Venezuela, chavismo, Maduro, política, crisis
Imagen: César Mejías

Chavismo en retirada: la lucha de poder entre el nuevo Parlamento y el gobierno de Maduro

Ayer se instaló la nueva Asamblea Nacional, liderada en dos tercios por diputados opositores, quienes desafiarán al gobierno de Maduro. Quieren aprobar una Ley de Amnistía para la liberación de presos políticos e implementar un mecanismo para cambiar de Gobierno en seis meses. El Presidente se defiende anulando el poder del Parlamento sobre el Banco Central.

Por Macarena Fernández | 2016-01-06 | 15:32
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El escenario político de Venezuela cambió radicalmente. Por primera vez en 17 años, desde que el chavismo llegó al poder, la oposición obtuvo la mayoría parlamentaria, gracias a las recientes elecciones del 6 de diciembre pasado, en las que obtuvieron 2/3 del Parlamento, triunfo que sin duda marcará un antes y un después en la política venezolana.

Ayer martes asumió la nueva Asamblea Nacional en una jornada marcada por la presencia de medios de comunicación que no entraban hace años, por tensiones, enfrentamientos, abucheos e incluso con la retirada de los diputados oficialistas de la Cámara. Y es que es todo un hito que la oposición lidere el Parlamento y que llegue en un escenario que evidencia el debilitamiento del régimen chavista que ha gobernado por casi veinte años, por lo que los próximos meses el clima será de constantes enfrentamientos, guerra de poderes e ingobernabilidad.

Y ya empezaron. Apenas asumieron, la oposición hizo valer de inmediato los poderes que le entrega el poseer la mayoría absoluta del Parlamento, y su nuevo presidente, Henry Ramos Allup, dirigente del partido Acción Democrática, anunció que en seis meses dispondrá de un mecanismo para relevar al Gobierno de Nicolás Maduro. Y por otra parte, presentaron otro de sus objetivos más urgentes: aprobar una ley de amnistía para liberar al centenar de presos políticos. Es más, Lilian Tintori, la esposa del líder opositor encarcelado Leopoldo López, se presentó con carteles en plena sesión exigiendo la amnistía. Y en respuesta a esto mismo, los 54 diputados oficialistas decidieron retirarse de la sala indignados, argumentando que una intervención de ese tipo no tenía cabida en una sesión inaugural; no sin antes haber hecho todo lo posible por sabotear la sesión, llegando incluso a "perder" las llaves del hemiciclo y cortar los cables de la televisora estatal que transmitía el evento.

Al menos, y contra todo pronóstico, las manifestaciones ciudadanas callejeras se mantuvieron pacíficas, con incidentes menores, y eso que es primera vez desde el 2014 que los ciudadanos de oposición retoman el permiso para marchar por las calles. La clave estuvo en que Maduro acordó con las autoridades militares que las movilizaciones de los simpatizantes chavistas serían en un sector al oeste del palacio presidencial de Miraflores, mientras se reservó a la oposición la zona al este de la Asamblea Nacional, con el fin de que las movilizaciones se hicieran en paz.

Las cartas que jugará el chavismo para continuar la revolución

Nueve días después de las elecciones legislativas, el oficialismo instaló unParlamento Nacional Comunaldefinido como "un poder que le permita al pueblo disponer de recursos, jefaturas, toma de decisiones, leyes, forma de vida", y que fue planteado en su momento por el propio Hugo Chávez, con el fin de empoderar a los consejos comunales que se han organizado en Venezuela desde que el chavismo llegó al poder.

Según el gobierno, el Parlamento Comunal es para "fortalecer el poder popular" y, según la oposición, para "legislar en contraposición a la Asamblea Nacional". En todo caso, su asidero legal aún no está claro: por un lado los abogados chavistas dicen que es una garantía establecida en la Constitución según la cual “la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente (…) mediante el sufragio”; pero abogados opositores dicen que no ha sido creado por la ley, por lo que viola aspectos de la Constitución, como el hecho de desconocer la votación del 6 de diciembre, ya que el sufragio es el principal mecanismo del ejercicio de la soberanía y el Parlamento Comunal se instalaría por sobre éste.

La medida forma parte de un paquete de reformas que el oficialísimo buscó aprobar antes de que la mayoría opositora asumiera la Asamblea, como por ejemplo la designación de Susana Barreiros, la juez que condenó a más de 13 años de cárcel al opositor Leopoldo López, como Defensora Pública y la designación de 13 nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Aunque este tipo de medidas para mantener en lo posible el poder no son novedad para el chavismo, ya que cuando han perdido alcaldías o gobernaciones, utilizan la misma estrategia.

