indirectas, problemas, comunicación, redes sociales, verdad
Imagen: César Mejías

5 expertos en indirectas: ¿eres uno de ellos?

Mane Cárcamo hace una revisión de todas esas personas que les encanta decir las cosas de manera codificada y que no son capaces de confesar con simpleza qué es lo que les pasa. Si te sientes identificado, ¡tienes tarea para la casa!

Por Magdalena Cárcamo @manecarcamo | 2017-06-15 | 16:42
Tags | indirectas, problemas, comunicación, redes sociales, verdad
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Hace unos días, mientras padecía una gripe tan tozuda como MEO de candidato, aproveché de ver la comedia argentina “Un novio para mi mujer”. La protagonista, una chiquilla amargada y mal genio, decía que lo que más odiaba en las personas era a los “buscadores de coincidencias”. Esa gente que siempre trata de hacer match con el otro por el signo de zodiaco (“eres libra, igual que yo”), la ciudad en la que se criaron (“¡eres de Talca, yo viví ahí!”) o cualquier mínimo detalle que satisfaga esa necesidad imperiosa de buscar coincidencias por el simple hecho de hacerlo.

Pues bien, lo que voy a escribir no tiene nada que ver con eso. Solo que esa reflexión me hizo pensar que más que los que aman las coincidencias, a mí me llaman la atención los expertos para hablar con indirectas.

¿Se han percatado que hay personas, realmente profesionales, verdaderos doctorados, especialistas en el mayor y amplio sentido de la palabra, para hablar con indirectas? Es un arte y una peste bubónica a la vez. Porque ahora además con la explosión de las redes sociales, los “indirectistas” (así los llamaré, no busquen en la RAE) no solo te lanzan las indirectas face to face, sino Facebook to Facebook, o en realidad usan todas las plataformas para hacer llegar su mensaje enrollado y sinuoso.

Los misteriosos/as

Estos encontraron en las redes sociales un verdadero manjar para lanzar sus amadas indirectas. ¿Cómo lo hacen? Publican pensamientos, desahogos y palos misteriosos que obviamente dejan a todos los copuchentos ultra intrigados. Por ejemplo: la indirectista profesional publica en su muro de Facebook: “Muy decepcionada” y ahí todo aquel que ha tenido el más leve impasse con la protagonista se siente aludido.

El marido piensa “¿seré yo Señor?”, esa amiga que no le llevo a la cabra chica al colegio se pasa más rollos que Edmundo con Cari, la jefa que no le aprobó el aumento de sueldo jura a pie juntillas que ese posteo tiene su nombre y apellido impreso. Y todo esto acompañado de los infaltables cometarios de sus amigos virtuales; ¿“Qué paso amiga?”, “¿Todo bien?” “Sea lo que sea ojalá que se solucione” y un sinfín de frases hechas que tienen como único objetivo saber el cahuín en cuestión. La indirectista digital nuevamente ha triunfado.

El carbonero

Hay otros peritos en indirectas que no solo hablan en ese lenguaje, sino que además les gusta carbonear con eso. En una conversación, el indirectista carbonero le está diciendo algo complejo a alguien y, para sentirse validado y no estar solo en ese momento incómodo, lanza esa frase demoledora "no soy el único que lo cree, hay varios que opinan lo mismo". ¡Paaaam!

Lo que provoca la pregunta obvia del que está recibiendo la crítica “¿Quieneees son esos varios? Y ahí el indirectista esconde la mano y se pega la tonta reversa diciendo “No puedo decirlo”, generando la mayor de las inseguridades en esa pobre ave que está siendo atacada. Inderectista cobarde detected.

El críptico

La persona llega con cara larga, hace sonar los platos cuando los lava, suspira más largo que pregunta de Paulsen y contesta solo con monosílabos. Sus indirectas son hechos concretos para hacer notar su molestia frente a algo y cuando el que convive con esa persona, sea su pareja, un amigo o familiar se acerca para enfrentar la solución y resolverla, a la clásica pregunta “¿Te pasa algo?”, el personaje responde con la insípida frase: “No me pasa NADA”.

Es imposible descifrarlo, tampoco quiere contar lo que le pasa y para leer sus indirectas hay que tomar un curso con Código Sence. Paciencia y muchas flores de Bach para los pobres que tienen que bancarse a este tipo de indirectista.

El asiduo a los tres puntos

En esta categoría el amante de lo indirecto se despliega a sus anchas en el ámbito de lo escrito. Y su mayor esplendor lo logra tratando de decir “lo no dicho” con el uso de los puntos suspensivos.

Un mail por ejemplo lo termina con “esperaba ayer el informe…”. Traductor Ladysoft: “eres irresponsable”. En una situación de conquista por whastsapp pondría “No me llamaste…”. Traductor Ladysoft: “¿tú creís que yo tengo todo el santo día para esperar que se te ocurra acordarte de mí?”. Para cobrar sentimientos en Facebook “Veo que estuvo entretenida la celebración…”. Traductor Ladysoft: “estai buena onda, gracias por invitarme a tu cumpleaños”.

Querido lector, ojo con los tres puntos después de una frase… algo te quieren decir.

