Cuando tocan la campana en el Brooklyn Urban Garden School de Nueva York, los alumnos gritan, corren, juegan, como en la mayoría de los colegios del mundo. Pero cuando tocan el bong, los 25 estudiantes, guardan silencio de inmediato, cierran los ojos, algunos se cubren el rostro con sus manos, otros apoyan la cabeza en el pupitre, y la quietud se toma la sala de clases dos veces al día. Esta práctica, que puede resultar inconcebible para varios, está arrojando tan buenos resultados, que ya se aplica en 18 escuelas de Estados Unidos y en varios países del mundo.
Los números no mienten. La escuela secundaria Visitacion Valley, uno de los establecimientos con mayor deserción escolar, bajo promedio de notas y mal comportamiento de los alumnos de San Francisco, fue el primer colegio en incorporar la meditación el 2007, y es un buen ejemplo de cómo se pueden medir los beneficios de la meditación, algo que parece tan etéreo. Tras probar con terapias, tutorías, deporte y un cuánto hay para calmar a sus alumnos, aplicaron el programa Quiet Time (Tiempo de Silencio). Solo el primer año, las suspensiones de alumnos bajaron un 45%. Cuatro años después, las suspensiones pasaron a ser las más bajas de la ciudad. Hoy día hay un 98% de asistencia del alumnado y las notas mejoraron.
El programa Quiet Time consiste en meditar dos veces al día durante 15 minutos, replicando un mantra, que es la repetición de un sonido, pero que en este caso no tiene significado alguno, por lo que no está asociado a una religión o filosofía de vida.
El proyecto está financiado por la Fundación David Lynch, el director de cine que practica la meditación desde hace 40 años y que al conocer los beneficios reales en una escuela en Iowa que practicaba Meditación Trascendental, decidió armar su fundación y propagar lo más posible el programa, especialmente en las escuelas intermedias y secundarias con altas tasas de ausentismo, rotación de profesores y las con bajo promedio de notas.
Norman Rosenthal, profesor de la Psychiatry Georgetown University Medical School, afirmó a El País que “hay una tremenda evidencia de los altos niveles de stress en las escuelas” y de que “el 70% de los chicos que lo padecen no reciben ningún tipo de ayuda psicológica”. “Está demostrado que los estudiantes con stress no pueden aprender. Experimentan tal nivel de ansiedad que les es imposible concentrarse. Lo que hace la meditación es reducir ese nivel de stress, ya que induce un cambio de las ondas mentales, provocando más estados alfa –de calma-. El cerebro funciona mejor”.
Mejoras comprobadas según la práctica
Por su parte, en la web de la Fundación David Lynch, aseguran que han obtenido los siguientes logros mediante esta práctica:
- Mejora del 10% en las puntuaciones en exámenes.
- Aumento de la creatividad.
- Mayor retención de maestros y menor estrés laboral.
- Mayor felicidad, concentración y autoconfianza.
- Reducción de los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y los síntomas de otros trastornos del aprendizaje.
- Reducción del 86% de suspensiones en dos años.
- Reducción del 40% de trastornos psicológicos, como el estrés, la ansiedad y la depresión.
- Disminución del 65% en los conflictos violentos en dos años.
Según un artículo del Huffington Post, en la última década, la Fundación David Lynch ha conseguido US$ 30 millones para extender la meditación a través del mundo y celebra haber enseñado a cerca de 500.000 estudiantes sobre la práctica, en más de una docena de países, entre ellos Perú, Sudáfrica e Israel. En general, las escuelas que aplican el programa cuentan con tres profesionales de tiempo completo que enseñan a los niños sobre la práctica de la meditación y la ciencia que se esconde tras ella.
