Las cosas antes eran más simples, literalmente. Hace 3.500 millones de años la moda imperante era ser una bacteria, sin esas complicaciones modernas como tener núcleo o consistir en más de una célula. De hecho, las condiciones para los organismos más complejos, como los primeros animales, se darían recién hace unos 600 a 700 millones de años.
Este gran salto, al que le debe la vida cada humano y animal que haya pisado la Tierra, siempre ha estado cubierto bajo un halo de misterio. Uno no decide de pronto ser multicelular y complejo, sino que se deben dar condiciones propicias para este importante cambio. Expertos coinciden en que habría comenzado con las algas y su proliferación. ¿Pero qué exactamente permitió el desarrollo y auge de estas en primer lugar y cuándo?
Algo importante, en términos climáticos y geológicos, debió haber ocurrido y científicos australianos finalmente encontraron la respuesta, machacando rocas milenarias.
Los investigadores Amber Jarrett y Jochen Brocks, de la Universidad Nacional de Australia, estudiaron sedimentos de la zona central del país, más exactamente los fósiles moleculares de milenarios organismos que encontraron allí luego de machacar y remover contaminantes de las rocas.
"Estas moléculas nos dicen que se puso bien interesante la cosa hace 650 millones de años. Fue una revolución de ecosistemas, fue el ascenso de las algas", comenta Brocks.
Pero para hablar del ascenso de las algas (por cierto, muy buen título para una película de terror alternativo), hay que hablar del evento que lo gatilló 50 millones de años antes: la Tierra bola de nieve.
Así se llama un periodo de glaciación digno de los white walkers, donde ni los trópicos se salvaron del frío extremo. Hablamos de temperaturas que congelaron los océanos hasta una profundidad de 2 kilómetros y donde las grandes cadenas montañosas quedaron pulverizadas por glaciares. A pesar de que es una hipótesis con algunos detractores (algunos sugieren que se trataría de un periodo de glaciación regular y no una superglaciación), el modelo calzaría con la información contenida en las moléculas halladas por los científicos.
La bola de nieve se habría vuelto a calentar, luego de 50 millones de años, y los nutrientes -como fosfatos-, antes contenidos en las rocas que fueron pulverizadas, fueron llegando en grandes concentraciones al mar a través del agua derretida.
En un lento proceso siguiente, las cianobacterias, únicos organismos unicelulares capaces de producir oxígeno, pasaron a dominar los mares ricos en nutrientes por sobre otras bacterias, y empezaron a cambiar la atmósfera de a poco, abriendo el paso para el "ascenso de las algas".
Aquí cabe aclarar que las algas ya existían varios cientos de millones de años antes pero no en gran cantidad, ya que la escasez de nutrientes favorecía a las más sencillas y humildes bacterias. La supremacía de ellas como productoras primarias en los océanos comenzó, entonces, de la mano de las cianobacterias y de forma tímida, con algas microscópicas, dice Brocks.
Este nuevo ambiente, más benevolente y que ya no favorecía tanto a los organismos unicelulares, y la aparición de un ciclo alimenticio habría "inevitablemente impulsado una competición ascendente para organismos cada vez más grandes y para estrategias de alimentación y defensa más complejos", escriben en el estudio. Las algas comenzaron a crecer en tamaño, diversidad y complejidad.
¿Y saben quién más se benefició? Una serie de organismos multicelulares que se dieron un gran festín de algas (cochayuyo quizá no), y que luego de algunos millones de años, evolucionaron para convertirse en los primeros animales.
"Estos grandes y nutritivos organismos en la base del ciclo alimenticio (las algas) proveyeron el impulso de energía necesario para la evolución de ecosistemas más complejos, donde animales cada vez más grandes y complejos, incluyendo humanos, podrían prosperar en la Tierra", explica el científico.
El descubrimiento sería congruente con la "explosión cámbrica", un periodo hace 540 millones donde los animales tomaron la batuta sobre la Tierra, como también con estudios recientes que señalan que el primer animal habría sido, posiblemente, una simple esponja marina que nació en los océanos hace 640 millones de años (si vivía en una piña no ha sido investigado).
"Inmediatamente supimos que habíamos hecho un descubrimiento revolucionario, en que la Tierra bola de nieve está directamente involucrada en la evolución de vida grande y compleja", concluye Jarrett.
Sin duda que este descubrimiento ayuda a formarnos una imagen más clara de este decisivo periodo. ¿Quién hubiera dicho que una roca podía contener tanta información?