corales, arrecifes, biología, ciencia, naturaleza, calentamiento global
Imagen: César Mejías

"Supercorales" hawaianos son capaces de tolerar altas temperaturas: ¿serán la clave para la supervivencia de la especie?

Los pronósticos más optimistas del cambio climático estiman que para finales de siglo, la mayoría de los arrecifes desaparecerán. En Hawái, científicos identificaron corales increíblemente resilientes que podrían ser claves en la preservación de la especie.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2019-05-20 | 07:00
Tags | corales, arrecifes, biología, ciencia, naturaleza, calentamiento global
Cerca del 95% del arrecife ya había muerto en 1978, cuando finalmente se desvió el sistema de aguas residuales a otro lugar. Luego de algunas décadas, sin embargo, científicos notaron que el arrecife se recuperaba, ¡y espectacularmente!
Relacionadas

Quienes han podido ver corales con sus propios ojos, saben lo delicados que son estos animales (sí, animales), más conocidos por los grandes arrecifes que forman en aguas tropicales y subtropicales. “¡No los pisen!”, gritarán los guías turísticos y uno se aleja con cara de culpa con las gualetas entre las piernas.

Lo cierto es que, aunque ni estemos cerca, los corales están sufriendo silenciosamente por obra de la mano del hombre. El año pasado, un reporte de la ONU sentenciaba que, de no reducir el ritmo del calentamiento global, el 99% de los arrecifes no verá el cambio de siglo. Incluso tomando acciones y logrando sus proyecciones más optimistas, sobre un 70% de ellos perecerá. Otros reportes indican que incluso para 2030, el 90% de los arrecifes estarán amenazados.

El futuro no pinta bien para estos bellos animales coloniales, cuyo servicio se extiende mucho más allá de lucirse en nuestras fotos de vacaciones. Por suerte, hay algunos corales que parecen adaptarse mejor a los cambios que trae consigo el calentamiento global, y por allí podría estar la clave para sus primos en todo el mundo.

Arrecifes: más que una bonita foto

Aunque no todos los corales son coloniales, los más conocidos son aquellos que conforman los arrecifes. Estos se pueden extender por miles de kilómetros y, como les contábamos en un anterior artículo, son esenciales para el ecosistema marino; ocupando apenas un 0,1% del área del océano (equivalente, más o menos, al tamaño de Ecuador), albergan a un 25% de todas las especies marinas (incluido Nemo).

Adicionalmente, brindan un invaluable servicio de protección de costas, al ser barreras naturales contras las inundaciones y erosión de la tierra, algo que, dado el aumento del nivel del mar, no nos sobra.

El pago por sus servicios ha sido realmente decepcionante. A nivel local, la sobreexplotación pesquera y contaminación de aguas han mermado su número. Pero también existen los fenómenos globales que los están matando poco a poco.

El aumento en la temperatura del agua mata a las zooxantelas, microalgas de las que dependen los corales para su alimentación, lo que produce el blanqueo de corales: se debilitan y pierden su pigmentación. De extenderse por un periodo largo, colonias enteras de corales pueden morir. Otro problema es la mayor la acidez del agua marina, producida por el aumento en la absorción de dióxido de carbono por el océano.

En fin, todo parece ir mal para los corales y sus arrecifes, excepto para algunas especies del archipiélago de Hawái.

Los “súpercorales”

En la bahía de Kāne‘ohe, en la isla hawaiana de O'ahu, se ubica un arrecife que por décadas recibió, literalmente, desechos humanos. Entre los años 30s y 70s, el sistema de aguas residuales contaminó sistemáticamente a estos desafortunados animales coloniales que, adicionalmente, fueron dañados por trabajos de dragado (cuando limpian el suelo marino de sedimentos y rocas) y de construcción en la costa.

Cerca del 95% del arrecife ya había muerto en 1978, cuando finalmente se desvió el sistema de aguas residuales a otro lugar. Luego de algunas décadas, sin embargo, científicos notaron que el arrecife se recuperaba, ¡y espectacularmente! Para cambio de siglo, el arrecife se había recuperado hasta en un 90%.

Lo más impresionante, es que las condiciones de la bahía seguían siendo mucho más duras para la sobrevivencia de los corales que en otras partes: el agua tenía menor pH (es decir, era más ácida) y su temperatura era mayor, y aun así los corales habían renacido.

Los biólogos marinos Christopher P. Jury y Robert J. Toonen, del Instituto de Biología Marina de Hawái, notaron de hecho que estas condiciones eran similares a las que sufrirían otros arrecifes cercanos en los próximos años, debido al calentamiento global.

Jury y Toonen, tomaron muestras de tres especies de corales del arrecife de Kāne‘ohe y de otro ubicado en bahía de Waimānalo, al otro lado de la isla, y los probaron en distintos ambientes en su laboratorio. Pese a tratarse de las mismas especies, los corales regenerados eran mucho más resistentes tanto a mayores temperaturas como a mayor acidez.

También notaron algo muy interesante. Normalmente se espera que el aumento de algún tipo de tolerancia en un organismo se “pague” con una reducción en el desempeño de otra función. Los corales extraídos de Waimānalo, por ejemplo, mostraban o mayor tolerancia a aguas cálidas o a un aumento de acidez en el agua. Pero no las dos. Las muestras de Kāne‘ohe, en cambio, lograban desarrollar ambas.

“Por lo tanto, al menos algunos corales pueden lograr tolerancia tanto al pH bajo como a temperatura alta al mismo tiempo, tal vez a expensas de otras compensaciones que no se consideran aquí”, escriben.

Ambas tolerancias, también notaron, no interferían con su tasa de crecimiento. De hecho, identificaron que una de las especies crecía más rápido luego de desarrollar su resistencia a aguas con menor pH.

Otro hallazgo, y lo que parece ser la clave, es que las tolerancias variaban entre individuos de una misma colonia. Contar con una mayor variación permite a las colonias irse desarrollando en favor de aquellos más “fuertes” y sobreponerse a las condiciones adversas del ambiente. Y ojo, que esto no fue un largo proceso de miles de años, señala otro reciente estudio, sino que se gatilló en las últimas cinco décadas a partir de la contaminación que casi mató al arrecife.

Esta es, precisamente, la gran noticia que se puede extraer de la investigación. Anterioresestudios señalan que los arrecifes (en general) no pueden desarrollar tan rápidamente la suficiente variación como para sobrevivir al calentamiento global. El arrecife de Hawái es una prueba viva de que es posible.

“Si las poblaciones de coral en otros lugares también albergan una variación individual suficiente para las tolerancias de temperatura y pH, como muestran las de la bahía de Kāne'ohe, entonces al menos algunas pueden no solo sobrevivir sino también continuar prosperando si el cambio climático se limita a 2°C por encima de los niveles preindustriales”, señala el estudio.

Ahora, ¿cuál es el mecanismo exacto que les permitió desarrollar estas increíbles tolerancias? Es una de varias preguntas pendientes que los investigadores esperan responder con nuevos estudios.

Una vez que se sepa cómo exactamente lo lograron, será entonces posible ver cómo podría aplicarse, quizá en otros arrecifes. Eso sí, los potenciales efectos positivos dependerán también de si nosotros somos capaces de cumplir con nuestra parte del trato.

¿Crees que existen otros animales capaces de actos similares? 

¿CÓMO TE DEJÓ ESTE ARTÍCULO?
Feliz
Sorprendido
Meh...
Mal
Molesto
Comentarios
* Debes estar inscrito y loggeado para participar.
© 2013 El Definido: Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio sin el expreso consentimiento de nuestro representante legal.