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optimismo, tips, cerebro, positividad, trabajo, desempeño
Imagen: Gojko Franulic

7 formas de entrenar tu cerebro para ser más optimista

Ser optimista está al alcance de la mano de todos. Siguiendo estos siete ejercicios sugeridos por el experto Shawn Achor, no solo verás las cosas con un lente positivo, sino que también te desempeñarás mejor en tu trabajo.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2019-06-24 | 11:00
Tags | optimismo, tips, cerebro, positividad, trabajo, desempeño
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¿Te lo perdiste? Regularmente republicamos contenidos vigentes que pueden resultarte interesantes. Esta nota fue originalmente publicada el 31 de marzo de 2015.

En medio de las peores catástrofes naturales de la historia del norte de nuestro país en 2015, un cartel, escrito por un habitante de Copiapó, llamó la atención. Decía: "Sonríe, hay cosas peores".

No hay dudas de que el optimismo no fue repartido de forma pareja. Anclándonos por enésima vez a la famosa metáfora del vaso, todos conocemos personas que ven el vaso medio lleno, otros medio vacío y algunos que preguntarán sobre qué vaso estás hablando. ¿Qué es lo que diferencia al hombre de Copiapó con aquel que lo tiene todo y aun así encuentra razones para quejarse? ¿Será genética? ¿O quizá lo que algunos llaman "inteligencia emocional"?

Si bien ciertas personas son más positivas por naturaleza, como nuestro compatriota de Copiapó, todos podemos entrenar, tal como en el deporte, a nuestro cerebro para ver las cosas con un lente optimista. Eso es lo que postula Shawn Achor, educador y investigador de Harvard, en su libro The Happiness Advantage (La felicidad como ventaja). Según Achor, entrenarnos en pequeños destellos de positividad eleva nuestros niveles base de felicidad, lo que impacta de manera importante nuestro desempeño. Esto es lo que él llama...

La felicidad como ventaja

Según Achor, la felicidad no es una consecuencia, es una causa. No logramos objetivos para ser felices; somos felices y por ello logramos nuestros objetivos. El educador, quien cuenta con un magíster en Ética Cristiana y Budista, explica en su charla TED la importancia de invertir el paradigma.

Todo nació de la visita de un amigo suyo a Harvard y una oportuna pregunta: "Shawn, ¿por qué pierdes el tiempo estudiando la felicidad en Harvard? En serio, ¿qué puede tener un estudiante de Harvard para sentirse infeliz?".

"Implícito en esta pregunta está la clave de la ciencia de la felicidad" dice Achor "Porque lo que se asume con esa pregunta es que por el mundo exterior se puede predecir tu felicidad, cuando en realidad, si conozco tu mundo exterior, puedo predecir solo el 10% de tu felicidad a largo plazo".

Según las investigaciones de Achor, es el optimismo, la resiliencia y el apoyo social de las personas lo que determina hasta el 75% del éxito en su trabajo, no tanto su coeficiente de inteligencia.

El trabajo en terreno en más de 45 países respalda sus descubrimientos: Ser feliz afecta directamente nuestro desempeño. "El cerebro positivo es 31% más productivo que si está negativo, neutro o bajo presión. Trabajamos 37% mejor en ventas. Los doctores son 19% más rápidos, más precisos y más correctos en sus diagnósticos, si están positivos, que si están negativos, neutros o presionados. Lo cual indica que se puede invertir la fórmula. Si encontramos una manera de volvernos positivos en el presente lograremos aún mayores éxitos al poder trabajar más duro, más rápido y con más inteligencia" comenta en la charla.

Siete formas de entrenarte

En su libro La felicidad como ventaja, el autor expone una serie de ejercicios para capitalizar las ventajas de la felicidad. Además de brindarnos "subidones" de emociones positivas que afectarán de forma inmediata nuestro desempeño, estos ejercicios, una vez incorporados en la rutina diaria, permitirán subir nuestros niveles básicos de felicidad de forma permanente.

