Se pensaba que sólo quedaban 3.000 tortugas de bosque de Filipinas (Leytensis Siebenrockiella) en el mundo. Hasta que esta semana las autoridades de la provincia de Palawan, donde se suelen dar, confiscaron un container donde habían más de 3.831 ejemplares de esta especie en peligro de extinción, las que estaban hacinadas unas sobre otras, con una serie de problemas médicos, listas para ser comercializadas en el mercado negro asiático.
Tenían sus caparazones rotas, problemas en la piel, infecciones óseas, deshidratación, entre varios otros problemas de salud, por lo que fueron entregadas a un centro de rehabilitación dirigido por el gobierno, el Palawan Wildlife Rescue and Conservation Center y la Fundación Katala, encargada de su liberación en el medio natural. Según The Guardian, las estimaciones del encierro de las tortugas es de seis meses, durante las cuales no habrían tenido acceso a agua ni comida. Estos reptiles pueden sobrevivir a largo periodos sin ingerir nada, de hecho, están acostumbrados. Cuando hace frio, entran en estado de hibernación, que es su método de defensa natural. Ahí se duermen, y no necesitan de alimento ni líquido, ya que consumen su propia energía y vitaminas.
El almacén donde las encontraron pertenece al chino Peter Lei, quien no estaba cuando confiscaron el container. Se estimaría que el valor de las tortugas de bosque de Filipinas era de 533 millones de dólares, y que fueron capturadas para coleccionistas, ya que son demasiado exclusivas como para matarlas por sus carnes. ¿Por qué son tan preciadas? Porque antes de 2004 solo se conocían cuatro ejemplares de ellas, hasta que se las redescubrió en Palawan.
Actualmente quedan 230 tortugas siendo tratadas, mientras todas las otras ya fueron liberadas a su medio silvestre. Si bien este caso tuvo un final feliz, para la Sociedad Herpetológica Valenciana de todas formas se trata de “uno de los mayores desastres herpetológicos de la historia”.
Y las cifras de lo que pasa con las tortugas de otras especies no son tan alentadoras. Según National Geographic, el 75% de las especies de tortugas de agua dulce y tortugas de Asia están siendo amenazadas. Captan la atención de los comerciantes chinos, porque ahí hay todo un mercado donde se venden como mascotas exóticas o para consumo humano. Se dice que los chinos están tratando de cultivar todas las tortugas que tengan a mano, lo que aumenta de forma de manera significativa la demanda de las tortugas de todo el mundo.