"El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro", este popular proverbio adjudicado al famoso científico e inventor estadounidense, Benjamin Franklin, ejemplifica lo que necesitan tanto empresas, como personas y países para alcanzar la prosperidad: trabaja duro para ser exitoso en lo que haces, pero nunca te olvides de tener la disciplina para guardar parte de lo ganado.
Para ayudar en este propósito, en EE.UU. se está llevando adelante una campaña sacada de las barras de chocolate de oro de Willy Wonka del libro Charlie y la fábrica de chocolate. Un banco del país puso en circulación en más de 10 ciudades unas cien unidades de un centavo de dólar, conocidos popularmente como pennies, por un valor de 100.000 centavos (mil dólares), que son ligeramente más grandes y que llevan el logo del banco en lugar del rostro de Abraham Lincoln.
Todo esto como parte de una campaña promocional denominada “Lucky Penny”(Centavo de la Suerte), desde el 18 de octubre hasta fines de diciembre, que está buscando incentivar el ahorro entre los ciudadanos estadounidenses.
Aunque la moneda no es legal, la entidad bancaria espera que sus clientes y el público en general empiece a conservar los cerca de 30 millones de pennies al día (13 mil millones al año) que se producen anualmente en el país, puesto que la mitad de ellos sale de circulación debido a que la gente no los valora ni los guarda (ver vídeo al final del artículo). Una buena cifra a recordar cuando nos dan el vuelto de a peso en los supermercados, uno a uno, todo suma, incluso millones.
En EE.UU., la situación del ahorro es bastante precaria. Según una encuesta Bankrate solamente uno de cada cuatro hogares estadounidenses tiene reservas de 6 meses de dinero para emergencias y otra cuarta parte no tiene ningún tipo de ahorro de emergencia. |
¿Pero qué tan importante es el ahorro para un país? ¿Cómo podemos medir el nivel de ahorro en el mundo?
El nivel de ahorro nacional implica en gran medida, que un país sea importador o exportador de capital de acuerdo con la relación que haya entre sus propias necesidades de inversión y su nivel de ahorro. El sector productivo necesita constantemente de nuevos recursos, los que deben conseguir en el mercado financiero local o internacional, el cual es en gran medida alimentado por los ahorradores, tanto ciudadanos o empresas.
Esto por que cuando queremos saber el nivel de ahorro de un país como un todo, no basta con saber cuánto dinero hay en las cuentas bancarias de la gente, también es necesario sumar tanto el ahorro del sector público y empresas, como el de las personas.
Si el nivel de ahorros de un país es bajo, no existirán suficiente disponibilidad de recursos para financiar al sector productivo, por lo que este deberá recurrir al financiamiento externo. Algo que exige recurrir a préstamos internacionales, lo que generará una cantidad extra de divisas que terminará depreciando el valor de la moneda del país y, al mismo tiempo, la utilidad generada por las inversiones se irá al pago de los préstamos.
Cada país tiene su propia lógica y en su dinámica intervienen factores económicos, culturales e históricos a la hora de ahorrar. En algunos países son los ciudadanos los que tienen la mayor parte del ahorro de un país, en otros casos es el Estado o el sector privado.
Hoy en día los países con más ahorros a nivel nacional pertenecen al club de las naciones petroleras o a las emergentes de Asia, aunque también hay un socio africano. Siendo la cantidad de ahorro a nivel mundial el 24,28% del PIB de todo el planeta 2014.
En base a datos combinados del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Libro Mundial de Datos de la CIA, recopilados por la BBC Mundo, te mostramos 4 casos de diferentes realidades culturales, políticas y geográficas, de alto nivel de ahorro, por qué éste es posible y en qué se benefician.
Sus cerca de 1.400 millones de habitantes tienen una percepción del ahorro muy diferente a la que existe en Medio Oriente. En la nación asiática el ahorro como virtud, es algo profundamente arraigado en la cultura, en donde a los niños de muy pequeños se les enseña que la “diligencia es una fuente de ingresos y el ahorro es una mina de oro”.