1. Meditar:

Puede que nuestros cuerpos estén inmóviles, pero en la meditación suceden muchas cosas a nivel cerebral. Tanto así que neurobiólogos detectaron en monjes que pasan años meditando un crecimiento del córtex prefrontal, la parte del cerebro mayormente responsable de la emoción que conocemos como felicidad. "Investigaciones muestran que la meditación regular puede recablear el cerebro para elevar los niveles de felicidad, disminuir el estrés e incluso fortalecer el sistema inmune" escribe Achor.

Antes de que vayas a comprar ropas de monje y un pasaje a la montaña más cercana, hay que decir que no es necesario llegar a tal punto. Un estudio de Harvard publicado en 2011, demostró que después de 8 semanas de meditaciones diarias de 27 minutos, ya era detectable un aumento en la densidad de la materia gris del hipocampo de los participantes. Achor recomienda empezar con una meditación de 5 minutos.

2. Encuentra algo que esperar con anhelo:

"Frecuentemente, la parte que más disfrutamos de una actividad es la anticipación" escribe el académico, frase que inevitablemente nos transporta a alguna Noche Buena de nuestra niñez, cuando saltábamos alrededor del árbol tratando de adivinar lo que ocultaban esos envoltorios con renos y bastones de dulce (gracias por los calcetines, abuelita).

Estudios han demostrado que anticipar mentalmente una actividad agradable incrementa automáticamente nuestros niveles de endorfinas (un 27% en el caso de una película). Si no hay nada cercano sobre lo que emocionarse, Achor recomienda fijar algo, aunque sea lejano, en un calendario. Así lo tendremos a nuestra disposición cada vez que queramos ese "subidón".

3. Actos conscientes de bondad:

Un estudio que involucró a más de 2.000 personas demostró que los actos altruistas afectan positivamente nuestra salud, además de reducir estrés. Sostener la puerta, ayudar a cruzar la calle o pagar el pasaje de alguien, son actos cuyos efectos pueden durar días.

Achor cita las investigaciones de Sonja Lyubomirsky, quien descubrió que los efectos son más potentes cuando se concentran en una día de la semana. El académico recomienda escoger un día particular y esforzarse en hacer 5 de estos actos.

4. Inyecta ese optimismo a tu entorno:

Según Achor, el ambiente físico que nos rodea tiene un gran impacto en nuestra mentalidad y sensación de bienestar. Decorar tu oficina con cosas que te levanten el ánimo, caminar todos los días por un bonito sector y leer El Definido (je, je), son pequeñas acciones que se suman y afectan positivamente tu día a día.

Igual de importante es evitar influencias negativas. Estudios han demostrado que mientras menos televisión negativa vemos, especialmente cosas violentas, más felices nos sentimos. Si las noticias te deprimen, apágala la tele.

5. Haz ejercicio:

Si nunca falta en cualquier lista sobre bienestar, es por algo. Reducir el estrés, disminuir los síntomas de depresión y ansiedad, mejorar el auto-estima y dormir mejor, son algunos de los beneficios de ejercitarse diariamente.

Ya sea caminando, en bici o saltando la cuerda, piensa en cómo incorporar a tu rutina algún ejercicio ¿Quizá no es tan necesario usar el ascensor en las mañanas?

6. Gasta (pero no en cosas):

"Contrario al dicho popular, el dinero puede comprar la felicidad, pero solo si se usa para hacer cosas, en lugar de simplemente tener cosas" comenta Achor, quien cita el trabajo del economista Robert Frank publicado en su libro Luxury Fever. En este libro, Frank expone que gastar dinero en experiencias, sobre todo con otras personas, produce emociones positivas más potentes y duraderas que la compra de objetos materiales, y así lo han verificado diversos estudios.

