El mundo ha cambiado mucho durante las últimas décadas y, como ciudadanos de distintos países, cada vez nos vemos enfrentados a más retos regionales e internacionales. Actualmente, una de las zonas más tensas es Europa del Este. Entre Ucrania y Rusia, las tensiones han aumentado tanto que, hace pocos días, el gobierno ucraniano prohibió la entrada al país a todos los hombres rusos que tengan entre 16 y 60 años. Aquí te explicamos qué está pasando en esa parte del mundo.
Con el colapso de la Unión Soviética en 1991, varias de las regiones que constituían la URSS se declararon repúblicas independientes. Entre ellas, varios países ubicados en Europa del Este, como Letonia, Lituania, Moldavia, Georgia y Ucrania. Durante la década de 1990, todos los antiguos componentes de la Unión Soviética ubicados en Europa (incluyendo a Rusia), parecían moverse en la misma dirección hacia la democracia y a una economía abierta de mercado. Fue precisamente durante esta década, cuando Estonia, Letonia y Lituania (también conocidos como los países bálticos), lograron importantes avances que llevaron a una rápida incorporación a la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y a la Unión Europea.El fin de la Unión Soviética
Sin embargo, la historia de progreso no se replicó en toda Europa del Este. En 1999, una crisis económica en Rusia catapultó a un ex-agente de los servicios de inteligencia soviéticos, Vladimir Putin, a la presidencia en Moscú. Desde entonces, los acercamientos de otras exrepúblicas soviéticas a la Unión Europea se han visto dificultados por un presidente ruso que busca defender los intereses regionales de su país.
Este video de los amigos de Vox es ilustrativo del ascenso de Putin en Rusia (activa los subtítulos y, en configuración, coloca traducción al español).
La llegada de Vladimir Putin al Gran Palacio del Kremlin es profundamente significativa, ya que el actual presidente es un nostálgico de la grandeza que antaño disfrutó su país. Al mismo tiempo, el presidente Putin no es fiel creyente en los valores occidentales de la democracia, la economía de mercado y la libertad de la sociedad civil. Más bien, resalta los méritos que tuvo el reino del zar en la Rusia imperial, y clasifica el colapso de la Unión Soviética como la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX.
Es como si el Putin se viese a sí mismo como el líder de un país cuya misión es representar valores distintos a los que prevalecen en la Unión Europea y en Norteamérica, a fin de demostrar que sí existen otros modelos de desarrollo, mediante líderes fuertes y economías dirigidas desde arriba. Es precisamente por esta distinta visión del mundo, que el presidente Putin ha procurado restablecer alrededor de su país un cinturón de influencia con dos propósitos. En primer lugar, defenderse de cualquier ataque o influencia externa. Segundo, poder proyectar sus ideas y valores hacia las sociedades y gobiernos de sus vecinos. Por ejemplo en el caso de Bielorrusia, pues en 1999 firmó junto a Rusia un acuerdo de unión mediante la conformación de una un confederación.
Mapa Europa del Este. Google Maps.
Esta política de influencias provoca tensiones naturales entre Moscú y sus vecinos cuando estos no quieren adoptar el modelo. Tal es el caso, por ejemplo, de los tres países bálticos que no demoraron en apartarse de Rusia mediante un rápido ingreso a la OTAN y la Unión Europea.
Igualmente, aunque con mayor lentitud y más dificultades, tal ha sido también el caso de Ucrania. Después de su independencia en 1991, Ucrania se mantuvo bajo la esfera de influencia de su vecino ruso mediante una serie de gobernantes que respondían a los intereses de Moscú. Sin embargo, en 2004, luego de que una elección evidentemente fraudulenta fuese declarada a favor de Viktor Yanukovich, aliado del presidente Putin, tuvieron lugar una serie de protestas pacíficas. Estas protestas pasaron a conocerse como la Revolución Naranja, cuando lograron que Yanucovich abandonase su pretendida victoria y tomara la presidencia el reformista Viktor Yushchenko.
Tras varios años repletos de dificultades y enemigos tanto internos como externos, el accidentado gobierno progresista de Yushchenko se volvió enormemente impopular. Por ende, no debe sorprender que el opositor Yanucovich finalmente llegase al poder en el 2010. Para sorpresa de algunos, durante sus primeros años, Yanucovich continuo con una agenda política en favor de un acercamiento con la Unión Europea.
El actual conflicto en Ucrania comenzó a finales del 2013, cuando el parlamento ucraniano votó en contra de un acuerdo de asociación con la Unión Europea que se venía gestando desde hace años. El pueblo ucraniano, deseoso de mayores libertades políticas y oportunidades económicas al estilo europeo, se sintió traicionado por Yanucovich. Entonces, la mayoría del pueblo, particularmente en la ciudad capital de Kiev, se tomó las calles para protestar contra los acercamientos con Rusia que el gobierno impulsó al abandonar el acuerdo de asociación con la Unión Europea.