El fiscalizador

Hay indirectistas que tienen alma de inspector de colegio. Les fascina estar controlando al resto, pero nunca lo hacen de frente, saben lanzar frases al viento aparentemente sutiles pero demoledoras. Por ejemplo, probablemente no tengamos el cuerpo de la Mayte Rodríguez, la lucha por los kilos parece la guerra de los 100 años y el indirectista fiscalizador te ve acercándote a una barra de chocolate. Como nada, casi cual gacela, se cruza y te dice: “Ahhh, veo que te gusta el chocolate”, lo que rápidamente hace que la mentalidad insegura del fiscalizado lo haga dejar la barra en el mismo lugar y resignarse con el tutti frutti pálido que está en la mesa.

Frases como “¿Parece que estuvo buena la fiesta?” (fiscalizador de carretes), “Mish, ¿auto nuevo? Parece que está bueno el emprendimiento ah?”(fiscalizador económico) o “Qué joven y flaca la nueva polola de Juanito” (fiscalizadora envidiosa), son solo algunos de los ejemplos de ese indirectista que anda por la vida diciendo frases encubiertas pero llenas de juicios.

Todos somos indirectistas o los hemos sido alguna vez. Nadie puede negarlo. Quizás por falta de herramientas, por querer mantener el control y no explotar de rabia, no parecer débil, o simplemente por maldad. Por eso, ¿cuál es el desafío?

Cada vez que vayamos a planear algún tipo de indirecta, debiésemos detenernos y preguntarnos: ¿sirve realmente para resolver el problema? ¿Es más efectivo que decir simplemente lo que pensamos? Tratemos de caminar por la vereda de la sinceridad, teniendo la madurez (que es muy distinta al descriterio) y decir sin tanto adorno y challa lo que sentimos y pensamos.

¿Qué otros tipos de “indirectistas” conoces? ¿Qué recomendarías para enfrentar los conflictos?

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Comentarios
Nicolás Masquiarán | 2017-06-15 | 22:12
2
AJÁ... Veo que TE GUSTA rotular a la gente, Mané Cárcamo. Hay quienes opinan que deberías EVITAR este tipo de cosas...

(OK. No me dio para meter los cinco en un solo párrafo xD)
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Monica Corona | 2017-06-15 | 23:37
0
Me gustó tu análisis... Es cierto los indirectistas están en su salsa en las redes sociales. Sobre todo facebook. Claro que ya muchos se han detectado entre si, van replegando sus opiniones o buscandole disfraz o maquillaje a sus nuevas indirectas. Hay un tipo de indirectista que faltó y es el que se dedica a mandar frases como "Yo no publico mi vida en facebook" "Yo no me meto mucho" "Como no tengo tiempo" en directo ataque a quienes lo entretienen a diario con sus publicaciones. El que reniega de usar la plataforma que sin embargo lo mantiene bien informado pero quiere aparecer como informado de casualidad, en ningún caso debe pensarse que revisa Facebook varias veces al día como tú.
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Pablo Raín | 2017-06-16 | 03:01
0
yo sólo opinaré que odio con toda mi alma las indirectas... sobre todo porque si no son capaces de decir las cosas como la gente, me termina importando un comino lo que digan xd.


un clasico:
- "no me has hablado en todo el día"
yo - "así es"


si quieren que les hable, pidanlo xD
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Jorge Alvarado | 2017-06-16 | 12:09
2
¿De qué manera "no me has hablado en todo el día" es una indirecta? Es un reproche muy directo. Distinto es, y este es clásico de mamá: "¿Como estás hijo? hace tanto que no se de tí" que quiere decir: ¡Tanto te cuesta llamarme o enciarme un whatsapp, ingrato!
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GV | 2017-06-16 | 11:23
1
Muy buenos los ejemplos, yo agregaría el indirectista por lástima, ese que ante una junta entretenida a la que no invitaron dice "que bueno que lo pasaron bien, en cambio uno aquí solo y aburrido" y otros comentarios para que la gente se preocupe de ellos y les pregunte algo
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Jorge Alvarado | 2017-06-16 | 12:06
3
La maestría de la indirecta se alcanza cuando logras tal calidad que no te quedan dudas de que el destinatario recibe el mensaje y no le quedan dudas de que se refieren a él, pero impidiéndole al mismo tiempo toda posibilidad de que te reproche o recrimine algo, porque al hacerlo se delata y asume culpabilidad inmediata.

De los casos, sólo los del quinto logran este objetivo. Los otros se creen muy pillos, pero son terrible de pollos.

Debe ser triste ser indirectista fracasado.
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Anita Santa María | 2017-06-16 | 14:06
1
Te faltó la típica respuesta de "la misteriosa" a todas esas preguntas de los copuchentos o interesados: "no, nada amiga, solo es q me carga a gente doble cara..." Ahí dejan la patá, es como el broche de oro.
Personalmente, es el tipo de inderectista q más me molesta
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Katherine Yañez | 2017-06-21 | 17:38
0
O que ponen "imbox" (que además es iNbox, pero bueee... eso da para otro debate) y una ahí, colgada, tratando de adivinar la copucha.

Hace unos días surgió un debate entrete en la casa sobre por qué solo publicamos cosas felices en facebook y cuándo quieres hacer saber al resto que estás enojado/triste/desilucionado/ solo es a través de indirectas. Es como si lo único aceptable ahí es la felicidad o la victimización.
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Paulina Araya | 2017-06-18 | 03:29
0
Creo que he hecho del críptico varias veces, pero no apropósito, de verdad que cuando ando atravesada por algo no quiero contagiar al otro, pero al final igual se nota. ¿En esos casos es mejor hablar igual?

(Duda de parte de una persona que trata de evitar las indirectas pues es incapaz de convivir lógicamente con estas)
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