientales, haciendo de la naturaleza un ícono de la reconciliación tanto para las comunidades como para los ex guerrilleros. Es así como ya se han plantado más de 260.000 hectáreas en zonas antes ocupadas, generando alrededor de 24.000 empleos nuevos. Una original forma de impedir que las comunidades obtengan sus ingresos mediante la deforestación. Tal como indican desde el Instituto SINCHI:
“Esto muestra que los campesinos, los excombatientes, los propietarios de tierras, los empresarios y también los funcionarios, se han dado cuenta de que vale la pena arriesgar su trabajo, su capital y sus instituciones para recuperar el patrimonio ecológico del país. La magnitud de lo logrado puede parecer demasiado pequeña en comparación con la gravedad de los problemas ecológicos y sociales, pero sin duda constituye un ejemplo y también una experiencia que será observada con cuidado por otros que podrían replicarla o ampliarla”.