La utilización de tejidos animales en humanos, data de al menos el año 1682, cuando el cirujano holandés Job Janszoon van Meekeren reportó en su libro (publicado póstumamente), que un médico ruso había reparado el cráneo de un soldado, usando un fragmento de hueso de perro.
Los llamados xenotrasplantes o trasplantes heterólogos, conocidos como el trasplante de células, tejidos u órganos de una especie a otra, especialmente entre especies próximas para evitar rechazo, tales como los cerdos a humanos, se hacen cada vez más comunes para remplazar las partes deficientes del cuerpo humano.
Para esta labor, el cerdo ha sido la especie más utilizada, pues pueden ser criados en granjas, crecen rápidamente, el tamaño de sus órganos es similar al de los órganos humanos y tienen una vida útil lo suficientemente larga para un humano. Al mismo tiempo que tienen menos posibilidad de generar rechazos, expresando antígenos. Es por este motivo, que prótesis como válvulas cardíacas de cerdo se han estado utilizando durante los últimos 20 años.
El siguiente gran paso para los xenotrasplantes están siendo los trasplantes de corneas practicados en China. Para esta labor, el CRMI (China Regenerative Medicine International) ya ha invertido US$150 millones en el proyecto.
En dicho país, la industria porcina es enorme, y está siendo aprovechada con fines oftalmológicos; una vez que estos animales son sacrificados, se les separan sus corneas con el propósito de ser trasplantadas a seres humanos.
La posibilidad de desarrollar este tipo de cirugía es enormemente relevante en China, puesto que cuenta con uno de cada cinco ciegos del mundo. El tracoma, consecuencia de un proceso de cicatrización y vascularización de la córnea, es la segunda causa de ceguera a nivel mundial, afectando a unos 4,9 millones de personas, según la OMS.
Una infección o lesión en la córnea, de no ser tratada, puede llevar a la pérdida de vista, siendo un trasplante la única solución. Sin embargo, al igual que en la gran mayoría de los sistema de salud de los países, la lista de espera para un trasplante de este tipo puede resultar eterna.
Fue por aquel déficit, que el gobierno chino dio autorización a una operación experimental de córnea de cerdo a seres humanos. En marzo de este año, un niño de 14 años en China recuperó la vista luego de un exitoso trasplante de cornea utilizando partes del ojo del cerdo. Su caso no sería el único y hasta la fecha se han realizado unos 200, de los cuales la empresa que las ha llevado adelante asegura que la tasa de éxito de esta operación supera el 90%, la misma probabilidad de éxito en trasplantes de córneas humanas.
Para llegar a ese resultado fue necesario unos 10 años de investigación y pruebas antes de que se condujeran a los primero éxitos con seres humanos. En un primer momento el equipo investigador chino intentó la fabricación y diseño de córneas artificiales utilizando colágeno (molécula proteica o proteína que forma fibras). Sin embargo, rápidamente el equipo investigador chino, se dio cuenta que era imposible que ese material pudiera imitar las delgadas y complicadas estructuras de fibra en una córnea humana. Fue entonces cuando el equipo empezó a experimentar con animales.
El ojo del animal tenía que ser muy similar al del humano, al mismo tiempo que el animal debía ser uno fácil de criar y de mantener saludable. Con todo eso en consideración, el equipo pensó desde gatos hasta cabras, decidiéndose finalmente por los cerdos. Luego, hubo que resolver cómo contrarrestar el rechazo por parte del organismo humano que normalmente ocurre después de un trasplante.
La forma más común es eliminar las células del donante y las moléculas de antígeno para disminuir la reacción inmune del huésped, pero era difícil encontrar un método que podría tanto eliminar las células y dejar la estructura de la córnea de cerdo intacta. Solucionar ese problema les tomó una buena cantidad de años y la experimentación con más de 10 mil cerdos.
Luego de una docena de éxitos, las corneas de cerdo fueron aprobadas para su venta en abril del año pasado, comenzado la producción en masa de conreas de cerdo artificiales en julio 2015, para ser usados en trasplantes, nombrando a la prótesis como Aixintong.
Pese a los avances en esta área y a las exitosas pruebas realizadas a cabo, a hay que dejar en claro que los trasplantes de corneas aún están en una etapa experimental, por lo que falta aún para que podamos ver esta operación en los salones quirúrgicos de los hospitales y clínicas del mundo.
Luego de que el equipo publicara los resultados, un grupo de investigadores de la revista científica de la Asociación de Investigación en Visión y Oftalmología (EE.UU.), señaló que podrían haber imperfecciones en el método de descelularización actualmente utilizados por el equipo de investigación chino. Incluso doctores en China tuvieron sus dudas cuando estuvieron conduciendo experimentos clínicos con el nuevo invento, por ser aún demasiado nuevo.
Aunque esto no quita que existan suficientes avances y casos exitosos como para ser optimista sobre el desarrollo de este tipo de trasplantes y de los xenotrasplantes en general.
A futuro, el uso de prótesis o parte de los cerdos podría expandirse aún más. Actualmente se está experimentando los usos médicos de sus órganos, con optimismo por lograr una solución ante las perspectivas de escasez de órganos para trasplante a nivel mundial.
Incluso, un equipo científico de la Universidad de California, EE.UU. se encuentra buscando maneras de cultivar órganos humanos en cerdos mediante la inyección de células madre en embriones de cerdo, con el propósito de producir embriones de cerdo humano (conocidos como "quimeras").
El equipo considera que los animales resultantes de este proceso tendrán la apariencia y el comportamiento de cerdos normales, con la única diferencia de que uno de sus órganos, el páncreas en este caso, estará compuesto por células humanas.
Por otro lado, también avanza a pasos agigantados la posibilidad de que no solamente se puedan realizar trasplantes de córneas de cerdo, si no que de organismos más complejos y difíciles de sustituir como el corazón.
Hace casi 3 años se anunció que el corazón de un cerdo sobrevivió en un babuino (un género de los primates) por más de un año, reforzando la idea de que este tipo de procedimiento podría masificarse en el futuro y tener aplicaciones en la especie humana.
Al ser el corazón de los cerdos anatómicamente similar al de los humanos, tiene menos riesgo de padecer enfermedades, al mismo tiempo que los animales crecen velozmente, por lo que constituye como un muy buen sustituto. Lo más interesante de esta innovación es que mediante la modificación genética de cerdos, fue posible hacer que los corazones trasplantados fueran invisibles para el sistema inmunológico de los babuinos.
Todos estos avances nos invitan a soñar con que a futuro, complejas enfermedades que aquejan a millones de personas en el mundo, puedan encontrar una solución más efectiva de las que hoy están teniendo.