La ejecución de un clérigo chiita por Arabia Saudita (junto a otras 46 personas) este sábado, desató la furia en Irán y llevó a manifestantes a quemar la embajada saudí en Teherán. El conflicto causó la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países, generando el escenario más hostil de los últimos 30 años entre ambas naciones.

Para entender un poco mejor algo que nos puede parecer lejano desde este lado del mundo, les dejamos una explicación en cuatro pasos de la relación entre ambos países. Créditos especiales le debemos a la BBC y los numerosos artículos que ha publicado para explicar el contexto actual, entre otros medios. ¿Qué está pasando entre Arabia Saudita e Irán y por qué es importante?

1. La noticia: muerte de Nimr al Nimr

El líder chiita Nimr al Nimr fue ejecutado por ser declarado culpable de terrorismo. El clérigo defendía los derechos de los chiitas en Arabia Saudita y fue un crítico de la monarquía sunita, lo que le costó la vida. Era partidario público de las protestas antigubernamentales que estallaron en 2011, fruto de la marginación y discriminación que sienten los chiitas por parte del gobierno. Un año después fue detenido y acusado de incitar disturbios en la Provincia Oriental del país, hasta que en 2014 se le condenó a muerte.

Inmediatamente Irán condenó su ejecución y su Ministerio de Relaciones Exteriores respondió al acto diciendo que el reino sunita "pagará un alto precio por su acción". Mientras, varios manifestantes protestaron en Teherán y atacaron quemando la embajada saudí de su capital. Ante este escenario respondió Arabia rompiendo relaciones con Irán.

Este hecho fue la gota que rebalsó el vaso, pero ¿De qué estaba lleno el vaso antes de esto?

Los factores de la rivalidad entre Arabia Saudita e Irán son varios y existen desde hace algunas décadas. El punto de partida que se muestra públicamente son las diferencias religiosas, ya que aunque las dos son naciones islámicas, Arabia es de mayoría sunita y gobernada por esta rama, mientras Irán es de mayoría chiita. Siendo potencias de estas facciones, la división que ha coexistido por siglos de siglos en la religión, se convirtió en la principal fachada de sus diferencias que también tienen otras raigambres.

2. Sunitas y chiitas, una división sin vuelta atrás

El punto de partida de esta división sin retorno se remonta a los inicios del Islam y tiene que ver con la sucesión de Mahoma (632). ¿Le correspondía el puesto al suegro o al yerno?

Los sunitas, hoy el 90% de los musulmanes, consideraban que debía ser alguien parecido en forma de ser y actuar. El idóneo era su suegro Abu Bakr, por lo que aceptaron esa sucesión. En cambio los chiitas, el 10% actual, consideraban que los líderes debieran ser parientes sanguíneos de Mahoma y apoyaban a su yerno (y primo) Ali. Ambos gobernaron, primero el suegro y luego, como cuarto califa, Ali, quien murió asesinado luego de conflictos internos que marcaron su califato.

Esto ha derivado hasta hoy en importantes diferencias en materia de doctrina, rituales, leyes, teologías y organización, donde los líderes sunitas y chiitas suelen competir por influencias en el mundo del Islam.

Los sunitas se consideran a sí mismos como la rama más tradicional y ortodoxa del Islam. Los chiitas no interpretan los sunnas (dichos e historias sobre Mahoma) y sharia (ley islámica) de la misma manera que los sunitas. Eso se manifiesta de diversas maneras y como la sharia se dejó de escribir en el siglo X, las aplicaciones de ella son variables, por lo que tanto Arabia Saudita como Irán dicen tener una más fiel. Otra diferencia es que los maestros y líderes religiosos sunitas históricamente han sido controlados por el Estado, no así los chiitas.

*Nota: En el territorio saudita están dos de los sitios más sagrados del Islam: La Meca y Medina, lo que también les ha permitido reivindicar cierto liderazgo entre los sunitas.

Sunitas y chiitas han convivido por siglos, pero ambos han sido víctimas de violencia sectaria. Por lo general, explican en la BBC, los chiitas suelen verse a sí mismos como víctimas de opresión y discriminación, especialmente cuando algunos sunitas también han llegado a predicar odio hacia ellos. Conflictos actuales en el medio oriente han tomado estos tintes sectarios.

Aún así, asumir la religión como la gran causa de las rivalidades es algo simplista, nos dice Francisca Willson, periodista y licenciada en historia con Magíster en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos.

"No es la raíz religiosa, eso me parece que es más bien una excusa, el tema es el petróleo, el 50% de las reservas están en el golfo y cada uno tiene una costa (...) En términos reales, lo que le importa a los gobiernos el crecimiento económico", opina Francisca.

3. Los otros factores que avivan el fuego

- Ideología política

Monarquía versus república es la relación de gobierno entre ambas naciones. Las diferencias religiosas se traspasan a la práctica política: Arabia Saudita está gobernada por una monarquía que se adhiere a una de las más rigurosas interpretaciones de la sharia,es decir, que practica un islam muy conservador. Irán es una monarquía con una variante más revolucionaria de la fe musulmana desde 1979 y su fallecido líder, ayatolá Jomeini, consideraba que la monarquía en sí misma no era islámica.