Por otro lado, un día antes de que tomara posesión la nueva Asamblea Nacional, el presidente Nicolás Maduro apuró los poderes que le había facilitado el Parlamento anterior para reformar la Ley del Banco Central, medida con la que la institución pasará a depender directamente del Gobierno y no de la Cámara. Ahora el Banco Central tendrá la posibilidad de obtener, otorgar y/o financiar créditos al Estado en caso de que exista amenaza interna o externa a la seguridad u otro perjuicio al interés público, sin supervisión parlamentaria. Y además, ahora es el Presidente del país quien designe al presidente o al directorio del Banco Central.

Según la ley promulgada con urgencia, el Banco Central de Venezuela “podrá clasificar determinada información como secreta o confidencial, cuando la divulgación o el conocimiento público anticipado de las actuaciones pudieran derivarse perjuicios para los intereses generales”, lo que da para suponer que el Banco continuará ocultando información sobre el PIB, la escasez y la inflación, la que se estima en más del 160% según el Fondo Monetario Internacional, situación que se incrementaría este 2016 por la fuerte caída de los precios del petróleo.

Pero de todas formas, la medida de Maduro tampoco es definitiva, ya que la nueva Asamblea podría revertir esta nueva norma sobre el Banco Central, para lo que necesitaría los dos tercios del Parlamento, porcentaje que la oposición ya cuenta tras la proclamación de los tres diputados opositores de Amazonas que estaban pendientes.

Qué puede hacer el chavismo y qué la oposición

El chavismo no ha perdido todo aún. El Gobierno continúa controlando o influenciando a los otros poderes del Estado: electoral, judicial, ciudadano y ejecutivo; y no muestra interés en dar su brazo a torcer.

Si bien, de acuerdo a la Constitución, todas las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional deben ser promulgadas por el Presidente de la República; él puede intentar declararlas inconstitucionales a través del Tribunal Supremo de Justicia, cuyos 13 magistrados recién nombrados por el Gobierno, tienen más poder que los 112 diputados opositores, por lo que perfectamente pueden vetar las leyes propuestas por la Asamblea Nacional.

En cuanto a la oposición, como les mencionamos en este artículo anterior, con la mayoría calificada de dos tercios obtenida, las cosas se ponen más peligrosas para el oficialismo, ya que con esta la oposición puede:

  • -Llamar a una asamblea constituyente.
  • -Cambiar a los rectores del CNE (una especie de Servel chileno).
  • -Cambiar y designar a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
  • -Nombrar miembros del Poder Ciudadano. Este es considerado como otro poder del Estado, aparte del Legislativo, Judicial y Ejecutivo; y corresponde a una especie de mezcla entre la Contraloría y el Ministerio Público de Chile.
  • -Aprobar reformas constitucionales.
  • -Someter a referendo aprobatorio a los proyectos de ley. Esto significa que la aprobación del proyecto debería ser vista por la ciudadanía a través de un referéndum.

Eso sí, remover del cargo a Nicolás Maduro no es tan fácil. Para esto, se necesitaría hacer un referéndum, en el que debería participar por lo menos el 20% del espectro de votantes. Además, el presidente debe llevar al menos en el cargo la mitad de su período, fecha que se cumplirá el próximo 6 de enero. También se necesitaría que la moción sea aprobada por una cantidad igual o superior de votantes que lo eligieron en un principio. Es decir, la oposición necesitaría por lo menos 7.587.579 votos.

Como pueden ver, no se viene para nada fácil el futuro venezolano. Lo que está claro es que estos primeros meses del 2016, como lo anticipan los economistas y cientistas políticos, serán un ir y venir de reformas por parte del Gobierno, contrapuestas por otras de la Asamblea Nacional, y así veremos un escenario político inestable, un país cada vez más polarizado, mientras la economía posiblemente seguirá empeorando por la caída del precio del petróleo.

Independiente de sus respectivos intereses, de tener real interés en el bienestar del pueblo venezolano, el Gobierno y la Asamblea se verán obligados a ponerse de acuerdo para gobernar, aunque no serán los únicos actores relevantes, ya que el Tribunal Supremo de Justicia tendrá sin duda un rol fundamental.

¿Crees que la oposición llegue a sacar a Maduro?

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