Si juntáramos el SIDA, con la malaria y la tuberculosis, aún así no podríamos tener una fuerza tan mortal como el hambre. Si prefieren las estadísticas, no existe una más chocante: el plato vacío es la realidad de 1 de cada 7 personas en el mundo y 25 mil personas mueren al día por no tener nada que comer para sobrevivir.

Combatir ese problema es el objetivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WFP por sus siglas en inglés), la mayor agencia de ayuda humanitaria alimenticia del mundo. Esos clásicos aviones que reparten paquetes por doquier en las emergencias, son parte de los tantos programas que año a año despliega este organismo.

Donde hay guerras, terremotos, tsunamis, inundaciones, está el WFP para entregar alimentos y además de eso, realizan un trabajo constante con los campos de refugiados, los gobiernos locales, las comunidades, las escuelas y los pequeños agricultores. Gracias a esto, tan solo el año pasado logró alimentar a 80 millones de personas.

Dentro de los varios esfuerzos que está implementando el WFP, se alza un cambio en la logística que está haciendo eficiente como nunca la entrega de ayuda a las localidades que sufren de hambre. Se trata del SMS (mensaje de texto) y las llamadas telefónicas, probablemente la tecnología más democrática de nuestros tiempos, ya que el celular es una herramienta que ha logrado permear incluso en las más sencillas y pobres comunidades alrededor del mundo.

La diferencia que hace un simple SMS

Información es poder, es una frase que aplica para todo y que cuando se trata de suministrar ayuda tiene más sentido que nunca (si no, pregúntenle a nuestro compatriotas del norte). Cuando la vida o la muerte de una comunidad depende de la llegada a tiempo de un camión con la comida indicada, conocer las necesidades específicas de los lugares en situación de emergencia es la clave entre una batalla ganada y una perdida.

Históricamente, la ayuda alimentaria ha supuesto el envío de voluntarios a lugares necesitados, para repartir bolsas de arroz de la parte trasera de un camión. Pero la WFP ha perfeccionado su manera de entregar auxilio introduciendo herramientas simples y muy efectivas, como los mensajes de texto SMS en celulares.

En un mundo donde hay 4.5 mil millones de usuarios de celulares y casi el 70% de las personas en África tienen acceso a uno, este sistema de comunicación se ha convertido en la manera más eficiente de recoger los datos para tomar decisiones informadas y suministrar la ayuda correcta. Además de aprovechar al máximo los alimentos al enviar exactamente lo que corresponde y a dónde corresponde, la comunicación por celulares ahorra tiempo y dinero.

Por ejemplo, para saber las necesidades que tiene un campo de refugiados, normalmente el WFP debía enviar a personas que hicieran entrevistas cara a cara, rellenando cuestionarios para revisar las necesidades de cada lugar.

"Hubo casos en los que volamos hacia las zonas en helicóptero y teníamos dos horas para averiguar qué estaba pasando con 100.000 personas. La idea ahora es que cualquier cosa que nos dé información de lugares, sin tener que poner las botas en el suelo, es algo bueno", explica Arif Husain a The Guardian, economista jefe del WFP. Además de facilitar el acceso en zonas más complicadas, este sistema podría significar un 40% de ahorro en el costo de recogida de información, según estima el equipo.

Con la ayuda de Nielsen, expertos en investigaciones de mercado, el WFP diseñó tres tipos de encuestas de seguridad alimentaria: llamadas con operadores en vivo, respuesta interactiva de voz (respuestas simples tipo "si" y "no") y mensajes de texto (SMS). También los está asintiendo en la interpretación de los datos y hacer variaciones en los métodos de recolección de información, afinando en las mejores prácticas específicas para cada país.

Cada encuesta y sistema se adapta a la localidad que se atiende y se evalúa de forma continua, perfeccionándose para asegurar su éxito, dice Husein. Estas encuestas móviles son voluntarias, pero para incentivar a las personas a responder, todos los programas ofrecen pequeños créditos de celular a los encuestados.

El liderazgo de Ertharin Cousin, directora ejecutiva del WFP, ha sido fundamental en la modernización del enfoque de la organización. Cousin ha intensificado el uso de la tecnología SMS y de llamadas como sistema de evaluación de las necesidades inmediatas, permitiendo también gestionar con seguridad la respuesta alimentaria en áreas impactadas por el ébola en África, de la que el WFP se hizo cargo protagónicamente. Entre otras cosas, esto le mereció el premio como una de las personas más creativas en negocios del año 2015.

Estrujando los SMS: Otros usos para alimentar al mundo

La inmediatez de los mensajes de texto son una herramienta que se ha utilizado no solamente para recabar información precisa sobre las necesidades alimentarias de las personas en casos de emergencia o en los campos de refugiados, sino también para más iniciativas que combatan el hambre.

Es el caso de Filipinas, uno de los lugares que tienen problemas de hambre, pero no de acceso a la compra de alimentos. En este caso, el WFP suministró vouchers de dinero a las personas a través de un mensaje a sus celulares, que ellos podían cobrar en efectivo en diferentes negocios para luego utilizarlo para comprar comida. Las encuestas arrojaron que entre un 70% y un 80% de la plata de esta especie de billetera digital fue utilizada en comprar alimentos. Este modelo, que ayuda también a mover las economías internas de localidades con problemas, también lo han implementado años antes en Siria o Burkina Fasso.

El WFP también está utilizando la tecnología SMS para mantenerse en contacto con los pequeños agricultores de los países de más bajos ingresos y así monitorear la seguridad alimentaria, los precios de los cultivos locales y el estado de las cosechas agrícolas.

Por último, los SMS están al servicio de los donantes, para hacer lo más fácil posible el aporte monetario que permita acabar con este gran problema. Por cada dólar, 4 niños pueden pasar un día más sin hambre.

No más estómagos vacíos

Por las enormes proporciones, las operaciones del WFP son muy costosas, pero viéndolo en una escala menor, con solamente 25 centavos de dólar al día (unos 150 pesos chilenos) puede darle de comer a un niño que padece hambre y cambiar para siempre su vida. Por esta y otras razones, ha determinado que es posible eliminar el hambre por completo del mundo en el transcurso de nuestras vidas (de esta generación), y para eso ha invitado a la tecnología a ser protagonista de su programa.

Lograr esta erradicación es el Reto del Hambre Cero, el nuevo desafío impuesto desde el 2012, que se traduce en lograr cero retraso en el crecimiento en niños y niñas menores de dos años, que el 100% de las personas tengan acceso a una alimentación adecuada durante todo el año, que todos los sistemas alimentarios sean sostenibles, aumentar un 100% la productividad y el ingreso de los pequeños productores y además que exista cero desperdicio de alimentos y pérdidas post-cosecha.

La tecnología masiva de los celulares, sus SMS y llamadas, tiene hoy un papel fundamental en esta lucha contra el hambre, una de las guerras más justificadas de la historia que el WFP está buscando acabar.

DONACIONES
Además de Nepal, el WFP se enfrenta hoy a cinco emergencias alimentarias. Si quieres donar, puedes entrar aquí.

¿Conocías la labor del WFP? ¿Crees que es posible dentro de pocos años acabar con el hambre en el mundo?