El chisporroteo, el olor y el jugoso primer bocado, aseguran que todo es absolutamente igual al de las hamburguesas tradicionales de carne de vacuno. Sí, esas que (muchos) aman y que en su perfección son irremplazables.
Sin embargo, a las de carne real les salió competencia y muy buena: una hamburguesa hecha a base de plantas. Pero no te imagines una de porotos negros, lentejas o quínoa, no, no, no, ¡esta es una casi igualita a la de carne!
Fue hace seis años que Patrick O. Brown, profesor emérito del departamento de bioquímica de la Universidad de Stanford, se planteó la siguiente pregunta: "¿Por qué la carne tiene sabor a carne?". Él y su equipo de la empresa estadounidense Impossible Foods, comenzaron a investigar cada aspecto de la experiencia sensorial única de la carne. Desde cómo se ve cruda a cómo chisporrotea y qué pasa cuando le damos un mordisco a una hamburguesa. Luego, recrearon los sabores precisos, texturas, aromas y nutrición de la carne molida, ¿cómo?
Utilizando únicamente plantas. Así lograron hacer una hamburguesa jugosa, deliciosa y mejor para el planeta, dicen ellos.
¿Cómo lograr una carne molida idéntica a la original, pero totalmente distinta a la vez? La hamburguesa imposible está hecha con ingredientes que ni te imaginas, pero que gracias a la ciencia, logran maravillas.
Proteína de trigo, aceite de coco, proteína de la papa y hemo, son algunos de los ingredientes de esta hamburguesa. Seguramente no tienes idea qué es el hemo. Bueno, es la molécula que contiene hierro y es responsable del sabor y aroma de la carne.
Entonces, lo que hicieron los científicos de Impossible Foods, fue tomar el hemo de las plantas que es transportado por la leghemoglobina, específicamente el de la planta de soya (leghemoglobina de soya), para producirlo usando la fermentación. Así, de paso, proteger al medioambiente, porque piensan en grande:El hemo vive en la hemoglobina, una proteína de la sangre y en los músculos de los animales, es transportado por la mioglobina. Esta molécula, es básica en la vida en todos los organismos, incluyendo las plantas y de hecho, molécula de hemo de las plantas es idéntica (se analizó átomo por átomo) a la molécula de hemo que se encuentra en la carne.
El añadir hemo a esta hamburguesa vegetal, es lo que hace que sea tan sabrosa como la carne. Esto se logra a través de una modificación genética que permite producir esta hamburguesa a escala, pero con el menor impacto ambiental posible.“Al producir nuestro hemo en la levadura, evitamos cavar plantas de soya para cosechar los nódulos de las raíces, lo que promovería la erosión y liberaría el carbono almacenado en el suelo. Esto nos permite producir hemo de manera sostenible a gran volumen y fabricar carne vegetal para millones de personas, compensando el impacto ambiental de la agricultura animal”, aseguran en Impossible Foods.
El equipo de Impossible Foods, desde su laboratorio en Silicon Valley, tardó cinco años en descubrir la receta. Hoy su “hamburguesa imposible”, como la llaman, es en realidad posible y un éxito. Desde 2016 está a la venta en varios restaurantes de Estados Unidos (Nueva York, Las Vegas, San Francisco, Los Ángeles y Texas). ¿Y cuándo en Chile?
Por el momento nos vamos a tener que conformar viendo las espectaculares fotos de esta hamburguesa en las redes sociales, porque desde la compañía dicen que están enfocados en su masificación por Estados Unidos y en los próximos años podrían expandirse al resto del mundo.
Como pueden ver, la hamburguesa incluso sangra como si fuera una común y corriente. ¿Y para qué diantres tanto dramatismo? Pues para hacerlo lo más idéntica posible a la de carne de vacuno, a fin de cuentas, como los mismos creadores dicen, no les interesa convencer a vegetarianos y veganos, sino a los amantes de la carne.
¿Recuerdan lo contaminante que es producir carne roja? Una dieta rica de este alimento (más de 100g diarios) por parte de una persona, emitiría unos 7,2kg de CO2 por día, más que el uso diario de un auto, si es que se comparte.
“Según los investigadores de ganado, la agricultura animal utiliza el 30% de toda la tierra, más del 25% del agua dulce en la Tierra, y crea tantas emisiones de gases de efecto invernadero como todos los automóviles, camiones, trenes, barcos y aviones combinados”, aseguran en su sitio.
En cambio, en comparación con una hamburguesa hecha con carne de vaca, la hamburguesa imposible utiliza alrededor de 1/20 de la tierra, 1/4 del agua, y produce 1/8 de las emisiones de gases de efecto invernadero, aseguran sus creadores.
Son varios los que tienen toda la esperanza puesta en que los científicos de Impossible Foods puedan ayudar a reemplazar el consumo de carne con otros ingredientes que no le hagan daño al medio ambiente. Incluso el multimillonario Bill Gates, invirtió 75 millones de dólares en este proyecto, para que puedan seguir trabajando en su misión, que es hacer que el sistema global de alimentos sea más sostenible.
Actualmente, los científicos están investigando las bases moleculares de los sabores, texturas de los alimentos y aprendiendo cómo los alimentos que elegimos afectan nuestro planeta y nuestros cuerpos, para aportar con nuevas creaciones. “Estamos descubriendo nuevos ingredientes saludables y sostenibles de la naturaleza”, aseguran.
Por su parte, Impossible Foods, asegura que es idéntica a la de la carne, sin embargo, quiso transparentar sus alimentos y publicó un compromiso con la seguridad y transparencia, donde explican que en 2016, realizaron un riguroso estudio en el que alimentaron a ratas para examinar si el consumo de leghemoglobina en cantidades más de 100 veces superiores a la exposición dietaria normal, produciría efectos adversos. Los científicos concluyeron que no hay evidencia de ningún efecto adverso de la leghemoglobina de soya, incluso si es consumida en exceso.