En la actualidad, el gigante asiático tiene un ahorro que equivale al 47% del PIB, con activos financieros equivalentes a casi 18 mil millones de dólares (equivalente al PIB de EE.UU), la mitad de ellos guardados en depósitos bancarios. |
Es cierto que muchísimos trabajos en China son indignamente pagados, que están en condiciones de esclavitud moderna y que muchos de ellos viven en condiciones de extrema pobreza. Sin embargo, quizás sorprenda que la capacidad que tiene el chino promedio de ahorrar es tal, que se estima que cerca de un 25% de los ingresos de un hogar son ahorrados. Algo que el Estado activamente fomenta, ya que copiando el modelo japonés y singapurense, maneja grandes fondos de diferentes pequeñas cuentas de ahorro, que toma prestado a bajo interés para utilizarlo en financiar empresas del estado y construir infraestructura pública. Al parecer, en ese país ¡no solo se trabaja literalmente como chino, sino que se ahorra como uno también!
Esta nación del sur de África, un caso exitoso de desarrollo económico en el continente (en los años '60 era una de los países más pobres del mundo), tiene un nivel de ahorro de nación asiática, un 35,6% del PIB. Esto se lo debe en gran medida al boom de la industria de los diamantes, su principal fuente de ingresos.
Su crecimiento económico en el tiempo y su prudencia fiscal, elogiadas a nivel mundial, le han permitido 3 años seguidos de superávit, y así alcanzar un acelerado crecimiento y un floreciente sector privado, que ha posibilitado su ahorro (al mismo tiempo que su alto nivel de ahorro lo potencia), siendo actualmente uno de los mercados emergentes más atractivos para inversores y exportadores a nivel mundial.
Ya ven, el ahorro no es solo de países ricos, los países en vías de desarrollo también pueden llevarlo adelante.
El país nórdico se encuentra 6° en el ranking, en gran medida gracias a su política de ahorro que data de la década de los '90, en donde ha guardado de manera sistemática la mayor parte de sus ingresos petroleros en un Fondo Soberano. Éste lo ha invertido en acciones y en el sector inmobiliario, lo que ha significado que en la actualidad su monto alcance unos 800 mil millones de dólares, equivalentes a 6 presupuestos anuales del Estado noruego.
Conscientes de la situación, los dirigentes noruegos están llevando hace años a adelante planes para terminar con la dependencia de los hidrocarburos. |
Esto le ha permitido capear sin mayores apuros (y sin tener que hacer recortes relevantes en su generoso gasto social), la abrupta caída en los precios del petróleo, que pasó en solo dos años de valores 110 dólares por barril a los 30 dólares actuales (unos 19 mil pesos chilenos). Tener un saco con miles de millones de dólares sí duda que ayuda mucho en ese propósito.
En nuestro país se vive una situación mixta en relación al ahorro nacional. Según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es el país latinoamericano donde más se ahorra. Sin embargo, la mayoría de este ahorro no se realiza en los bancos sino que en los (cuestionados) Fondos de Pensiones, el cual no es un ahorro voluntario sino que uno esencialmente forzado.
Esto porque, de acuerdo a la Encuesta Financiera de Hogares de 2011 del Banco Central, solo el 16,9% de la población tiene la práctica del ahorro, mientras que una encuesta del Banco Mundial arroja una tasa del 27,1%, muy por debajo del 59,2% de las naciones de altos ingresos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Por otra parte, los datos de la ABIF (julio 2016) indican que en Chile, menos del 27% de los hogares declaró haber ahorrado en los últimos 12 meses.
¡Manos a la obra! Es cierto que dependemos del sueldo y la capacidad de ahorro varía, pero también es cierto que a ahorrar se aprende (aquí les dejamos una nota de El Definido con unos consejos). Así que ya sabemos, guardar esa moneda de 10, 50 o 100 pesos, no solo puede servir para tener un poco más de platita para las vacaciones, si no que como ciudadanos comunes y corrientes podemos con nuestro chanchito a fortalecer el ahorro nacional del país, y de esa manera todo el sector productivo, mejorando nuestra capacidad de desarrollo.