*Esta nota fue originalmente publicada en 2016.
Que nunca se puede ser del todo feliz o que la felicidad se vive sólo en momentos precisos. Que ser feliz depende de las realizaciones personales o de hacer feliz a los demás. Que la felicidad es relativa, que para algunos está relacionada al éxito, para otros a los viajes o a la familia. Que la felicidad depende de tu buena disposición hacia la vida o incluso, que existe un gen que la determina.
Actualmente, los índices de depresión, trastornos de ansiedad y de personalidad, las adicciones y los suicidios han aumentado considerablemente respecto a décadas anteriores; y es por esto mismo que sicólogos, siquiatras y expertos en el tema se han enfocado en averiguar qué es lo que está afectando a las nuevas generaciones y por qué cada vez al ser humano parece estarle costando más ser feliz.
El estudio de Harvard sobre el Desarrollo en Adultos (el más largo de la historia en cuanto a seguimiento de comportamiento humano), que estudió y examinó de cerca a 724 personas desde 1938 hasta 2015, incluidas tres generaciones diferentes, se realizó para analizar la vida de un grupo de personas desde su adolescencia hasta su tercera edad con el fin de ver qué es lo que hace a la gente feliz y saludable.
El estudio, publicado en diciembre del 2015 arrojó resultados sorprendentes y otros no tanto sobre la felicidad, los que determinan qué factores hacen que las personas envejezcan de manera feliz y saludable, y cuáles potencian las enfermedades, la soledad y el debilitamiento mental.
El estudio, según explica The New York Times, comenzó en Boston en la década de los treinta con dos grupos de hombres muy diferentes:
Por un lado se encontraba un grupo de 268 estudiantes de segundo año de Harvard, seguidos de cerca por un equipo de científicos a través de su vida adulta para determinar los factores que cumplen un rol importante en el éxito y buen crecimiento. Todos terminaron la universidad durante la Segunda Guerra Mundial, y varios de ellos participaron luego de la guerra.
Y por otro lado, un profesor de leyes de Harvard, Sheldon Glueck, comenzó a seguir y a estudiar a jóvenes de los barrios más pobres de Boston, incluyendo a 456 que se las arreglaron para no caer en la delincuencia a pesar de venir de contextos familiares problemáticos. La mayoría vivía hacinada, sin agua caliente ni electricidad, en las condiciones más precarias.
¿En qué consistía este seguimiento? Por ejemplo, con frecuencia les realizaban entrevistas personales, exámenes médicos, tomografías, exámenes de sangre, escáneres cerebrales y también entrevistas a sus padres, parejas, hijos, nietos, bisnietos y entorno cercano e incluso grabaron conversaciones familiares sobre sus preocupaciones.
Y así, a lo largo de décadas, las personas tuvieron distintas profesiones, problemas de adicción, carreras profesionales decepcionantes, enfermedades mentales, éxitos laborales, ascensos sociales importantes y también lo contrario, e incluso uno de ellos fue presidente de Estados Unidos (John F. Kennedy). Hoy, la mayoría ya ha fallecido y los que están vivos (60 de ellos), superan hoy los 90 años.
Las conclusiones del estudio aplican igual para los estudiantes privilegiados de Harvard y para los adolescentes de niveles de educación baja de Massachusetts. Aplican para los Baby Boomers del siglo pasado y para la Generación Z de hoy.
Aunque no sea novedad y parezca un slogan de autoayuda, el estudio confirmó que la riqueza y el éxito académico, monetario y laboral no fueron determinantes, como sí lo fue la fortaleza de las relaciones con la familia, amigos y parejas, lo que además se evidenciaba en la buena salud.
El director del estudio fue el doctor y profesor de siquiatría clínica de Harvard, Robert Waldinger, quien decidió publicar los descubrimientos a través de una conferencia TED para así poder llegar a un público más masivo, ya que las revistas académicas son leídas casi únicamente por puros especialistas.
Concusiones del estudio
- Las relaciones sanas y constructivas con los amigos y la pareja son fundamentales: la gente con relaciones más estrechas y duraderas estaba protegida contra enfermedades crónicas y mentales. Y que estas relaciones no eran aquellas fáciles sin peleas, sino todo lo contrario, pero el nivel de confianza y cariño que se tenían era lo importante.
- La soledad es la condición que en el tiempo provoca la mayor cantidad de enfermedades físicas y psicológicas, y quienes no logran mantener buenas relaciones estables, mueren antes. (1 de cada 5 norteamericanos reporta sentirse solos).
- Pero por otro lado, la soledad no implica estar solos de forma literal. Personas que decidieron permanecer en matrimonios conflictivos y poco afectivos mostraron efectos dañinos aún peores que el de la soledad.
- Las personas que encontraron y construyeron relaciones de pareja, de familia y de amigos capaces de superar los grandes retos de la vida son las personas que vivieron las vidas más felices.
- Otro resultado del estudio arrojó que el alcohol es la principal causa de divorcio entre las personas del estudio, y que el abuso de éste antecede la depresión, no al revés.
- Por otra parte, la gente que se esforzaba por ampliar los círculos sociales una vez jubilados, eran más sanos y felices.
- El estudio de Harvard concluyó que ni el dinero ni la fama dan una vida sana, plena y mucho menos feliz, sólo las buenas relaciones lo logran.
Recomendaciones
El director del estudio explicó que al seguir a los sujetos durante tantas décadas y al comparar el estado de su salud y relaciones desde el inicio, se aseguraba que los lazos sociales fuertes eran la causa principal de salud y bienestar, y que éste funcionaba en ambos grupos de igual forma.
¿Por qué si parece tan simple, cuesta tanto encontrar personas felices entonces? La respuesta es porque no es fácil desarrollar relaciones humanas saludables y constructivas. Lograrlo implica tiempo, esfuerzo, trabajo, inteligencia, implica tener grandes virtudes humanas como la generosidad, el perdón, la paciencia y el amor.
Y en cuanto a acciones específicas a seguir para fortalecer lazos sociales, el doctor dijo que las posibilidades son infinitas y que “algo tan sencillo como remplazar el tiempo que pasamos ante una pantalla con tiempo de convivencia, o revivir una relación aburrida con una actividad en común, como ir a caminar o salir juntos. Ponerse en contacto con un familiar con el que casi no hablas”.
Agregó también que mantener hobbies era muy positivo, y mejor aún si se hacía en pareja, en familia o con amigos; y que destinar un día completo para una actividad familiar distinta, o encontrarse sagradamente una vez a la semana con los amigos, eran factores que mejoraban la salud considerablemente y también la sensación de bienestar y felicidad.
Puede que estos resultados no sorprendan mucho, y que sus consejos parezcan incluso mundanos, pero ¿no es una buena noticia que la clave de la felicidad sea algo que tenemos tan a mano, como familia y amigos? Es fácil dar ambas cosas por sentado, solo para darnos cuenta un día que las hemos perdido por enfocarnos demasiado en otros objetivos. Aprovecha esta oportunidad, entonces, para preguntarte ¿qué has hecho últimamente para cultivar tus lazos sociales?