El proceso meditativo que viven los alumnos, se compara con lo que experimenta el mar con sus agitadas olas y su calma profundidad. Bob Roth, director ejecutivo de la fundación, lo describe así: "La superficie de nuestra mente es la mente pensando de manera activa. Yo lo llamo el 'tengo que, tengo que, tengo que, tengo que..." Pero en lo profundo de nosotros, hay un nivel de la mente que ya está en calma, ya está completamente despierto. Es parte de nosotros, pero nosotros sólo hemos perdido el acceso a ella".
Los profesores dicen que cuando los alumnos llegan tarde al colegio y no meditan los primeros 15 minutos, están más despistados. En general son niños que tienen que trabajar mucho la ira, por lo que los dos momentos de calma al día son fundamentales para determinar el resto de su comportamiento. De todas formas los maestros no niegan que siguen teniendo que lidiar con reacciones violentas, lo que ellos dicen es que ahora les entregan una herramienta más para lidiar con el estrés y la ansiedad a la que están sometidos tanto en el colegio como en las casas.
Algunas escuelas hacen que la práctica de meditación sea obligatoria y otras no. Unas la califican y aparece en la libreta de notas de los alumnos, y en otros no.
Patricia Dixon es profesora de la Wake Forest University en North Carolina, y hace seis años decidió integrar la meditación a sus cursos que da a los alumnos de primer año, con el objetivo de prepararlos para los cuatro años de estudio que tienen por delante.
Las razones de por qué lo hizo, dice, fueron:
- Vivimos en una era de distracciones.
- Hay demasiados casos de desórdenes atencionales.
- Para ayudar al alumno a tomar conciencia de sus acciones y pensamientos.
- Para incorporar filosofía Oriental en un mundo Occidental.
- Para demostrarles el acondicionamiento que el capitalismo nos vende.
- Para que tomen conciencia de sus cuerpos mediante el Yoga, Tai Chi, Qui Gong y otras practicas Orientales.
- Para ayudarles a estudiar y a tomar su educación en serio.
Después de 6 añosm, cuenta, ha notado los siguientes cambios:
- Mejor atención.
- Mejor trabajo en clase después de meditaciones.
- El desarrollo de compasión y empatía.
- Mas atención de cómo usan los medios sociales y tecnología en general.
- Mejor trabajo en el curso en grupos y solos.
- El desarrollo de responsabilidad por sus acciones en la universidad con referencia a como se portan con otros alumnos y profesores.
- Muchos han decidido dejar de usar drogas como alcohol, marihuana y drogas prescritas.
En Chile también hay
Si bien en Chile recién nos estamos sumando a esta tendencia, y es más común que aparezcan jardines infantiles y algunas escuelas donde se impartan clases de yoga, que clases de meditación, también existen.
Un ejemplo es la Escuela Francisco Varela de Peñalolén. En esta, buscan que los niños y niñas comprendan de forma práctica y experiencial cosas como el principio de causa y efecto, la paciencia, la interdependencia, la importancia de la colaboración y la generosidad, la naturaleza cambiante (impermanente) de la vida, y así conocer mejor el mundo que los rodea y su propio mundo interior.
Para lograr sus objetivos de enseñanza, una de las herramientas que utilizan es la meditación. La jornada se inicia a las 8:30, con un espacio de media hora de quietud para que los niños calmen su cuerpo, su mente y su voz. Según el sitio web de la escuela, en cada sala hay cojines para realizar actividades y juegos de concentración, respiración, relajación, meditación y yoga, aunque también hay espacios durante el día en que éstas se pueden realizar desde sus propios asientos o al aire libre. También se realizan meditaciones guiadas para los padres de las que pueden participar antes de irse al trabajo.
Las sesiones de práctica suelen ser de breve duración y pueden consistir en meditaciones silenciosas o guiadas o a través de dinámicas y juegos. Es común que después de la práctica se dé espacio para compartir las experiencias, emociones, sensaciones y dudas que pudieron surgir.
¿Qué te parece que se practique la meditación en las salas de clases? ¿Crees todos los beneficios que trae esta modalidad?
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