En uno de estos estudios se entrevistó a más de 150 personas sobre sus últimos gastos, y se concluyó que las personas que gastaban en actividades, como salir a comer o ir a un concierto, obtenían mayor placer que aquellos que se compraban zapatos, un reloj o un televisor.

El académico recomienda crear una lista de los gastos y dividirla en dos columnas (cosas versus experiencias). A final de mes obtendrás una buena imagen de lo que estás haciendo actualmente, lo que te servirá como base para efectuar un cambio, si así lo deseas.

7. Ejercita una fortaleza:

Todos somos buenos en algo. Si necesitas un "subidón", Achor recomienda recurrir a estos talentos que nos hacen sentir bien.

En el libro sugiere una encuesta de "fortalezas de carácter" que se hace gratuitamente en Via Character. Un estudio que pidió a 577 personas ejercitar una de sus fortalezas todos los días durante una semana, concluyó que este grupo reportó mayor felicidad y menos depresión que otros grupos controlados. Y no solo eso: estos beneficios se mantuvieron incluso 6 meses después de finalizado el experimento.

En el caso de Achor, se trata del "amor por aprender", algo que incorpora durante los 300 días que viaja al año al buscar un dato histórico de cada ciudad que visita.

Entrena tu optimismo a lo Rocky

Ser optimista no se trata de sonreír hasta que se noten las grietas y la máscara se caiga a pedazos. Ser optimista es el resultado de un proceso mental que requiere trabajo. Estos ejercicios son el primer paso.

Entrena, entrena, y entrena. Y cuando sientas deseos de caer en el abismo del pesimismo, recuerda: "Sonríe, hay cosas peores".

¿Crees que el optimismo se puede aprender?

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Comentarios
Alvaro Lopez B. | Colaborador | 2015-03-31 | 15:28
5
Que buen artículo! muchas gracias!!

Además, me da la impresión que no son solo tips para ser más optimista, sino para hacer de nuestro entorno un lugar mucho mejor. Gracias. :)
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Jorge Quezada | 2015-03-31 | 15:37
4
Buenísimo! Estos son mis articulos preferidos de El Definido
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Francisco J. Lastra | Colaborador | 2015-04-02 | 11:47
0
¡Gracias, Jorge!
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Areli Riquelme | 2015-03-31 | 16:44
3
Justo cuando más lo necesito.
Pero me alegra saber que a pesar de ser más bien negativa hay cosas optimistas que sí hago.
Tendré que escribir esta lista en algún lado para tenerlo bien en mente.

Por artículos como este es que me encanta leer El Definido.
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Feña Cartes | 2015-04-01 | 02:18
2
Amé el artículo! La frase "la felicidad es causa no consecuencia" me tiene aún reflexionando... que verdad tan obvia pero tan poco aparente!!!

Estoy convencida de que el optimismo, o "positivismo" se puede aprender, de hecho, yo lo he hecho!... llegué a un punto bajo en el que ya simplemente me cansé de ver lo peor en todo, y cambié el enfoque... no sin trabajo, pero una vez que cambias el "switch" debo decir que no se vuelve fácilmente atrás...

Creo que las amistades ayudan muchísimo, lo del entorno no solo va en las noticias, si no también en las personas que te rodean... Tener hobby! o varios! y darles tiempo! y por sobretodo a mi me ayudó a encontrarle (y a veces obligarme) a encontrar el sentido a lo malo que te pasa... uno siempre crece y siempre sobrevive, y siempre es capaz de encontrar algo bueno si busca bien...

Muchas gracias!
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Hugo Zúñiga | 2015-04-04 | 13:47
0
Cuando me entristezco con algo algunas personas me dicen "pero arriba el ánimo, hay alguien que lo está pasando peor". Eso en verdad me pone más triste. En verdad no me hace sentir mejor la desgracia ajena. Pero el cartel que dice "hay cosas peores" es simplemente genial. Ojalá todos dijeran "hay cosas peores" en vez de "arriba el ánimo, siempre hay alguien peor".

Buen artículo!
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