El 24 de abril de 2013 el edificio Rana Plaza, ubicado cerca de la capital de Bangladesh, se derrumbó mientras miles de personas trabajaban en las distintas fábricas de ropa que se encontraban en este lugar. 1135 personas murieron y más de 2.500 fueron heridas. ¿Por qué esto de cierta manera nos incumbe?
Porque más de alguna vez habrás visto entre tus prendas la etiqueta "Made in Bangladesh". Y este país en particular (en el pasado muy pobre e irrelevante para la economía global) es ahora la segunda exportadora mundial más importante luego de China y responsable de marcas de ropa más famosas, lujosas o populares del mundo.
La industria textil en Bangladesh supone un negocio de US$22.000 millones al año que emplea a 4 millones de personas.
Lamentablemente este trágico derrumbe no ha sido el único episodio en estas fábricas. Además de diferentes accidentes, todos los días las diferentes fábricas usan amplias cantidades de agua para teñir y preparar las telas con las que se fabricarán las diferentes prendas.
El problema es que este país es uno de los más poblados del mundo con 160 millones de habitantes, la mayoría de los cuales viven cerca del rio Brahmaputra, que alimenta su capital, Dhaka. Según estudios, la tabla de agua está cayendo dos metros cada año.
Por estos motivos es que nace una iniciativa de concientización sobre la fabricación de la ropa que todos compramos. Con motivo de ese trágico 24 de abril de 2013 es que hoy surge Fashion Revolution Day, para recordarnos que las catástrofes sociales y ambientales siguen ocurriendo todos los días.
"La moda es una fuerza a tener en cuenta. Celebra, provoca y entretiene. Y desde el 24 de abril, va a ser mucho más. Porque estamos convirtiendo la moda en una fuerza para el bien", asegura el movimiento en su página web.
¿Qué pide esta iniciativa mundial? que las personas usen su ropa al revés para mirar de diferente manera las prendas que usamos diariamente. "Sé curioso", dice esta campaña que alienta a preguntarse: ¿Quién hizo mi ropa?
"Tenemos que utilizar el poder de la moda para ser un catalizador para el cambio y volver a conectar los eslabones rotos en la cadena de suministro. En el momento de la compra, la mayoría de nosotros no estamos consientes de los procesos e impactos que participan en la creación de una prenda de vestir o accesorio. Tenemos que volver a reconectarnos a través de una nueva narrativa más positiva, entender que no sólo estamos simplemente comprando una prenda o accesorio, sino que toda una cadena de valor y relaciones", asegura la iniciativa.
La idea es que las fotos se compartan en las redes sociales (con el hashtag #insideout) para recordar algo que no se ve en las marcas: que cada prenda fue realizada por una persona de carne y hueso. Aquí dejamos un ejemplo.
Via: mynameisantonia
A partir de este accidente de 2013, muchas marcas que hacen sus prendas en ese lugar han realizado acciones en conjunto para solucionar el tema. Por ejemplo Walmart, Children's Place y Gap anunciaron una donación conjunta de dos millones de dólares a un fondo, que aspira a recolectar 40 millones de un grupo de multinacionales.
También otras doce empresas (entre ellas la española El Corte Inglés, Inditex y Mango, la canadiense Loblaw o la irlandesa Primark) contribuyeron al fondo que es coordinado por la Organización Internacional del Trabajo para indemnizar por los sueldos perdidos y los gastos médicos de los sobrevivientes de esta tragedia y los familiares de los fallecidos.
¿Conocías este movimiento? ¿Crees que es necesaria esta "revolución de la moda"?