Para probar las reacciones y efectividad de un nuevo medicamento o tratamiento médico, antes de aplicarlo en personas, se deben realizar numerosas pruebas y exámenes para verificar si éste es seguro y si efectivamente funciona. Para esto, los científicos generalmente utilizan animales, hecho que miles de personas y organizaciones pro animalistas denuncian como abusivo e inaceptable, y que además tarda décadas en llegar a un resultado confiable en cuanto a su efectividad.
La discusión al respecto (de la que hablamos en detalle en esta nota) es un tema que está presente de forma permanente en la industria científica. Por un lado hay quienes defienden la experimentación animal bajo el argumento de que ningún avance médico moderno se hubiese logrado sin ésta, como la eliminación del polio, por ejemplo. Pero también existe el grupo que defiende a los animales, señalando que ninguna especie debiese estar por sobre la otra.
Más allá de la discusión, es un hecho que para traer un nuevo medicamento al mercado y para probar una posible cura al cáncer, sida, hepatitis, etc.; es necesario experimentar previamente. ¿Cómo hacerlo entonces si no es con animales? ¿Cómo encontrar un organismo similar al de los seres humanos, que permita testear previamente los medicamentos sin atentar contra la vida de un ser vivo?
Al parecer ya hay una alternativa. Un equipo de científicos del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard logró llevar un prototipo de cuerpo humano a un chip, que con distintas configuraciones puede reaccionar como siete órganos diferentes (y actualmente busca extenderse a otros tres más). La tecnología se llama "organ-on-a-chip" (OC) y de masificarse, esto no sólo liberaría a los animales de la experimentación, sino incluso mejoraría las pruebas otorgándoles mucha mayor precisión y efectividad, cubriendo además aquellas enfermedades que los científicos no han podido estudiar con animales.
Ha sido tal el éxito de la investigación, que este año el World Economics Forum (Foro Económico Mundial) la integró a su listado de las 10 tecnologías más emergentes del 2016.
¿De qué se trata este "milagro"? Estamos hablando de un chip que simula los diferentes órganos humanos y sus comportamientos mecánicos y bioquímicos. Las pruebas realizadas a la fecha, han demostrado que éstos órganos son capaces de imitar con precisión el pulmón, corazón, hígado, intestino, páncreas, piel y médula ósea y sus complejos sistemas como el inmunológico, nervioso, respiratorio, urinario, digestivo, etc. Pero, ¿cómo funciona?
Cada órgano alternativo está creado en base a células madre de éstos mismos, cultivadas en laboratorios e introducidas en estos chips de órganos, fabricados con materiales sintéticos transparentes de polímero flexible y translúcido. Los chips tienen pequeños canales artificiales, vasos y membranas, que les permiten imitar las funciones de órganos humanos.
Así, cuando los nutrientes, sangre y compuestos de prueba, tales como fármacos experimentales, son bombeados a través de los tubos, las células realizan algunas de las funciones claves de un órgano vivo. Por ejemplo, el año pasado, un grupo utilizó un chip para imitar la forma en que las células endocrinas secretan hormonas al torrente sanguíneo y lo utilizaron para realizar pruebas cruciales de un medicamento para la diabetes. Y, como explican a Fast Company, la estructura puede imitar la inhalación de un remedio para el asma en los pulmones y ver luego cómo se descompone éste en el hígado.
Si su uso se logra masificar, los científicos encargados de la investigación cuentan que podría ayudar a los científicos a estudiar enfermedades poco comunes, a los hospitales a usar las propias células madre de los pacientes para desarrollar y probar tratamientos personalizados para su enfermedad y a las farmacéuticas para contar con nuevos fármacos de forma más rápida.
Por otro lado, los científicos señalan que su uso sería mucho más efectivo que la prueba en animales, ya que lo que puede funcionar perfecto para una rata de laboratorio, no necesariamente tiene el mismo efecto en un ser humano, porque sus organismos tienen grandes diferencias. A través del testeo con estos chips, en cambio, se podrían saber los mecanismos exactos de actuación de cada órgano, la dosis infectiva exacta de un virus y ver cómo afectan además a los otros órganos, cosa que hasta ahora la medicina no ha podido realizar de forma simultánea. Esto, además de optimizar enormemente los tiempos de estudio, abarataría enormemente los costos, lo que ayudaría también a masificar su uso.
¿Qué te parece este avance? ¿Estás en contra del testeo en animales?