Desafortunadamente, las manifestaciones en contra del gobierno de Yanucovich hacia finales del 2013 y principios del 2014, se tornaron violentas cuando el gobierno se rehusó a escuchar a sus ciudadanos y decidió reprimirlos con fuerza excesiva. Finalmente, ante la presión ejercida, el presidente Yanucovich salió de Ucrania a finales de febrero del 2014 y se exilió en Rusia.
Aquí puedes revisar otro video de Vox que ilustra el conflicto en Ucrania (recuerda activar los subtítulos en español):
Ante la pérdida de su aliado en la capital ucraniana de Kiev, Putin temió por sus intereses y movilizó elementos de su ejército para asegurar posiciones en las regiones fronterizas entre los dos países. Es así que el conflicto asumió una escala internacional en la península de Crimea, al igual que en las regiones fronterizas de Lugansk y Donetsk, en el este de Ucrania.
En marzo del 2014, Putin orquestó un plebiscito de legitimidad cuestionable en la península de Crimea. La finalidad del plebiscito era reclamar esta importante península, que había sido territorio ucraniano desde 1954, como territorio soberano de Rusia. Algo así como si el gobierno de Perú organizara un plebiscito en Arica, declarase que la ciudad votó a favor de ser peruana y el ejército de Perú entrara a defender y gobernar su nuevo territorio.
La diferencia es que muchos habitantes de la península localizada entre el mar Negro y el mar de Azov, tienen doble ciudadanía, Rusa y Ucraniana, y sienten simpatía por Rusia, lo que le facilitó al presidente Putin la anexión de este territorio. Además, Crimea es particularmente importante para Rusia, ya que en la ciudad de Sebastopol la marina rusa mantiene su principal base naval con acceso al mar Negro y al Mediterráneo.
Fue precisamente en las aguas costeras y territoriales de la península de Crimea, donde tuvo lugar el más reciente episodio de tensión y conflicto entre Rusia y Ucrania.
El domingo 25 de noviembre, a tres barcos de la marina ucraniana se les denegó el paso a través del Estrecho de Kerch, entre Crimea y la península de Tamán, en Rusia. El Estrecho de Kerch es importante, ya es el único acceso marítimo entre el Mar Negro y el Mar de Azov, donde tanto Ucrania como Rusia tienen importantes puertos. Durante la confrontación, no solo fue bloqueado el paso por el Estrecho de Kerch, sino que también las fuerzas armadas rusas arrestaron a 24 soldados ucranianos y confiscaron tres de sus barcos.
Mapa del Estrecho de Kerch, que une el Mar Negro con el Mar de Azov, al norte. Google Maps. |
En una declaración durante la Cumbre del G20 en Buenos Aires, el presidente Putin declaró que los marineros ucranianos serán procesados judicialmente por alegada violación de las aguas territoriales rusas. Simultáneamente, el actual presidente ucraniano, Petro Poroshenko, ha tomado medidas para asegurar al país ante las crecientes agresiones rusas. El 26 de noviembre, Poroshenko y el Parlamento de Ucrania aprobaron una declaración de ley marcial en ciertas regiones por un periodo de treinta días. Esto quiere decir que el ejército nacional asegurará proactivamente la seguridad en estas regiones, localizadas principalmente en las zonas fronterizas de Ucrania, y que algunas libertades civiles, como el derecho a la protesta, quedan suspendidas.
De igual forma, el gobierno de Poroshenko ha prohibido la entrada a Ucrania a todos los varones rusos entre las edades de 15 y 60 por miedo a que Putin esté enviando soldados encubiertos para un ataque próximo. También le ha solicitado a la alianza militar de la OTAN que mantenga buques en el mar de Azov para asegurar la seguridad y libre circulación en dicha región.
Por el momento, las tensiones entre Rusia, Ucrania y la Unión Europea parecen seguir aumentando sin resolución en el horizonte. Es por esto que recientemente el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, sugirieron la creación de un ejército conjunto para la Unión Europea. Sin embargo, mientras Putin continúe dedicado a proyectar su poder militar y su influencia política en los países de su vecindario, la inestabilidad seguirá caracterizando a Europa del Este.
Finamente, Ucrania debe celebrar sus próximas elecciones el 31 de marzo de 2019. El resultado final de estas anticipadas elecciones, determinarán el rumbo de un país que solo busca progresar, en paz y tranquilidad.