Llegar a instalarse a un nuevo país nunca es fácil. Tener que encontrar un hogar y un trabajo, adaptarse al nuevo espacio, al nuevo clima, a la cultura y al idioma, puede ser un factor de estrés importante para cualquier migrante. Pero, quizás lo más difícil, es ser bien recibido, hacer amigos e integrarse a la comunidad.

Los últimos años han estado marcados por fuertes olas migratorias por diversas razones: guerras, desastres naturales, crisis económicas, crisis políticas, etc. Las personas están en búsqueda de un nuevo hogar con oportunidades para poder asentarse en paz y vivir tranquilos, situación que nunca es fácil. ¿Qué países son una buena opción para radicarse? ¿Dónde reciben bien a los migrantes?

La organización internacional Inter Nations publicó el índice anual Expat Insider 2016 que mide en qué países es más fácil establecerse según la amabilidad de la gente, el idioma, el sentirse bienvenido y la facilidad para encontrar amigos.

Para dar con los resultados, entrevistaron a 14.000 expatriados de 191 países o territorios del mundo, revelando interesantes resultados. México, Costa Rica y Uganda, fueron los punteros del índice general esta vez (Chile figura dentro de los menos hospitalarios del mundo L, tenemos un tremendo desafío con los migrantes que llegan a nuestro país).

De esos tres, Uganda resultó destacada especialmente por su amabilidad. ¿Cómo es vivir en uno de los países más acogedores amables del planeta? ¿Qué dicen viajeros e inmigrantes que han estado en Uganda? En El Definido te lo contamos.

¡Ah! Uganda se ubica aquí, por cierto:

La amabilidad como esencia de la cultura de los ugandeses

Revisamos varios foros de viajeros para ver qué es lo que piensa la gente que ha visitado o que se ha trasladado a Uganda a vivir, y por lejos lo que más destacan es la hospitalidad de su gente.

La mayoría de migrantes se instala en su capital, Kampala, lugar donde conviven a diario cientos de extranjeros, por lo que se pueden ver personas de distintas razas, etnias y países, porque además no existen barrios exclusivos para migrantes o ugandeses.

Además, en Kampala, gran parte de la población habla inglés como primera o segunda lengua, por lo que es muy fácil relacionarse con su gente, visitar restoranes con cartas en inglés y con garzones que dominan el idioma a la perfección.

Todos los comentarios que leímos, señalan que la gente de Uganda se caracteriza por ser sencilla, humilde, paciente y muy alegre, y que la hospitalidad es un valor que todos tienen de forma intrínseca.

Por ejemplo, al salir a la calle la gente, sin conocerse, se saluda sonriente; los taxistas intentan conversar con todos sus pasajeros; si un extranjero pide ayuda en la calle para pedir alguna orientación, ya sea de calle o recomendaciones de restoranes o panoramas, los ugandeses se acercarán a completar esa información que te están dando.

En Kampala hay mucha vida social. Una gran variedad de tiendas, restoranes, teatros, cines, discoteques y bares que funcionan todos los días y que mantiene las calles principales copadas de gente a toda hora. Los viajeros señalan que si vas a comer o a beber solo, siempre se te acercarán dos o tres personas a conversarte, a invitarte un trago, e incluso en los restoranes es común que por ser extranjero y para darte la bienvenida, te ofrezcan otro plato o un trago de cortesía.

Juanita es una colombiana que vive en Uganda junto a su marido y sus dos hijas y en cuanto su experiencia en el país africano, señala que “los ugandeses nos han recibido muy bien. Son personas muy, muy amigables y colaboradoras. Les encantan los niños, así que nuestras hijas han sido un puente grandioso para conocer gente. Los ugandeses siempre tienen una sonrisa y una palabra amable para los niños y en general para los extranjeros”.

Un viajero que vivió durante un año en Uganda y que mantuvo un blog donde subía temporalmente su experiencia, cuenta que “Llegué sólo y en menos de un mes me sentí adaptado por completo. Me encantaba caminar por la calle, ir en el coche y observar la vida que me rodeaba, pararme y hablar con la gente, ya fuera un conductor de boda boda, el frutero de la esquina, un cura o un niño pequeño”.

Agrega además que “echaré de menos esa sensación de salir de casa y recibir miles de ¡Hello Muzungu!, cuando voy a coger el tazi, poner dinero en el móvil, comprar un chappati o dar un paseo. La dulce voz de los niños interesándose por ti, esa mirada llena de experiencia de un abuelo que se cruza contigo y te saluda con solemnidad”.

Otra viajera cuenta que “estuve allí en el 2006 y me enamoré. A pesar de todo lo que más me acuerdo es la gran cantidad de verde que hay y su cultura. La gente es amable y siempre presta ayuda. Me enamoré de sus calles llenas de gente y la locura del tránsito. Volvería, pero esta vez para siempre”.

La buena bienvenida a los refugiados

No sólo los turistas son bien recibidos en Uganda, sino que, a diferencia de lo difícil que es la vida para los miles de refugiados que escapan de sus países, aquí y desde hace décadas, existe una política de puertas abiertas para todos.

Lo anterior se debe, en gran parte a la Ley de Refugiados del 2006, considerada una de las más progresistas y generosas del mundo, la que provee atención médica y educación gratuita a los refugiados, a quienes además se les permite desplazarse libremente por todo el país.

Uganda, actualmente, acoge a más de medio millón de refugiados, a quienes se les permitir buscar refugio, se les ofrecen documentos de asilo y se les anima a integrarse a la sociedad rápidamente y de forma digna. Al llegar al país, reciben tierras fértiles para cultivar alimentos y pueden trabajar o iniciar negocios, lo que les ha permitido reconstruir sus vidas y contribuir a la economía local.

El propio Papa Francisco, señaló que “Uganda ha demostrado una excepcional preocupación para recibir a los refugiados, permitiéndoles reconstruir sus vidas con seguridad y un sentido de la dignidad que nace de ganarse el sustento mediante el trabajo honesto”.

Por ejemplo, según un estudio de la Universidad de Oxford del año 2014, el método de integración que se da en Uganda para con los refugiados se basa en ofrecerles libertad para emprender y trabajar en cualquier parte del país. Es por esto que el 78% de los refugiados urbanos en Kampala no reciben ayuda internacional y pueden mantenerse por sí mismos, siendo muchos de ellos propietarios de empresas que emplean tanto a refugiados como a ugandeses.

Además, existen organizaciones sociales como el Servicio Jesuita a Refugiados en Kampala, que ayuda a los refugiados a entrar en el mercado laboral, ofreciendo cursos de formación profesional en inglés, gestión empresarial, moda y diseño, peluquería, carpintería, artesanía y restauración.

Así, a pesar de ser un país africano en vías de desarrollo, Uganda se ha transformado en un ejemplo mundial de buena acogida con los extranjeros, refugiados y migrantes, a quienes integran con dignidad, aprecio y cariño, y a quienes se les considera como un par con todo el derecho de rehacer sus vidas y de encontrar oportunidades. Y si bien la economía no es su principal fuerte (ocupa el lugar 103 en el ranking de 196 países), en Uganda hay espacio de trabajo para todos, y la vida sencilla y los principales servicios gratuitos tanto para nativos como para extranjeros, permiten que las familias vivan muy bien con un ingreso bastante menor al de otros países.

¿Qué otros aspectos positivos conoces o has escuchado de este país?