"La estrictez de la monarquía es súper parecida a la estrictez de la república, los dos tienen una forma muy estricta de gobernar", explica Francisca, agregando que la sharia es una ley que ambos países aplican, pero con una interpretación bastante distinta.

- Potencias en competencia:

Se trata de un tema geopolítico también, Irán y Arabia Saudita son las naciones más influyentes de la zona y además tienen las fuerzas armadas más poderosas, por lo que ambas compiten por influir en sus vecinos.

^{Imagen: Google Maps}

"Detrás de los enfrentamientos entre países de mayoría sunita y chiita -como Arabia Saudita e Irán- se esconde la lucha por el liderazgo de Medio Oriente", asegura La Tercera.

El valor del territorio es también económico y el petróleo nunca se puede ignorar. Es importante para ambos países, de hecho, Arabia Saudita es el mayor productor y exportador del mundo del crudo, pero no concuerda con Irán en cuanto a la producción y precio de venta. Arabia ha decidido tolerar los precios bajos a corto plazo, pero Irán prefiere un mayor precio por barril, luego de años de exclusión del mercado mundial del petróleo por las sanciones impuestas por Naciones Unidas a su programa nuclear.

* Actualización: Las históricas sanciones impuestas por años fueron levantadas en enero de 2016, abriendo una nueva etapa de relaciones entre Irán y Occidente.

Apenas estalló el conflicto con la muerte del clérigo chiita, inmediatamente se comenzó a discutir cuánto afectará todo el panorama sobre el precio del crudo.

- Amistad y enemistad con otros países

Las diferencias también se manifiestan en sus relaciones diplomáticas y los apoyos que cada nación otorga a otras en el plano internacional. Por ejemplo, Irán ha apoyado fuertemente la causa palestina contra Israel, acusando a los estados sunitas de no hacerse cargo y representar los intereses de Occidente. Este último punto es una de las principales diferencias.

Mientras Irán, desde su revolución en 1979, ha mantenido mucha tensión con Occidente, Arabia Saudita ha tenido relaciones cercanas y apoyo en armamento. Occidente, por su parte, ha impuesto años de sanciones económicas a Irán por su supuesta carrera en armamento nuclear, algo que recién el pasado 2015 cambió con EE.UU.

Además está Siria. Irán, al igual que Rusia, es un gran aliado del presidente Bashar al Asad y se cree que el apoyo militar iraní y de sus aliados libaneses de Hizbolá ha sido fundamental para mantenerlo en el poder. Por su parte, Arabia Saudita patrocina y financia los grupos rebeldes sunitas, que se oponen a Al Asad.

Influye también el caso de Irak, que luego de la caída de Sadam Husein, es gobernada por una mayoría chiita, lo que ha extendido la influencia iraní hasta las fronteras de Arabia Saudita y ha creado la unión entre Irán, Irak, Siria y Líbano, llamada "media luna chiita".

Yemen es otro caso, que mantiene conflictos desde la Primavera Árabe donde se enfrentan hoy chiitas y sunitas en un grave problema de ingobernabilidad, donde supuestamente ambas potencias han estado apoyando a sus respectivos bandos.

4. Implicancias de la ruptura

Además de las posibles consecuencias sobre los acuerdos sobre el petróleo y su precio (Arabia ya lo rebajó para Europa), los análisis apuntan a que esta ruptura puede tener un gran impacto en la zona del medio oriente. Las cosas pasan más rápido de lo que uno cree.

Por ejemplo, como respuesta, Bahréin también rompió relaciones diplomáticas con Irán. Esto podría replicarse en otros países, intensificando las diferencias sectarias entre sunitas y chiitas, además de formar dos polos.

También se comenta que esta división pueda favorecer al Estado Islámico (EI), ya que ambas potencias se han declarado contrarias al grupo terrorista, pero su ruptura diplomática podría poner en riesgo la lucha. Francisca Willson matiza esta opinión, asegurando que aunque en el discurso están juntos en contra del EI, en la práctica siguen divididos y siempre han operado en sentidos opuestos.

¿Podrían irse a guerra ambas potencias? Según analiza CNN, es poco probable que Irán quiera entrar en guerra con Arabia Saudita, que es apoyado por EE.UU. y probablemente sería apoyado por todos sus aliados. Además, las fuerzas armadas iraníes han estado paralizadas por años de sanciones económicas y embargos sobre armas, aseguró Alireza Nader de la Corporación RAND.

Y, aunque rica y poderosa, Arabia Saudita también tiene sus problemas internos que podrían aminorar sus ganas de enfrentarse bélicamente. Los bajos precios del petróleo están afectando la economía y el déficit del presupuesto público ascendió a 89.000 millones de euros a fines del 2015. Además, parece no haber total acuerdo con el liderazgo del rey Salman, según manifestó un príncipe saudí en una carta publicada por The Guardian.

"En general no pareciera ser que esto va a hacer una guerra entre ambos, yo la llamo la 'Guerra Fría del Golfo', algo que existe desde hace tiempo, donde ellos representan ideológica y religiosamente tendencias opuestas", asevera Willson.

China, Turquía, Francia, Pakistán, Estados Unidos, entre otras potencias mundiales, junto a la ONU, han llamado a la calma. Habrá que ver si esos mensajes son escuchados y las diferencias entre Irán y Arabia Saudita pueden resolverse pronto y de manera pacífica.