Un buen dolor de cabeza, si es que se salvó del despido, le debe haber costado al operador de una famosa aerolínea el error de sistema que vendió cientos de pasajes a un precio insignificante. Porque todo tiene un precio, productos y servicios, nada es totalmente gratuito.
Excepto en una tienda de París, que abrió hace un par de meses en la estación de trenes Reuilly. No, ellos no se equivocaron, están plenamente conscientes de que sus productos están a costo $0. Pura gratuidad es lo que ofrece Le Siga-Siga, que abre sus puertas a los clientes sin exigirles nada a cambio.
En esta tienda todos son igual de ricos, porque cualquier persona puede llevarse lo que quiera sin pasar por caja y, de paso, puede tomarse un té o un café gratis, y solo dejar un aporte voluntario si es que quiere.
Sus productos son muy variados, ropa, discos, libros, utensilios de cocina, adornos y otros, pero tienen algo en común: todos han sido donados por personas que ya no los necesitan. Cualquier cosa es bienvenida para darle una segunda vida, mientras estén en buen estado, limpias y se puedan transportar a mano (muebles, electrodomésticos grandes y otros se quedan fuera).
La idea es rescatar el verdadero concepto del regalo, de la donación gratuita y la colaboración comunitaria. La asociación Boutique Sans Argent (tienda sin dinero), detrás del proyecto, busca además disminuir la producción de desechos y volver a darle uso a las cosas en una economía circular en un mundo acostumbrado al constante consumo.
Las reacciones han sido notables, y no exclusivamente por parte de los compradores, pues tan solo en la primera semana de septiembre pasaron más de mil personas por la tienda para regalar cosas. Incluso tuvieron que pedir no donaran más por el momento, ya que no tenían más capacidad.
"Es muy probable que el objeto que una persona consigue a través de una donación será devuelto cuando no los necesite más o que esa persona done algún objeto que se dé cuenta que no está utilizando", aseguran en Boutique Sans Argent.
El proyecto nació para combinar tres principios: la igualdad de acceso a bienes y servicios, la economía del regalo para forjar lazos sociales más fuertes y la aplicación de soluciones innovadoras a la necesidades sociales.
Antes de lanzarse con una tienda hecha y derecha, la organización instalaba "zonas de gratuidad" momentáneas en distintos lugares de la ciudad durante un día, creando espacios abiertos a todos donde se compartieran y donaran no solamente cosas, sino también servicios y actividades.
"Lejos de ser romántico o poco realista, el proyecto comenzó a demostrar su pertinencia y eficacia", notaron tiempo antes de decidirse a abrir Le Siga-Siga, realidad que fue posible gracias al apoyo financiero de la municipalidad del distrito 12 y la alcaldía de París, que les presta el espacio.
Aunque ya abrieron esta tienda, Boutique Sans Argent sigue montando estos eventos en distintos rincones de la ciudad.
La iniciativa parisina es una caso ejemplar, por ser una tienda, pero hay numerosos movimientos realizan eventos alrededor del mundo con el mismo objetivo de regalar.
Las ferias gratis o "Gratiferias", presentes en países como Estados Unidos, España, Brasil, Argentina y también Chile, son similares a estas zonas de seguridad y ofrecen tanto objetos como charlas, talleres y todo tipo de actividades culturales y deportivas sin costo alguno.
En todas ellas tampoco existe el dinero de por medio, ni bonos o trueque, no hay reciprocidad, sino donación. Esta manera de compartir y de ver la comunidad se ha manifestado en nuestro país de diversas formas como por ejemplo, la Biblioteca Libre, donde se liberan libros una vez al mes en algún punto de una ciudad o Cátedras Libres, clases de los más variados temas y habilidades donadas por expertos a cualquier interesado.
Junto con los grupos de Facebook como Gratiferia Cultura Chile, Gratiferia Santiago o Santiago Regala, por ejemplo, existe también la web TeLoDoy.cl, un portal con alrededor de 30 mil usuarios para publicar regalos o necesidades.